Que opina usted? Fernando Guillén nos ha dejado - 17/01/2013 14:55:02
" Seguimos con malas noticias en el mundo del cine. Si hace poco nos enterábamos de la muerte del cineasta japonés Nagisa Oshima, hoy debemos decir adiós al actor español Fernando Guillén, uno de los rostros (y de las voces) más importantes de nuestra cinematografía.Padre de los también intérpretes Fernando y Cayetana, Fernando Guillén Gallego ha fallecido hoy en Madrid a los 80 años tras una larga enfermedad. Formado en el teatro, debutó en el cine de la mano de José María Forqué con "Un día perdido" (1953). La televisión le proporcionó popularidad durante los años 60 y su primera nominación a los Goya no llegaría hasta finales de los 80, por su trabajo con Carlos Saura en "La noche oscura" (1989). Dos años más tarde ganó el premio como mejor actor protagonista por su actuación en "Don Juan en los infiernos" (Gonzalo Suárez). En 2005 optó nuevamente a la estatuilla por su labor en "Otros días vendrán", donde fue dirigido por Eduard Cortés. Otros títulos destacables en su filmografía son "Mujeres al borde de un ataque de nervios" (Pedro Almodóvar, 1988), "Acción mutante" (Álex de la Iglesia, 1993) y "El abuelo" (José Luis Garci, 1998).
Además de trabajar en teatro, televisión y cine, Guillén también fue actor de doblaje. Algunos de los títulos donde podemos oír su voz son "Delitos y faltas" ("Crimes and Misdemeanors", Woody Allen, 1990), "Amélie" (Jean-Pierre Jeunet, 2001)" y "Spider-Man 3" (Sam Raimi, 2007). Termino el artículo con unas bonitas palabras del escritor y director Gonzalo Suárez:
No tuve dudas en "Don Juan", Fernando tenía dicción, voz y actitud. Era un actor soberbio de ese teatro que a mí tanto me gusta para el cine. Le echaré de menos como amigo y como persona extraordinaria y, dados mis endiablados diálogos, como actor capaz de decirlos.
Vía | Elpaís
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Es Noticia, Critica de la pelicula La parte de los ángeles - 24/11/2012 19:00:00
"Tengo escrito (y no soy original) que si Ken Loach no existiera, habría que inventarlo. Porque el cine de Loach puede gustar más o menos, pero que haya alguien como él, que haga cine que llega con normalidad a las salas (y a los televisores, ordenadores, tabletas, móviles inteligentes, etcétera) de Europa y América, con sus temas comprometidos ya sea social o políticamente, es algo necesario e incluso diría que imprescindible. Después cada película tendrá mayor o menor interés, pero lo cierto es que él está ahí siempre, como un Pepito Grillo con pinta de Woody Allen británico, con su cine incómodo y que intenta meter el dedo en el ojo en una sociedad generalmente muy contenta de haberse conocido.Claro que, como todo el mundo, Loach también evoluciona, y sin dejar sus temas recurrentes, siempre relacionados con los más desfavorecidos por la diosa Fortuna, en La parte de los ángeles se permite a sí mismo la nada despreciable posibilidad de que el protagonista, un joven sin papeleta alguna en la lotería de la vida, pueda escapar de su ruina vital y tener un porvenir decente. También es cierto que no es que sea la primera vez que Loach toca otros palos que no los estrictamente comprometidos, como ya hiciera utilizando la comedia en Buscando a Eric, aunque siempre con su tono social, con su cercanía a los desheredados de la opulenta Europa (ahora menos opulenta, es cierto…).
Un joven de los barrios bajos de Glasgow, en Escocia, tiene todos los problemas del mundo: hijo de un violento borracho, él mismo es un pendenciero, lo que le ha llevado a la cárcel por medio matar a un chico por un quítame allá esas pajas; es intermitentemente perseguido por otros matones que quieren vengarse de él, y por la familia de su novia, con la que ha tenido un bebé; carece de oficio ni beneficio, no ha trabajado nunca ni tiene opciones de hacerlo. Situado al final de la escala social, concibe, gracias a la afición por la cata de licores que le inculca el jefe de la cuadrilla de trabajo comunitario, la posibilidad de robar unos litros de una preciosa barrica de whisky (aquí escribir güisqui, a la manera española, sonaría a herejía) a cuya subasta asiste mediante una astuta añagaza.
La parte de los ángeles tiene un poético título que se refiere a la pequeña porción del whisky que se evapora de las barricas. Lo que ya no resulta tan poético es la forma en la que el protagonista consigue salir del arroyo. Viendo la filmografía de Loach, no deja de ser curioso que aquí se cambie, metafóricamente hablando, la toma del Palacio de Invierno por Thomas Crown, aquel ladrón de guante blanco que protagonizaba un muy ingenioso robo y que en cine se ha visto en dos películas, El caso de Thomas Crown, brillante intriga dirigida por Norman Jewison, con una pareja la mar de apañada, Steve McQueen y Faye Dunaway, y El secreto de Thomas Crown, de inferior calidad, dirigida por John McTiernan, pero con una pareja no menos notable, Pierce Brosnan y Rene Russo.
Si la posibilidad de escape de la ruina vital es dar un golpe perfecto, entonces me temo que el futuro de las clases pobres de la Europa y la América actuales depende literalmente del Gordo de la Lotería, lo que equivale a condenar ad aeternum al lumpen a la marginalidad. Se agradece que Loach termine en positivo una de sus películas, en contra de lo que suele ser habitual en su cine, porque siempre es bueno que quede la esperanza de una salida del marasmo. Pero si la posibilidad que se apunta es tan descabellada como ésta, ¿qué esperanza real queda?
Incoherencias sociales aparte, lo cierto es que La parte de los ángeles funciona bien, como es costumbre en el cine de Loach, aunque su estilo nunca haya sido exquisito. El cineasta británico no omite algo que ya es una de sus marcas de fábrica, la escena coral en la que varios personajes se expresan con lo que parecen diálogos improvisados (aunque con una idea previa del tema que se quiere poner de manifiesto), en una secuencia de extraordinaria fuerza emocional, cuando se produce el encuentro pactado entre el protagonista y el chico, y su familia, al que destrozó la vida golpeándole vesánicamente por una nimiedad.
Por cierto que el protagonista, Paul Brannigan, parece de alguna forma autointerpretarse: acaba de llegar al cine procedente de los mismos barrios en los que vive su personaje, y él mismo no dista mucho del rol que representa en pantalla, con un pasado igualmente como para salir corriendo. Ojalá que en su caso el cine represente (esta vez sí) una posibilidad de escape, sin excentricidades como la que atribuyen a su personaje en la película
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Noticia, El Festival Cine Inédito proyecta este domingo Woody Allen, un documental, que ofrece una "mirada íntima" del cineasta - 24/11/2012 14:00:33
"El Festival Cine Inédito proyectará este domingo, 25 de noviembre Woody Allen, un documental, una cinta dirigida por Robert B. Weide que ofrece una ""mirada íntima"" a la vida del cineasta nosteamericano, sus trayectoria profesional y su proceso creativo.Ver artículo...
Documentos adjuntos:2012_11_24_43ldTEy27Ft3vZxtA1eRC2.jpg
http://images.lainformacion.com/cms/el-festival-cine-inedito-proyecta-este-domingo-woody-allen-un-documental-que-ofrece-una-mirada-intima-del-cineasta/2012_11_24_43ldTEy27Ft3vZxtA1eRC2.jpg?width=500&type=flat&id=qOPvKCkduZu8yd4EFUZPO1&time=1353783667&project=lainformacion
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Interesante, Woody Allen: Lily la tigresa, una rareza para incondicionales - 23/11/2012 6:02:29
" Seguimos con el especial dedicado a la extensa y estimulante carrera de Woody Allen con otro título que él desearía borrar de su filmografía. Aunque quedó muy decepcionado con la experiencia de "¿Qué tal, pussycat?" ("What"s New, Pussycat?", 1965), el éxito comercial del film le proporcionó (un sustancioso cheque y) una nueva oportunidad para demostrar su talento en las salas de cine. "Lily la tigresa" ("What"s Up, Tiger Lily?", 1966), también conocida como "Woody Allen: El número uno", figura incorrectamente en algunos sitios como su debut en la dirección.El propio aparece brevemente en la película para explicar al público cuál ha sido sido su labor (cuenta que en Hollywood querían hacer la película de espías definitiva, y como es lógico le llamaron a él para conseguirla…); todo se resume en haberse encargado del doblaje de una película japonesa que imitaba a su manera el estilo de las aventuras de James Bond, para lograr una comedia con diálogos en inglés totalmente inventados, sin relación con el guion original. De hecho, en los créditos iniciales, no aparece el clásico "directed by" o "written by" sino "aided & abetted by Woody Allen", es decir, que fue cómplice de una inusual fechoría que solo tiene algún valor para incondicionales del cineasta.
Tras esta "brillante" idea se encuentra el productor Henry G. Saperstein, de American International Pictures, que había comprado los derechos para distribuir "Kokusai himitsu keisatsu: Kagi no kagi" (1965) en Estados Unidos pero no sabía cómo venderla para sacar el máximo provecho. Así que se le ocurrió contratar a Allen que, recordemos, en ese momento era un famoso cómico para que transformara la película, que luego sería envuelta como si se tratara de algo similar a la taquillera "¿Qué tal, pussycat?". Allen aceptó el reto y se reunió con un grupo de amigos entre ellos su segunda mujer, la actriz Louise Lasser para crear nuevos diálogos y convertir una disparatada trama de espías, asesinos a sueldo, jefes con rebuscados planes malignos y bellezas fáciles de seducir en una parodia de este tipo de historias todavía más delirante.
El protagonista, ahora llamado Phil Moskowitz, es un "bufón lascivo" que "siempre piensa en el sexo" y que trabaja como agente secreto para una organización que vela por la seguridad internacional. Phil se ve envuelto en una complicada trama cuando intenta llevar a la cama a una de las dos hijas del soberano de Raspur, "un país irreal que suena auténtico" (aclara que podrán fundarlo en cuanto haya un hueco en el mapa). Este señor explica a Phil que necesita su ayuda para recuperar la receta de la mejor ensalada de huevos duros del mundo (en la versión original es el típico microchip) porque quien la tenga dominará el cielo y la tierra, según una vieja leyenda. El protagonista, con la ayuda de las encantadoras hermanas, intenta llegar hasta el malvado jefe yakuza Shepherd Wong pero una peligroso clan rival que también quiere la valiosa receta se cruza en su camino, creándose una forzada colaboración.
Suena divertido pero hay varios problemas. En primer lugar, el montaje final no fue aprobado por Woody Allen, que intentó impedir el estreno. Él entregó un trabajo y luego la productora lo alteró como quiso, añadiendo escenas de acción de otra película con los mismos protagonistas: "Kokusai himitsu keisatsu: Kayaku no taru" (1964) y extractos de un aburrido videoclip de un grupo de moda, The Lovin" Spoonful, simulando que tocaban en los clubes que aparecen en "Lily la tigresa"; todo por asegurar un buen dinero en taquilla (cosa que lograron). A estas desafortunadas decisiones hay que sumar el mediocre material original y las obvias dificultades de alterar los diálogos para meter un chiste tras otro, lo que acaba resultando cansino.
Aun así, Allen no deja pasar la oportunidad de lucir su gran talento para el humor absurdo y consigue crear algunos momentos desternillantes ("No me diga lo que tengo que hacer o haré que mi bigote se coma su barba"). Son pocos, aislados, pero puede ser suficiente en las circunstancias adecuadas (con alguna cerveza de más y en compañía de amigos con risa contagiosa es la mejor opción) o si uno es un gran admirador del neoyorquino; de lo contrario los 80 minutos pueden hacerse eternos. Y si os ha picado la curiosidad y queréis verla, que sea con el doblaje en inglés, en España sintieron la necesidad de hacerse los graciosos y volvieron a cambiar gran parte de los diálogos, con un resultado muy inferior (podéis comprobarlo en este vídeo).
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Es Noticia, A Roma con amor, romance y fama en la ciudad eterna - 25/09/2012 6:49:58
" Tu madre ha tenido mucha suerte casándose con un "imbecille".Fiel a su cita anual, Woody Allen vuelve a las carteleras con la comedia romántica "A Roma con amor" ("To Rome With Love", 2012), su séptima película ambientada (totalmente) en Europa. Tras "Match Point" (2005), "Scoop" (2006), "Cassandra"s Dream" (2007), "Vicky Cristina Barcelona" (2008), "Conocerás al hombre de tus sueños" ("You Will Meet a Tall Dark Stranger", 2010) y "Midnight in Paris" (2011) el mayor éxito comercial de su carrera, el cineasta visita la capital italiana, la ciudad eterna.
A sus 76 años, con más de 40 largometrajes a sus espaldas (solo como director) y un buen puñado de premios, Allen es además de un trabajador incansable uno de los autores más conocidos, respetados y admirados del planeta, fuente de inspiración para numerosos cineastas que han intentado, con mayor o menor éxito, imitar su especial enfoque tragicómico al retratar al ser humano y las relaciones amorosas.
Pero Allen no es de los que necesitan complacer a la audiencia; hace las películas que desea hacer. Desde que jugara a ser Bergman, su relación con el público ha sido irregular, y aunque muchas de sus historias son comedias ligeras, accesibles, su nombre va unido a la cultura intelectual y adulta, veneno para la mayoría de espectadores que llenan los multicines. Tampoco le ayudó que ciertos trapos sucios de su vida privada se convirtieran en objeto de debate público, ya sabemos que mucha gente se cree con derecho a juzgar a los demás a pesar de contar con escasos detalles superficiales, sobre todo si se trata de famosos.
Precisamente, la fama es uno de los ejes principales de su nueva película. En las cuatro historias en las que se divide "A Roma con amor" se habla del éxito, las facilidades, los lujos y el atractivo que asociamos a las celebridades. Dejando a un lado Roma, una ciudad mágica, cautivadora, idealizada como el París de su anterior trabajo o el Nueva York de "Manhattan" (1979), el otro asunto que proporciona diversidad de puntos de vista es el amor. En cada uno de los relatos se reflejan diferentes maneras de entenderlo y de ponerlo en práctica, no siempre con el propósito de hacer reír.
Quizá por la presencia de Penélope Cruz asociada al mal recuerdo de "Vicky Cristina Barcelona" o por lo improbable de lograr otro éxito como "Midnight in Paris" que convenció incluso a detractores de Allen, ansiosos por encontrar un motivo que les devuelva a su cómoda postura, pero también por la edad del realizador al que muchos se empeñan en considerar agotado, existía el temor de que "A Roma con amor" estuviese en la línea de sus trabajos menos inspirados. Las primeras críticas no fueron benévolas y se extendió el prejuicio de que el film era poco menos que una excusa del director para disfrutar de vacaciones pagadas.
Nada más lejos de la realidad. Es bien sabido que Allen necesita mantener el control creativo de sus películas y que debe ajustarse a presupuestos limitados por lo que su "ruta turística" por Europa tiene un sentido práctico, es el mejor modo que ha encontrado para seguir plasmando en pantalla esas historias que tanto nos gustan a algunos (aquí tenéis mis cinco favoritas). "A Roma con amor" es uno de esos trabajos con pocas pretensiones que cumplen su objetivo, lo que en el caso de Allen no se limita simplemente a ofrecer un simple entretenimiento como la inmensa mayoría de estrenos, hay también belleza, sensibilidad y reflexiones agudas sobre la vida.
Quiero destacar tres ideas que me cautivaron y por las que elevo esta película por encima de otras similares. En primer lugar, el viaje introspectivo del personaje de Alec Baldwin, tratando de impedir que su joven alter ego (Jesse Eisenberg) cometa un error cayendo en los brazos de la actriz neurótica (Ellen Page); es un recurso habitual del realizador y lo maneja con maestría véase "Annie Hall" (1977). Segundo, el absurdo circo mediático que se crea en torno al don nadie interpretado por Roberto Benigni cuyo chófer expone la opinión de Allen sobre la fama. Y tercero, la delirante representación que organiza ese jubilado adelantado a su tiempo (Allen, retomando en cierto modo el papel de Danny Rose) para aprovechar la fantástica voz de su consuegro (Fabio Armiliato).
Buenas interpretaciones, hermosas postales de Roma, ácidos comentarios sobre la fama y el amor, cómicos enredos, diálogos hilarantes, homenajes al cine italiano el segmento del joven matrimonio está sacado de "El jeque blanco" ("Il sceicco bianco", 1952) de Fellini, uno de los creadores favoritos de Allen… "A Roma con amor" no es ni lo más brillante ni lo más arriesgado de su director pero sí es una de las películas más deliciosas y divertidas de este año.
Otra crítica en Blogdecine | "A Roma con amor", todos dicen I love you
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Que opina? A Roma con amor, todos dicen I love you - 20/09/2012 2:04:51
" Todo cinéfilo que se precie tiene, ya sea para bien o para mal, una opinión bastante definida sobre Woody Allen, el cineasta neoyorkino por excelencia. Por mi parte, "Manhattan" (1979) es de una de las pocas películas que considero una obra maestras y "Annie Hall" (1977) es casi igual de sensacional, pero no tengo problema en afirmar que varios trabajos suyos son bastante flojos, y no sólo dentro de sus propuestas de los últimos 10-15 años, sino dispersas a lo largo de toda su carrera. Es cierto que no hay ninguna tan horrenda como "Contrarreloj" (Stolen, Simon West, 2012), el otro estreno de esta semana del que ya os he hablado, pero "A Roma con amor" (To Rome with Love, 2012) tenía a priori bastantes boletos para poder entrar en ese poco estimulante grupo de películas de la filmografía de Allen. Ya os adelanto que no es el caso.El encanto italiano
Es evidente que uno de los puntos que potencia "A Roma con amor" es la belleza de la capital italiana, ya que es algo habitual en sus últimas producciones. Y es que, dejando de lado su calidad cinematográfica, podría decirse que cintas como "Vicky Cristina Barcelona" (2008) o "Midnight in Paris" (2011) funcionaban perfectamente como postales publicitarias de la ciudad en la se ambientaba su historia, y eso es algo que persiste en "A Roma con amor", donde pasa por multitud de lugares emblemáticos de la ciudad con la finalidad de embellecer las cuatro amoríos que nos cuenta. Eso sí, lo primero que debe quedar claro es que no estamos ante un "Midnight in Rome", ya que el delicioso y mágico cóctel nostálgico de su anterior trabajo deja paso a una propuesta mucho más mundana.
Sin embargo, esta mayor normalidad no se traduce en que los cuatro relatos sean intercambiables entre sí, ya que Allen los diferencia tanto en tono como en objetivos: De la alocada absurdez de la que él protagoniza hasta el choque cultural de dos recién llegados de un pueblecito italiano, pasando por una reflexión sobre el mundo del famoseo y una imaginativa aproximación a una relación a tres bandas. Es obvio que mantiene sus constante habituales en cuanto a puesta en escena (nunca ha sido un gran virtuoso en esa faceta, pero sí muy cumplidor), pero se agradece que no haya apostado por ir con piloto automático en el guión como pasó hace bien poco con la anodina "Conocerás al hombre de tus sueños" (You Will Meet a Tall Dark Stranger, 2010), siendo quizá su mayor acierto la inclusión de un efectivo Alec Baldwin como un personaje fuera de las propias reglas cinematográficas, ya que interactúa (sobre todo) con Jesse Eisenberg con otros delante para intentar evitar que caiga rendido a los encantos de Ellen Page.
Allen ya había demostrado en otros trabajos suyos como la estupenda "Annie Hall" (1977) que no tenía problemas en transgredir las convenciones narrativas del séptimo arte, pero no por ello deja de ser disfrutable que eche mano de ello para aportar comicidad y cierta carga reflexiva a una historia que corría el riesgo de ser monótona y demasiado previsible (es, de lejos, la que más se centra en retratar la belleza de Roma) de haberse desarrollado con normalidad. Además, la propia base de la misma muestra las raíces surrealistas de las cuatro propuestas: La novia de un estudiante de arquitectura invita a una amiga suya a venirse a Roma a vivir con ellos para sobrellevar su ruptura sentimental, pero al mismo tiempo no podría tener más dudas sobre que su pareja va a acabar enamorándose de ella. Esto se contagia a las otras cuatro con, por desgracia, bagaje algo desigual.
Romances (y otras historias) alargados en Roma
Hay una serie de pegas que convierten a la película en una producción irrelevante más allá de ser un buen pasatiempo. El más evidente es que "A Roma con amor" aspira a más de lo que realmente es capaz de ofrecer, algo que la lleva a padecer una duración desmesurada que provoca que el interés vaya desinflándose a medida que avanzan las diferentes historias que nos cuenta. Esto afecta sobre todo a la trama protagonizada por un correcto Roberto Benigni, la cual era una buena pase para un sketch de, como mucho, unos 5 minutos, pero Allen lo estira sin más argumentos que alguna gracieta tan evidente que parece impropia de él. Algo similar pasa con la historia en la que una cumplidora Penélope Cruz da vida a una prostituta de alto standing, ya que los giros de tuerca sobre la inocencia del matrimonio protagonista no dan más de sí, aunque aquí sí que incluye algunos gags efectivos que hacen la cosa más llevadera.
Este problema resulta mucho menos acusado en las otros dos bloques argumentales, siendo bastante evidente que Allen se ha esforzado más en la que él mismo protagoniza, ya que es done más ahonda en el absurdo de lo que quiere criticar, pero lo hace sin llegar a resultar redundante o perderse en cosas que no aportan nada. A cambio, el romance incluido en la misma está tan diluido que la presencia de Alison Pill, de actualidad en los últimos días por haber subido por accidente una foto en topless a su cuenta de twitter, no va más allá de lo anecdótico, algo de agradecer, ya que, tal y como estaba planteada, no daba mucho más de sí. No es que no haya fallos, como una resolución de la misma un poco pobre, algo que también afecta a la de una sexual Ellen Page y un algo atontado Jesse Eisenberg, la cual tiene un cierre muy obvio, pero es cierto que en la propia trama de la misma había una crítica implícita ante la previsibilidad de lo que iba a suceder, así que es algo más perdonable.
En definitiva, "A Roma con amor" es un buen entretenimiento para todos los amantes de la obra de Woody Allen, pero también es una película demasiado larga y un tanto irregular, un fallo recurrente en varias de sus películas. Sigue habiendo bromas o diálogos bastante simpáticos por su absurdez, en especial en la historia protagonizada por el propio director, pero también hay varias situaciones que no aportan nada y otras que acaban resultando un tanto cansinas por redundantes con lo ya visto minutos antes. Vamos, una tontería agradable para pasar un buen rato, ni más, ni menos.
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Noticia, Penélope Cruz aseguró que es la ama de casa perfecta - 20/07/2012 5:52:00
" La actriz Penélope Cruz reveló que ha llegado a una etapa en su vida en la que prefiere centrarse en su familia asegurando que se ha convertido en una experta ama de casa."Me encanta hacer tareas del hogar como cocinar, limpiar o cambiar pañales. Soy el ama de casa perfecta y estoy muy orgullosa de ello", expresó para TV Movie.
Por otro lado, la artista quien ha vuelto a trabajar bajo las direcciones del cineasta Woody Allen, confiesa que el director es muy exigente en el trabajo.
"Es muy exigente como director, sólo me da 30 minutos para aprenderse mi guión Siempre lo hace así. Tienes 30 minutos para leerlo. Después está tocando a tu puerta y tienes que devolverle el guión", declaró.
Penélope, aseguró que ser madre es una bendición, por lo que no le importa alejarse un poco de su carrera para centrarse en su pequeño.
"¡Ser madre es lo más maravilloso que le puede pasar a una mujer! Haré como máximo dos películas al año. En el pasado trabajaba sin parar, no era divertido. Prefiero pasar más tiempo con mi familia", concluyó.
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Consulte Información en Bellas y Modelos El Cine de Roma y El festival de Cine de Roma
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