sábado, 29 de marzo de 2014

12 años de esclavitud, prisioneros y Men

Interesante, 12 años de esclavitud, prisioneros - 24/01/2014 5:37:37

" "12 años de esclavitud" ("12 Years a Slave", Steve McQueen, 2013) está nominada a nueve Oscars y son muchos los que creen, y desean, que sea la triunfadora de la noche. Sin haber arrasado en ningún certamen previo de premios la cosa aún no está nada clara, pues dos fuertes competidoras se lo pondrán muy difícil: "Gravity" (id, Alfonso Cuarón, 2013) y "La gran estafa americana" ("American Hustle, David O. Russell, 2013). Tres películas muy diferentes entre sí que han encandilado a crítica y público de formas muy distintas. El tercer trabajo del británico Steve McQueen sigue la línea iniciada por el director en su primer largometraje, la impactante "Hunger" (id, 2008), una obra muy física en la que se cebaba en las consecuencias y derivaciones de castigar un cuerpo humano.
Tras la polémica "Shame" (id, 2011), en la que le castigo era disfrazado de placer, McQueen sorprende temáticamente en su tercera película. El vergonzoso pasado, o mejor dicho una parte del mismo, de los Estados Unidos, salvajemente retratado por un británico, que a diferencia de muchos cineastas yanquis los pocos que se han atrevido sobre el tema de la esclavitud, ya que hay menos películas sobre el tema de las que se dicen, pone los huevos sobre la mesa para hablarnos de tú a tú con una capacidad de sugestión rara vez vista en un producto que se supone mainstream y de cuya etiqueta se aparta considerablemente. El milagro, conmover marcando cierta distancia emocional, y conservar el punto de vista de su protagonista, un impresionante Chiwetel Ejiofor.
(From here to the end, Spoilers) Por primera vez McQueen no se hace cargo del guión de su película, labor que pertenece a John Ridley guionista con un currículum de lo más curioso, desde "Giro al infierno" ("U-Turn", Oliver Stone, 1997) hasta "Red Tails" (id, Anthony Hemingway, 2011), pero no importa, el film es puro McQueen y no por el tema ni porque él sea negro y sea más adecuado para dirigir la historia, sino porque se reconoce en cada plano, en cada secuencia, su estilo, minimalista, conciso, condenadamente certero en su puesta en escena, cortando planos, realizando inteligentes encadenados y desenfocados, y también dolorosos planos secuencia. Una película que puede tener algo de clasicismo tan del gusto de los académicos, y de un servidor, pero también arrojo y valentía.
¿La historia? La de Solomon Northup (Ejiofor), autor del libro en el que se basa el guión de Ridley, un hombre libre, músico especializado en el violín que un día es engañado y vendido como esclavo, estatus en el que permanece durante doce largos años hasta que es liberado. El film recoge los diferentes sitios por los que pasa hasta que termina siendo propiedad de un par de amos, uno tras otro, y de muy diferente moralidad cada uno de ellos. Todo el mundo se quedará con la brillante composición de Michael Fassbender como sádico esclavista, y no es para menos, su rol aterra a distancia y posee momentos muy perturbadores ese instante lleno de una calma amenazante cuando Epps (Fassbender) coge una noche a Solomon y le acusa de escribir una carta amén de una interpretación muy bien controlada por el que es uno de los mejores actores de la historia, así, como suena.
Sin embargo, en un personaje secundario, el Sherlock Holmes más querido de la actualidad, Benedict Cumberbatch, da vida a Ford, un personaje que podríamos ser muchos de nosotros, que lejos de formar parte del grupo de desalmados que poseen a otros seres humanos para su goce y disfrute personal esclavizándolos hasta límites insospechados, peor es quizá consentirlo mirando hacia otro lado, rindiéndose ante las normas de un sistema equivocado. De esa forma y partiendo la narración del momento previo al secuestro de Solomon, McQueen nos habla de la esclavitud sin ningún tipo de lección moral, pues además de lograr sonrojarnos con dicho personaje, uno de los más blandos del relato, nos mete en el centro de la infamia que dice mi compañero Pablo, haciéndonos sentir la esclavitud. Acompañamos a Solomon en cada uno de sus años no sentidos en la narración, pues como él estamos perdidos y desconocemos el paso real del tiempo. Sólo su cambiante rostro va dando una muestra, física, de ello.
Con un trabajo actoral de primera más los comentados conviene citar a Paul Dano, a una sorprendente Sarah Paulson, a la debutante Lupita Nyong"o, y a un entregado Brad Pitt, también productor del evento, un sensacional trabajo de fotografía de Sean Bobbitt, extrañamente no nominado, y un invisible Hans Zimmer están más presentes los temas tradicionales que el score, huyendo de la manipulación musical a la hora de emocionar al espectador, por ejemplo el muy difícil final McQueen entra por la puerta grande en el cine yanqui es una coproducción rescatando una parte de un pasado lejano atreviéndose a hacerlo actual, pues ¿no es acaso de una enorme valentía el hablar de las diferencias extremas de las clases sociales entre blancos y negros en un film sobre la esclavitud en una época crítica en nuestra sociedad en la que los ricos son cada vez más ricos y los pobres casi unos esclavos?
Otra crítica en Blogdecine:
"12 años de esclavitud", o la libertad de los hombres
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La noticia 12 años de esclavitud, prisioneros fue publicada originalmente en Blogdecine por Alberto Abuín.

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Es Noticia, Halle Berry volverá a ser Tormenta en la nueva entrega de X-Men - 04/03/2013 18:26:52

" No pintaban muy bien las cosas para la segunda entrega de "X-Men: Primera generación" ("X-Men: First Class", 2011) cuando se confirmó que Matthew Vaughn abandona el proyecto por motivos un tanto difusos , se habló mucho de Star Wars, aunque eso se quedó en nada- , pero Fox no tardó demasiado en recobrar la confianza de los fans al contratar a Bryan Singer, el hombre detrás de "X-Men" (2000) y "X-Men 2" (2003). Todo lo relacionado con la película desde entonces ha estado vinculado a la contratación de diferentes actores para dar forma a un lujoso reparto para el que se acaba de anunciar la presencia de Halle Berry dando vida de nuevo a Tormenta.
Hace apenas un par de días mi compañero Juan Luis nos hablaba del fichaje de Omar Sy, la gran revelación de "Intocable" (("Intouchables", Olivier Nakache, Eric Toledano, 2011) por "X-Men: Days of Future Past", lo que será su primera experiencia en Hollywood. Hasta que no veamos la película siempre nos quedará la duda de si Fox ha puesto un cheque irrechazable encima de la mesa o si el guión de Simon Kinberg, que toma como base un arco argumental creado en los cómics por Chris Claremont y John Byrne, es especialmente bueno para una producción de estas características. Peter Dinklage , Tyrion en "Juego de tronos" (2011-En emisión)- es el otro nuevo rostro de un reparto en el que volveremos a ver a los mutantes interpretados por Michael Fassbender, James McAvoy, Jennifer Lawrence, Patrick Stewart, Hugh Jackman, Ian McKellen, Nicholas Hoult, Ellen Page, Shawn Ashmore, Anna Paquin y a la ya mencionada Halle Berry. El estreno, tanto en 2D como en 3D, está previsto para el 18 de julio de 2004 2014.
Vía | Deadline
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Información: Prometheus y las imposiciones de cambios en Hollywood - 17/10/2012 1:32:18

" Es obvio que cuando quieres hacer una gran superproducción en Hollywood tienes que estar dispuesto a aceptar que la productora en cuestión imponga una serie de cambios en lo que esperabas que acabase siendo tu película. A veces no es más que una mera forma de reducir el presupuesto que sería necesario o adecuar algún personaje a un actor concreto que el estudio ve ideal para la futura carrera comercial de la cinta en cuestión, pero también hay casos mucho más sangrantes como el de "Prometheus" (Ridley Scott, 2012). Estamos ante el que seguramente sea el estreno más polémico de este pasado verano, habiendo quedado demostrado que desata amores y odios en una proporción similar, pero lo que acabamos viendo tiene mucho más que ver con los deseos de Fox que con la intención inicial de Ridley Scott.
En una reciente entrevista, Jon Spaiths nos ha desvelado la realidad acerca de esas lagunas de guión que tanto han dado que hablar desde el estreno de "Prometheus". Lo cierto es que Spaiths no tenía ningún tipo de experiencia como guionista cuando Ridley Scott decidió que era el indicado para escribir lo que estaba pensado que fuera una simple precuela de la excelente "Alien, el octavo pasajero" (Alien, Ridley Scott, 1979), una forma de cerrar el círculo con una película más y quedar tan amigos con Fox. Sin embargo, en la productora pensaron a última hora que "Prometheus" era la ocasión ideal para crear una nueva franquicia que les proporcionase pingües beneficios, algo que daban por sentado que no iban a volver a encontrar con ninguna nueva aventura de la teniente Ripley. ¿Su decisión? Contratar a Damon Lindelof para introducir una serie de cambios en el guión de Spaiths.
Hay que estar bastante ciego para no reconocer que todos los fallos que se mencionan en el divertido vídeo (y alguno más que se dejan) son completamente ciertos, pero el problema es que la gran mayoría de ellos fueron por las modificaciones a modo de mercenario del propio Lindelof. ¿Cuál fue la máxima que recibió antes de ponerse a meter mano en el libreto de Spaiths? Alejar la película todo lo posible del universo Alien, sin importar demasiado si para ello había que hacer algunos cambios incongruentes o introducir situaciones tirando demasiado hacia lo absurdo, pues el rodaje tenía que empezar lo antes posible.
Para que os hagáis una idea (llegan los spoilers de "Prometheus"), la sala repleta de urnas misteriosas que desprenden un líquido negruzco que ha generado mucho debate era en realidad una estancia repleta de huevos de Alien. Además, de uno de ellos tenía que salir uno de los míticos facehuggers que era el que iba a infectar al personaje interpretado por Logan Marshall-Green, el cual moría poco después (su cabeza explotaba) cuando estaba a punto de copular con Noomi Rapace. La infección de ella venía motivada por el hecho de que David (Michael Fassbender) era un personaje mucho más oscuro y maligno, trabajando mucho más en su interés por la cultura de los ingenieros y volviéndose finalmente contra Rapace cuando ella intentaba detenerlo. ¿Cómo? La ataba y está jugueteando un rato con un facehugger antes de lanzarlo contra ella, la cual queda infectada en el proceso.
El problema es que en la versión final no hay explicación alguna que justifique que David decida infectar/envenenar por las buenas a Marshall-Green con la polémica sustancia negruzca. Sin embargo, la cosa va a más en lo referente a la secuencia de Rapace intentando deshacerse de la criatura que habitaba en su interior, la cual no quedaba atrapada en la millonaria maquina médica, sino que era expulsada al exterior, mientras que ella se quedaba dentro, inconsciente y con la máquina curándola durante ocho largas horas. El Alien se dedicaba en ese rato a atacar cruelmente al resto de la tripulación. Sin embargo, eso no cuadraba con las exigencias de Fox, así que Rapace se recupera milagrosamente de su operación y el Alien pasa a ser un extraño pulpo que se queda allí atrapado. Sin comentarios.
Es obvio que se trabajó mucho en la apariencia que debería tener el Alien en una precuela, para lo cual se diseñaron hasta ocho versiones diferentes para mostrar en "Prometheus" los orígenes del mismo y sus diversas fases evolutivas. Todo eso acabó en la basura cuando Fox decidió romper con la famosa franquicia, dejando, eso sí, una breve aparición al final de la película de lo que se conoce como Proto-Alien. Esta criatura, fruto de una extraña combinación genética, es el claro punto de unión con "Alien, el octavo pasajero", pero también una muestra de cobardía por parte de la productora al no decidirse a abandonar de forma definitiva la conexión de "Prometheus" con la misma.
Que los cambios hayan resultado apasionantes o sean la fuente de lo que ha acabado convirtiendo a la película en un bodrio es algo aparte, pero si algo me quedó claro cuando se hizo público que Ridley Scott había declinado el ofrecimiento de hacer un montaje del director (algo muy habitual en él), es que "Prometheus" no es la película que realmente quería hacer (quizá por eso quiso hacerla más personal intentando incluir una conexión directa con "Blade Runner" finalmente descartada), habiéndose centrado en resolver la papeleta lo mejor que ha podido. Habrá que ver si acaba dirigiendo la secuela ya confirmada, pero no las tengo todas conmigo cuando ya en su momento se mostró reticente a ponerse al frente de la primera entrega.
No es que "Prometheus" sea el único caso en el que ha sucedido algo así, ya que también recuerdo unas declaraciones de Kevin Smith en la que decía que el productor de la película sobre Superman que él iba a escribir le exigió incluir una araña robótica gigante en la misma. ¿Los motivos? Le gustaba tanto la idea que no dudó en reaprovecharla para la olvidable "Wild Wild West" (Barry Sonnenfeld, 1999). Y es que sé que es un tanto ingenuo pedir libertad total cuando estás al frente de una producción que cuesta más de 100 millones de dólares, pero en Hollywood deberían hacerse mirar lo de incluir cambios en los guiones por motivos puramente comerciales. O como mínimo dar más tiempo para conseguir insertarlos en la trama de una forma congruente con la misma. Tampoco es pedir tanto, ¿verdad?
Críticas de "Prometheus" en Blogdecine:
"Prometheus", la decepcionante precuela de Alien
"Prometheus", en el planeta de la demencia
"Prometheus", de dioses, hombres y aliens
"Prometheus", la peor película de Ridley Scott
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Noticia, Prometheus, la decepcionante precuela de Alien - 02/08/2012 4:01:59

" Uno de los grandes problemas que rodean a determinadas películas es el hype que se va creando hacia la misma por culpa de la incesante campaña publicitaria que rodea a su estreno. Es algo que lleva mucho tiempo pasando y mi sensación es que irá más, ya que los estudios de Hollywood cada vez son más agobiantes en este apartado, siendo muy complicado permanecer completamente ajeno a todos los carteles, avances, clips y demás parafernalia. He de reconocer que soy el primero en esperar con ansia la llegada del primer tráiler de según qué títulos, pero salvajadas como los seis que lanzaron de "El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace" (The Dark Knight Rises, Christopher Nolan, 2012) son algo que nunca debería ocurrir. En el caso de "Prometheus" (Ridley Scott, 2012) iban por el buen camino tirando del elemento misterioso en su forma de promocionar la película, pero llegó un momento en el que se volvieron locos queriendo disparar las expectativas del público.
Sé que a algunos este punto puede parecerle una tontería, pero es algo básico a la hora de entender qué muchos de los que ya han visto "Prometheus" hablen de una decepción, ya que en este caso se ha unido la sobredosis y calidad de lo visto (recuerdo que los tráilers eran bastante buenos) con el hecho de estar ante la precuela de la mítica "Alien, el octavo pasajero" (Alien, Ridley Scott, 1979). El resultado final es positivo, pero no son pocas las pegas que uno puede encontrar en esta película.
La ampliación del universo Alien
Hay muchas cosas que uno podría destacar de "Alien, el octavo pasajero", pero, en mi opinión, la gran clave para convertirse en una cinta tan recordada era la gran atmósfera de tensión, claustrofobia y peligro que Ridley Scott conseguía incluso cuando durante varios minutos podía darse el caso de que no sucediera nada de especial trascendencia. Y es que lo importante no era tanto lo que pasaba, que no dejaba de ser una especie de slasher pero con un peligroso alienígena en lugar de un humano enloquecido, sino en la sensación de angustia que tan bien supo transmitir. De hecho, se me ocurren muy pocos ejemplos (me viene sobre todo a la mente, aunque sean películas muy diferentes, "La Cosa" (The Thing, 1982) de John Carpenter) en el que se consiga crear con tanto acierto una atmósfera así de enrarecida.
Es ahí donde esta evolución dentro del universo Alien presenta uno de sus mayores fallos, ya que sencillamente carece de cualquier tipo de atmósfera. Sí que se mantiene el cuidado casi obsesivo en la creación y diseño de los decorados, el vestuario y otros temas técnicos (posiblemente estemos ante uno de los 3-4 mejores 3D que se han visto dese que volvió a ponerse de moda esta tecnología) para que "Prometheus" luzca de maravilla en el plano visual, pero esto no deja de ser un añadido a lo realmente importante. Y es que carece del clima de terror de "Alien, el octavo pasajero" y también queda lejos de ser tan trepidante como "Aliens: El regreso" (Aliens, James Cameron, 1986). A cambio tenemos una película de indudable elegancia en el plano visual, pero que oscila entre avanzar con demasiada lentitud para lo poco que sirven esos momentos para dar más profundidad a la historia y lo demasiado atropellado en algunas secuencias del tramo final.
El otro punto conflictivo de "Prometheus" es su guión, pero no tanto porque Damon Lindelof y Jon Spaiths hayan creado una mitología problemática (quedan muchas dudas por resolver, pero para eso tendremos la ya confirmada "Prometheus 2"), sino por otros temas: Uno puede encontrar varias pegas en "Lost", pero una de ellas no era que fallasen tanto en la creación de personajes (si acaso que durante un tiempo se excedían dando información que aportaba poca cosa a los mismos), así que me sorprende que un guión con una participación tan relevante por parte de Lindelof sea tan decepcionante en este apartado. La mayor parte de los personajes son meras ideas por lo general mal desarrolladas, llegando a crearse graves contradicciones si éstas permiten la creación de alguna set piece. Me viene a la mente cómo alguien que supuestamente es una eminencia en su campo quede reducido a poco menos que un patán en esa materia por necesidades de la historia. La estupidez de esa decisión resta empaque a la tensa secuencia que desencadena, bastante efectiva de forma aislada (aunque no tanto como una con uno de los personajes principales dentro de una máquina), pero algo insatisfactoria por ese detalle.
Otro detalle algo molesto es que Lindelof y Spaiths incurren en uno de los más graves problemas de los blockbusters contemporáneos: Las sobreexplicaciones. Sí, ya he dicho que quedan no pocos elementos mitológicos sin resolver, pero es que hay otras situaciones en las que parece existir la necesidad de subrayar tanto algunos elementos por si algún espectador no lo había pillado que acaban por resultar un poco cansinos. Puede parecer que estoy destrozando el guión de "Prometheus", pero el caso es que es el freno para que la película pueda llegar a ser lo que en algún momento dejó la sensación de poder alcanzar. Lo cierto es que son fallos importantes, pero a cambio consiguen expandir el universo de Alien con suficiente interés para que uno realmente quiera saber más al respecto, dejando la sensación de que lo bueno llegará en su secuela.
El reparto de "Prometheus"
El reparto seguramente sea uno de los aspectos que más llamaban la atención a priori, pero lo importante es que la película sepa aprovecharlo, y aquí, como es la tónica de todo "Prometheus", se han quedado por debajo de lo esperado. La tónica general es que los personajes estén mal perfilados y que los actores no consigan enmascarar esos fallos. El caso más representativo es el de Charlize Theron en un rol que mezcla ambición, negatividad y autoridad. Estamos ante un caso ideal para jugar con la ambivalencia de sus motivaciones, pero no, aquí es una constante que carece de matices más allá de la aparente sorpresa sobre su auténtica identidad, la cual vi venir a kilómetros de distancia. Por su parte, Theron poco puede hacer para imprimir mayor interés a la capitana de la nave.
Hay dos grandes excepciones a lo anteriormente expuesto: Noomi Rapace y Michael Fassbender, ya que son los únicos personajes que llegan a transmitir algo, siendo bastante curioso que uno de ellos sea un personaje tan poco emocional como el interpretado por el protagonista de "Shame" (Steve McQueen, 2011). Esto es consecuencia directa de ser los únicos que le guión se molesta en describir más allá de lo meramente esquemático, pero también mérito de dos buenos actores que saben aprovechar el material con el que cuentan y transmitir algo al espectador.
Por lo demás, el reparto de "Prometheus" se balancea entre presencias meramente anecdóticas, como la de un creíble Guy Pearce o varios miembros de la nave que son básicamente introducidos para que la matanza pueda ser mayor, y lo desaprovechado. Aquí quiero romper una lanza en favor de Idris Elba, ya que el guión está muy cerca de cargarse la credibilidad del mismo en su tramo final, pero él consigue evitarlo echando mano de carisma y talento interpretativo. Del resto llama la atención el asombroso parecido físico entre (un meramente correcto) Logan Marshall-Green y Tom Hardy y nada más.
En definitiva, "Prometheus" es una película disfrutable pero que sabe a poco, ya que hay ciertos detalles que se cuidan hasta el último detalle (decorados, vestuario, etc.), pero el guión tiene unas cuantas lagunas (personajes algo desdibujados y ciertas soluciones argumentales poco verosímiles) y Ridley Scott es incapaz de crear una atmósfera que convierta a la película en algo más sugerente, ya que parece confiar en que un eficiente 3D sea suficiente. Sin embargo, amplia con acierto el universo Alien, deja con ganas de conocer más sobre el mismo (algo que ya está confirmado) y es un entretenido espectáculo visual de primer nivel. Algunos esperarían algo mucho mejor por culpa del peligroso hype, pero "Prometheus" está lejos de ser mala, pero también de ser la maravilla que muchos esperaban.
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Que opina usted? Indomable, venganza con patadas voladoras - 01/03/2012 16:24:49

" Steven Soderbergh es uno de los directores más eclécticos de Hollywood. Desde su debut con "Sexo, mentiras y cintas de vídeo" no ha tenido problemas en ir saltando de producciones de corte comercial como "Ocean"s eleven" a cintas más experimentales como "The girlfriend experience". Podría decirse que es un culo inquieto que no quiere que se le clasifique como realizador de un tipo muy determinado de cine, pero también que aprovecha sus producciones más populares para luego dar un salto al vacío sin red. Me consta que hay gente que lo adora con pasión, pero yo me encuentro en un punto más intermedio, ya que por lo general disfruto de sus trabajos, pero tampoco hay ninguno que realmente me apasione y me haga querer rendirme a sus pies.
Habrá quien discuta que inscriba "Indomable" ("Haywire") dentro de esa vertiente más experimental, ya que, en apariencia, no es más que otra cinta de gente dándose de leches con alguien queriendo completar su venganza personal. Sin embargo, aunque sólo sea por su osadía de confiar el papel protagonista a Gina Carano, una luchadora profesional experta en artes marciales mixtas con un currículum prácticamente inexistente en el séptimo arte. Además, uno recuerda casos como las horripilantes películas protagonizadas por Hulk Hogan en su día y se echa a temblar. Sí que podríamos decir que Dwayne "The Rock" Johnson es una excepción relativa, pero lo que ahora nos importa es: ¿Le ha salido bien la jugada a Soderbergh con "Indomable"?
Lo primero que diferencia a "Indomable" de una cinta de acción al uso es la capacidad de Soderbergh por trascender las limitaciones del guión de Lem Dobbs y construir una obra con personalidad propia. El primer acierto es dotar de cierta profundidad narrativa a la historia con los constantes saltos espaciales y temporales sin que eso de lugares a confusiones sobre lo que está pasando o en qué punto de la historia estamos en ese momento. Por encima de esa capa, tampoco tan meritoria y, en parte deudora del elemento de cine de espías del guión, sobresale una tarea de puesta en escena en la que los artificios no tienen espacio. Aquí no encontraréis grandes efectos especiales ni momentos de acción que no hay quien se lo crea, ya que Soderbergh ha vuelto a lo básico, al aspecto físico de la violencia, en la que sí, hay tiroteos, pero el cuerpo a cuerpo se convierte en algo esencial. Y sin trucajes en forma de cambiar de plano con rapidez para hacerle el trabajo más fácil a Carano. No, en "Indomable", guste o no, la violencia vuelve al encanto de lo elemental. Además, Soderbergh también respeta la virtud de no alargar innecesariamente la película, error habitual del cine contemporáneo, para que así resulte más difícil cansarse y empezar a verle las costuras a una historia tópica desarrollada de forma más tópica aún y que tampoco sorprende al final. Sin embargo, eso no es problema si está bien hecho como es el caso.
La gran revelación de "Indomable" es Gina Carano, luchadora profesional cuya carrera cinematográfica seguramente se hubiese visto limitada a producciones lamentables que en su mayoría jamás hubiesen sido estrenadas en una sala de cine. No es que ahora ya sea imposible que eso acabe sucediendo, pero sería una pena que el cine de acción no fuese capaz de asimilar a una gran heroína del cine de acción, donde uno apenas puede encontrar ejemplos realmente destacables. Sí, James Cameron potenció esa figura en su momento y el estreno de "Kill Bill" parecía la ocasión ideal para terminar de remediarlo, pero no fue el caso, quizá por prejuicios, quizá por el lamentable nivel de producciones como "Aeon flux", la única que realmente ha tenido algo de continuidad en este tipo de rol ha sido Milla Jovovich. En el caso que nos ocupa, Carano demuestra carisma, capacidad física y credibilidad para repartir estopa ante todo el que se le ponga por delante, y todo ello sin desentonar dramáticamente. Vamos, no es una actriz al nivel de Meryl Streep, pero tampoco una cara de palo. Lástima que la chica de "Los mercenarios 2" no sea ella, pero no descarto que acabe apareciendo en una hipotética tercera entrega.
Sin embargo, uno de los aspectos que más se está resaltando en la campaña de promoción de la película es la parte masculina del reparto, valga por caso el hecho de que se ha obviado destacar a Carano en el cartel que encontraréis en vuestro cine más cercano para promocionarla. La cuestión es que la mayoría de apariciones especiales se pueden calificar como cameos de lujo, ya que la función de la mayoría de ellos (no todos, que conste) se servir como víctimas potenciales de la venganza personal de Carano. Por lo cual tampoco esperéis ver muchos minutos a Michael Fassbender, la gran revelación del año pasado, Antonio Banderas, Michael Douglas o Bill Paxton. Todos ellos cumplen su cometido a la perfección, pero el único rostro popular con peso real en la trama es Ewan McGregor, particular némesis personal de la protagonista y que sabe crear un villano respetable sin exacerbar los elementos odiosos del mismo. Son negocios y no algo personal. El resto del reparto simplemente se pasea por allí sin molestar (me cuesta entender qué ha visto Soderbergh en Channing Tatum para que sea el protagonista de su próximo trabajo). Tampoco podemos pedir mucho más teniendo en cuenta el escaso interés de sus personajes.
En definitiva, "Indomable" es un thriller de acción por encima de la media habitual en producciones de este calibre. ¿El motivo? El buen hacer de Soderbergh, el acertado metraje reducido (hoy en día las películas duran demasiado) y un estupendo reparto de actores que Gina Carano comanda con efectividad. Más allá de eso no esperéis una gran historia (cintas con esta premisa vemos varias cada año), ni tampoco un desarrollo de la misma que vaya a dejaros boquiabiertos. Aquí lo que interesa es la acción física y la capacidad para crear a una heroína de acción creíble. Yo ya estoy deseando ver más producciones protagonizadas por Carano.
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Que opina usted? El topo, el lado humano de los espías - 23/12/2011 10:52:46

" Con el estreno de "El topo" podemos decir que la temporada de películas oscarizables en España ha dado comienzo. Hace un par de días os dejé la lista de las 265 producciones que podrían estar entre las diez nominadas al premio de mejor película, pero está claro que apenas 20 de ellas tienen posibilidades reales de lograrlo. Una de las que suena con más fuerza es "El topo", una adaptación de una novela de espionaje escrita por John le Carré que ha sido recibida con entusiasmo allí donde se ha estrenado hasta la fecha. Sin embargo, no sé si está empezando a ser una tradición, pero ya el año pasado fue "El discurso del rey" la que se estrenó en plena campaña navideña y luego se llevó el gato agua. Habrá que ver si sucede lo mismo con "El topo".
Sobre el papel, "El topo" es la película que debía confirmar si Tomas Alfredson es un director que realmente merezca la pena tener en cuenta u otro ejemplo de la larga lista de directores que llaman sobremanera la atención con una película (normalmente la ópera prima, pero no es algo imprescindible, sobre todo en realizadores foráneos) para luego ir diluyéndose y acabar siendo otro impersonal realizador de blockbusters hollywoodienses. Y es que "Déjame entrar" fue una carta de presentación maravillosa con ese atípico relato de vampiros, en la que Alfredson dotaba al relato de una acertada combinación entre frialdad y algo similar a la nostalgia que elevaba el nivel de la película. El problema es que "El topo" es una cinta muy diferente sobre el papel y estaba por ver su capacidad de adaptación a una producción más exigente y con un grupo de actores de mucho calibre. ¿Lo ha conseguido?
Lo primero que queda claro viendo "El topo" es que es una historia que pega perfectamente con el tono de desapego emocional (con una excepción que comentaré más adelante) que ya transmitía "Déjame entrar", pese a que allí había una trama romántica que vertebraba la historia. Lo que le interesa a Alfredson de "El topo" no es la posibilidad de contar una historia de espías más o menos al uso, ni tampoco la elegancia que buscan cintas como las aventuras de James Bond, sino la opción de retrotraer una lucha de poder al sentimiento humano básico de la lealtad. Son varios los personajes que luchan contra esa dicotomía en difrentes fases de la película. Quizá el caso más representativo es el momento en el que el personaje interpretado por Benedict Cumberbatch (el protagonista de la notable serie de películas televisivas que es "Sherlock", donde hace uso de cierta gama de tics que aquí desaparecen por completo) tiene que robar unos documentos. La sensación de estar traicionando a unos amigos para ayudar a otro es algo que se transmite perfectamente, en especial, en la explosión posterior del personaje,
No voy a decir que Alfredson realice un trabajo clónico al que hizo en "Déjame entrar" porque estaría faltando a la verdad, pero sí que es muy de agradecer que siga potenciando la relación entre los personajes por encima de una historia con una gran cantidad de posibilidades. Y es que es cierto, la trama de espionaje de "El topo" funciona casi en exclusiva por las reacciones humanas de los personajes y no por la existencia de asombrosos giros de guión (no es difícil acertar con mucha antelación quién es el traidor), ya que quien busque un relato vibrante por lo que pasa va a salir muy defraudado del cine. Aquí lo que importa son los personajes, algo que siempre debería pasar, pero que está muy en desuso en el cine contemporáneo. Alfredson consigue que el espectador se implique en la historia a través de los mecanismos que rigen las relaciones interpersonales. El misterio, aunque interesante, es algo secundario, una excusa para conocer a unos personajes tan estimulantes que uno echa en falta que no tengan mayor presencia en el relato al mismo tiempo que somos conscientes de que aparecen justo lo que hacen falta.
El asombroso reparto de "El topo"
Es obvio que uno de los aspectos que más llama la atención de la película es un reparto poblado de actores de talento ya muy contrastado. Sin embargo, el peso de la película recae sobre el personaje de Smiley, al cual da vida un Gary Oldman que últimamente no nos había ofrecido ningún trabajo de gran mérito salvo que consideremos como tal sus apariciones en los Batman de Christopher Nolan. En "El Topo", Oldman nos sorprende con una actuación en la que ha de ser muy expresivo a través de una inexpresividad casi total. Sé que esos dos conceptos no podían ser más anatagónicos, pero es que la faceta esencial de Smiley es conseguir ocultar sus emociones al resto de personajes, pero también transmitir al espectador todo lo que pasa por su cabeza a través de gestos tan cotidianos que si los hiciésemos nosotros no querrían decir nada. Y es ahí donde reside la grandeza de la actuación de un Oldman que siempre ha tendido un poco hacia la sobreactuación, algo que aquí deja completamente de lado.
No hay nada malo que sea pueda decir del resto del reparto, ya que todos cumplen a la perfección su papel como las piezas de una partida de ajedrez que son. Sí que quizá uno esperaba algo más de presencia en pantalla del personaje que le toca interpretar a Colin Firth, pero más por su (merecida) gran popularidad de los últimos tiempos que porque su papel realmente lo requiera. Es también curioso que lleguen el mismo día a nuestros cines dos películas que cuentan con la presencia de John Hurt, ya que en "Immortals" muestra su faceta "Dadme ya el cheque por contar con mi presencia", pero aquí mantiene la rocosa brillantez del resto del equipo. Personalmente, disfruté sobremanera de la parte de la historia que tiene a Tom Hardy (en un papel inicialmente previsto para Michael Fassbender) como protagonista, ya que inyecta un elemento sentimental a la historia que evita que la película llegue a hacerse pesada con una investigación que para algunos podría transmitir sensación de mediocridad, ya que no hay ningún gran momento altisonante propio de otras cintas de espías.
En definitiva, "El topo" es una película estupenda que sabe aprovechar todo el talento de sus actores, en especial de un Gary Oldman que llevaba muchos años sin darnos una actuación de un nivel similar a ésta. Además, la parte de espionaje permite crear momentos de gran tensión a través de situaciones aparentemente cotidianas y el guión deja espacio para la creación de varias mini-historias más centradas en lo dramático que funcionan a la perfección. Es cierto que, al menos para mí, la identidad del traidor fue algo un tanto previsible, pero el resto de la película raya a un nivel tan alto que es algo que podemos pasar por alto. Si os acercáis al cine estos días y ya habéis visto todo lo que os interesaba que ya se hubiese estrenado ante sde hoy, por favor, que sea para ver "El topo".
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