sábado, 18 de mayo de 2013

enorme despropósito y Skyfall, el regreso del mejor Bond

Daniel Craig

Noticia, Cine en el salón. Remo: desarmado y peligroso, enorme despropósito - 28/03/2013 3:00:52

" Creo que debería comenzar haciendo constar que no vi esta cinta en el año de su estreno. Ya entonces no supo llamar mi atención, por más que el género de acción fuera de mis predilectos, y es por esta razón que, a la hora de revisarla para la entrada que aquí comienza, no guardaba ningún tipo de cariño para con este "Remo: desarmado y peligroso" ("Remo Williams: the adventure begins", Guy Hamilton, 1985). El responsable directo de su inclusión en esta sección de "Nostalgia ochentera" cabe encontrarlo en nuestro lector Rubico, al que, desgraciadamente, no voy a poder agradecerle el haberme descubierto una joya oculta. De hecho, espero no terminar teniendo que exigirle daños y perjuicios por haber atentando contra mi integridad mental.
"Remo: desarmado y peligroso" pretendía ser, como bien indica su título en inglés, la primera entrega de una franquicia que llevara al cine cuantas más adaptaciones mejor de las casi ciento cincuenta novelas pulp que iniciadas por Warren Murphy y Richard Sapir a principios de los setenta, fueron publicadas bajo el título genérico de "The destroyer". Típico sub-producto literario de rapidísimo consumo, los relatos ideados por Murphy y Sapir seguían a Remo Williams, un agente de la policía de Newark que sentenciado a muerte por un crimen que no cometió es reclutado por CURE, una agencia estatal creada por Kennedy para defender el país al margen de la ley.
Otra cosa no, pero los carteles en los 80, molaban
Más o menos con la misma premisa de partida, el inicio de "Remo" ya debería haberme olido mal. Dignos hijos de una época en la que el cine de acción iba a lo que iba no me cuesta imaginarme el comienzo hoy, con media hora de presentación del personaje y de las motivaciones que terminarán llevándole a luchar contra el crimen desde el otro lado de la ley los cinco primeros minutos de la cinta narran de forma muy directa el reclutamiento "por las buenas" del policía por parte de CURE, una organización que secuestrará al agente sin que se nos explique de ninguna forma por qué él ha sido el elegido, y que tras someterlo a cirugía facial lo rebautizará Remo Williams en honor a la escupidera que hay en el hospital en el que éste despertará tras su "reclutamiento" (sic).
Aceptando esta elipsis argumental y el chiste con el nombre del personaje y vamos a dejarlo estar lo cierto es que la primera parte de la cinta se deja ver sin mayores estridencias: Remo un Fred Ward pasado de vueltas que, digo yo, pretendería convertirse con este subproducto en una nueva estrella del género es obligado a entrenar con un maestro de artes marciales coreano que le enseñará a ser letal con sólo el uso de sus manos. A partir de ahí, la cinta discurre, más o menos por los típicos senderos de los entrenamientos en artes marciales que hemos visto en decenas de producciones cinematográficas, con el alumno enfrentándose a un maestro irreconocible Joel Grey que, bajo capas de maquillaje, resulta lo mejor del metraje gracias a su caustico sentido del humor que demuestra habilidades sobrehumanas y que pasa de rechazar de pleno a un sabelotodo que no hace caso de sus lecciones, a convertirse en una figura semipaternal que ve con ojitos tiernos como su cachorro evoluciona de forma espléndida gracias a sus enseñanzas.
Y entonces, el horror. La "fase" de entrenamiento está tocando a su fin, y la cinta nos muestra una escena en la que se ve como Remo es capaz de correr levitando y evitar así dejar huellas. Lo ridículo de la secuencia un quiero y no puedo de Rocky corriendo en la playa unido a unos diálogos que ya acusan demasiado que esto no es una cinta de acción, sino una comedia de acción, provocan que todo se empiece a agrietar por los cuatro costados. Algo que el tono de la cinta irá acusando a partir de ese momento a pasos cada vez más agigantados primero, con una absurda secuencia de acción en la Estatua de la Libertad rodada de forma nefasta y sin ningún sentido del ritmo; segundo, con aquella que se desarrolla en la factoría de armas que asaltan Remo y su superior y que tiene como inesperados alivios cómicos a tres perros dóberman y, por último, en el constante desfase, en todos los sentidos que uno pueda imaginar, que es el clímax final en la base militar.
¿Factoría de armas? ¿Base militar?. Perdón. Es que me pongo y se me va. Resulta que para el guión de "Remo" que, repito, era una pretendida primera entrega de una posible saga que incluso contó con un piloto para televisión de una serie que tampoco llegaría a nada el guionista se saca de la manga que CURE está detrás de un malvado industrial multimillonario que, asociado al proyecto de "La guerra de las galaxias" de la administración Reagan ¡toma ya!, pretende estafar al gobierno mucho dinero construyendo un súper satélite mortífero que en realidad no es tal. De ahí lo de la aparición de la factoría. Si os soy sincero, el que al final la cosa termine yendo a parar a una base militar es algo que la cinta no se toma muchas molestias en explicar.

Llama poderosamente la atención que el director elegido para poner en pie un guión que se deshace con la misma rapidez que el papel higiénico mojado sea el responsable de la que siempre he considerado como la mejor cinta de Bond pre-Daniel Craig, la espléndida "James Bond contra Goldfinger" ("Goldfinger", 1964), un Guy Hamilton que tanto en esta como en sus otras incursiones en el reino de 007, y en títulos como "La fuga de Colditz" ("The Colditz story", 1955) o "La batalla de Inglaterra" ("Battle of Britain", 1969) siempre había demostrado tener un gran pulso para la acción y un mejor tino a la hora de la puesta en escena, factores ambos que en ningún momento entran en juego en "Remo" y que, de cara a su esperpéntico final esa persecución sin pies ni cabeza, hubieran sido deseables.
Puntualizada de forma hilarante por la música de Craig Safan con un tema principal que no se molesta lo más mínimo en enmascarar el autohomenaje del compositor hacia su trabajo en "Starfighter. La aventura comienza" ("The last starfighter", Nick Castle, 1984) huelga decir que "Remo: desarmado y peligroso" no forma parte ni queriendo del grupo de comedias de acción de los ochenta que, encabezado por las dos primeras entregas de "Arma letal" ("Lethal weapon", Richard Donner, 1987) y "Superdetective en Hollywood" ("Beverly Hills cop", Martin Brest, 1984), tantos ratos de risas y adrenalina nos hizo pasar a muchos amantes del cine.
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Interesante, Skyfall, el regreso del mejor Bond - 01/11/2012 3:40:26

" Era evidente que el 50 aniversario de James Bond el cine iba a estar acompañado por multitud de eventos. Sin embargo, por mucho que apareciera en un vídeo durante la gala de apertura de los Juegos Olímpicos, se le dedicase un especial televisivo o Fox lanzara un pack de lujo en blu-ray con todas las aventuras hasta la fecha, el estreno de "Skyfall" (Sam Mendes, 2012) seguía siendo el gran acontecimiento 007 de este año. Eran muchas las esperanzas depositadas en esta aventura número 23 del agente con licencia para matar y las primeras opiniones que fueron surgiendo apuntaban a que estábamos ante una de las mejores, o incluso la mejor, películas de la franquicia, pero no es la primera vez que algo así nos ha acabado una mala pasada, siendo ayer 31 de octubre cuando finalmente pudimos salir de dudas al respecto.
Uno de los grandes aciertos de "Skyfall" es que los productores de la franquicia hayan confiado las riendas de la misma a Sam Mendes, un claro intento de dignificar la saga más allá de su naturaleza como mero entretenimiento. Esta apuesta ya se realizó, aunque con menor intensidad, en "Quantum of Solace" (2008) con el fichaje de Marc Forster, un realizador de lo más ecléctico que fracasó a lo grande en su intento de llevar más allá al agente 007. El desastroso guión, el cual no se pudo trabajar más por la famosa huelga de guionistas de hace unos años, fue el gran responsable, algo reconocido por el propio Daniel Craig, quien llegó a comentar en una entrevista que tuvo que ayudar a Forster a redactar un libreto del que apenas tenían un simple esqueleto. Mendes se enfrentaba así al reto de paliar el mal sabor de boca dejado por su inmediato predecesor y a la necesidad de ofrecer algo a la altura de la celebración el 50 aniversario, y ya os confirmo que ha salido victorioso del reto que tenía ante sí.
Una propuesta diferente
"Skyfall" no es una película de James Bond al uso, llegando al punto en el que reniega de alguna de sus principales constantes como el típico momento hacia el final en el que el gran villano de la función tiene al protagonista a su merced y decide contarle su plan antes de marcharse para que uno de sus esbirros acabe con él. No es ya que esto no esté presente, sino que se retuerce hasta tal punto que, en todo caso, la única secuencia en esa línea tiene un objetivo prácticamente opuesto. Sin embargo, Mendes no está interesado en hacer otro Bond más, y eso es algo que no duda en remarcar siempre que es necesario. Y es que quizá el maravilloso tema musical de Adele sea lo más tradicional de toda la función.
Quizá no estemos ante la mejor entrega de la franquicia, pero sí que estamos ante la más elegante en cuando a la puesta en escena, ya que Mendes consigue equilibrar la necesidad de emoción (brillante el prólogo) con la belleza visual (la lucha entre sombras con el francotirador) contando también con una historia que se desmarca con acierto del típico villano que quiere dominar el mundo y/o amasar una cantidad de dinero obscena. Y es que Silva (estupendo Javier Bardem pese a su discutido look) sólo busca la venganza contra M, estando sus orígenes muy ligados a los de Bond, al cual no duda en tentar para pasarse al lado oscuro. Este aspecto me trajo mucho a la memoria a Stephen Saunders, el gran enemigo de Jack Bauer en la tercera de la televisiva "24" (2001-2009), ya que sirve para que Mendes pueda incidir en lo que podría convertirse Bond sin la necesidad de que se vuelva malo, ya que Silva funciona a modo de ejemplo de lo que podría ser 007 si algún día las cosas realmente se torcieran. No es algo realmente nuevo en la franquicia, pues ya se exploraba esa posibilidad en "Goldeneye" (Martin Campbell, 1995), pero aquí adquiere unos tintes mucho más interesantes.
No termino de entender ciertos comentarios despectivos hacia "Skyfall" acusando a Sam Mendes de Nolanizar la franquicia, algo muy de moda en los últimos tiempos cuando cualquier franquicia opta por un acercamiento más serio y realista a la historia. Lo primero es porque "Skyfall" mantiene la línea de las otras dos entregas ya tenían un tono similar, en especial "Casino Royale" (Martin Campbell, 2006) y lo segundo porque Christopher Nolan no ha inventado realmente nada, consiguiendo este tipo de apuntes que hasta yo empiece a cogerle un poco de manía. Mendes se limita a llevar un poco más allá lo ya planteado por Martin Campbell, sólo mostrando ciertos síntomas de fragilidad cuando ha de ceder a la imposición de un gran enfrentamiento final entre Silva y Bond. Muy espectacular, visualmente sugestivo, inusual en su planteamiento (es Bond quien recibe el ataque) y con Mendes brillando en la puesta en escena, pero que roza peligrosamente lo innecesario y, sobre todo, deja en el espectador una sensación de alargamiento que consigue manchar todo lo que la película había conseguido hasta entonces.
Un brillante reboot
Es evidente que la franquicia ha tenido que reinventarse en multitud de ocasiones, normalmente con motivo del cambio de actor de protagonista, pero hay títulos concretos que han tenido una importancia capital más allá de ese aspecto. Lo curioso es que los dos títulos que antes vienen a mi mente en este campo son "Desde Rusia con Amor" (From Russia with love, Terence Young, 1963) y "James Bond contra Goldfinger" (Goldfinger, Guy Hamilton, 1964), mis dos películas favoritas de la saga hasta ahora. La primera por empezar a sentar las bases sobre las que han girado todas sus sucesoras y la segunda por terminar de asentarlas y matizar otros detalles que aparecían en su predecesora. Pues bien, me atrevo a decir que "Skyfall" entra dentro de ese grupo, tanto en la calidad como en su importancia para redefenir la propia franquicia.
El secretismo que ha rodeado a la película en lo referente a la identidad de ciertos personajes está más justificado que nunca, ya que el guión de John Logan, Neal Purvis y Robert Wade prefiere dejar de lado el construir una aventura convencional de James Bond en favor de la utilidad de "Skyfall" como nuevo comienzo de la saga. Esto es algo que ya se llevó a cabo en "Casino Royale", pero aquí adquiere una nueva dimensión al dar más peso específico a la auténtica alma de estas películas: Sus personajes. Y es que no sólo Silva es un villano mucho más interesante de lo habitual, sino que tanto M (impecable Judi Dench en la ocasión en la que ha tenido que lidiar con una mayor carga dramática) como Q (buen fichaje el de Ben Whishaw, aunque no me termina de convencer su look de engreído genio de la informática) ganan más protagonismo, la primera para hacer más hincapié en lo personal de la historia, teniendo ocasión de mostrar su lado más humano, pero también el más despreciable, y el segundo para matizar el realismo en nuestro días de James Bond y sus cada vez más irreales artilugios, algo que aquí es hasta casi objeto de broma.
Otro de los rasgos distintivos es que James Bond jamás había sido presentado como un héroe tan vulnerable (tanto en lo físico como en lo emocional), algo que casa perfectamente no sólo con la línea de renovación que plantea el guión, sino que sirve para explorar un detalle que la franquicia siempre había ignorado: Lo prescindibles que son realmente los personajes que interpretan a los protagonistas de la historia. Es a su vez uno de los ejes de interés y uno de los aspectos más débiles del libreto, porque sus intenciones se ven venir a la legua por mucho que quieran venderlas como una gran sorpresa. Sin embargo, esto abre la posibilidad a que en un futuro aludan abiertamente a James Bond más como un cargo que como un individuo concreto. No tengo claro que vayan a atreverse a ello en el futuro, pero sería un gran giro para cuando Daniel Craig, que en "Skyfall" da lo mejor de sí mismo para confirmarse así como el segundo mejor Bond de la historia, decida dejar de interpretar al agente 007.
En definitiva, "Skyfall" es un entretenimiento de primera categoría, muy buena película y una de las mejores aventuras cinematográficas protagonizadas por el personaje de James Bond (estaría en entre mis dos o tres preferidas). Además, funciona a las mil maravillas como reboot, algo que ya se intentó con "Casino Royale", pero que aquí está más logrado, siendo también una interesante reflexión sobre la saga en general y lo poco que encaja un personaje como el agente 007 en el mundo de hoy en día. Eso sí, la película pierde algo de fuelle en un tramo final perfectamente ejecutado por Sam Mendes, pero que llega a rozar el aburrimiento por alargarlo en exceso. Ése y otros pequeños errores impiden que "Skyfall" sea el mejor blockbuster del año, pero tampoco se queda tan lejos de conseguirlo.
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Que opina usted? Skyfall, tráiler musical y cartel final del nuevo Bond - 06/10/2012 4:57:39

" Ya os comentaba ayer, aprovchando mi post sobre las mejores películas de James Bond, que se iba a oír hablar mucho del famoso espía con licencia para matar, pero lo que no me esperaba es que fueran a lanza un tráiler musical de "Skyfall" (Sam Mendes, 2012), la próxima película de la saga, de la cual también se conoce la forma de su cartel final. Es cierto que lo de musical tiene trampa, ya que se limita a utilizar el tema principal de la película interpretado por Adele por encima de diversas imágenes de la cinta, pero las canciones siempre han sido parte fundamental de la esencia Bond, eso nadie puede ponerlo en duda.
Recordaréis de que de "Skyfall" ya habíamos visto un teaser (cortito y poco revelador) y un tráiler (más extenso y que quizá cuenta demasiado) para ir abriéndonos el apetito de una película que nos contará la siguiente historia: Un tormentoso secreto del pasado de M sale a la luz, siendo atacado el M6 en el proceso. James Bond tendrá que hacer todo lo que esté en su mano para acabar con la amenaza liderada por misterioso hombre (teñido de rubio platino por motivos que escapan a mi comprensión), aunque ello puede conllevar serias consecuencias en lo personal. El guión de "Skyfall" corre a cargo de Neal Purvis, Robert Wade y John Logan, y esperemos que no sea un espantajo absurdo como el de "Quantum of Solace" (Marc Forster, 2008).
Una de las grandes bazas que tiene "Skyfall" es la presencia del reputado Sam Mendes tras las cámaras, algo que esperemos que se note en el resultado final. El reparto tampoco está nada mal, ya que además de reincidentes como Daniel Craig y Judi Dench, podremos ver otros rostros populares como Javier Bardem, Ralph Fiennes, Albert Finney, Naomie Harris, Ben Whishaw, Helen McCrory, Bérénice Marlohe y Ola Rapace. Además, ya queda bien poquito para que llegue a los cines, pues su estreno en España está fijado para el próximo 31 de octubre, cinco días después de que los británicos puedan empezar a disfrutar de esta nueva aventura de su espía favorito.
Vía | The Playlist
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Que opina? Daniel Craig hará al menos dos películas más de James Bond - 07/09/2012 17:20:28

" El actor británico Daniel Craig seguirá siendo el rostro de James Bond al menos durante dos películas más, según anunció hoy el blog especializado Deadline.
A falta de confirmación oficial, la publicación asegura que con Craig se alcanzará hasta la película número 25 de la saga, financiada por Eon Productions y Sony Pictures.
Craig ha intervenido hasta ahora en "Casino Royale" (2006), "Quantum Of Solace" (2008) y "Skyfall" (2012), que se estrenará próximamente a las órdenes de Sam Mendes.
"Skyfall" se estrena el 26 de octubre en la mayor parte de los mercados y el 9 de noviembre en Estados Unidos.
En esta ocasión estará acompañado por el español Javier Bardem, Albert Finney y Ralph Fiennes, entre otros.
La elección de Craig tras el paso por la saga de Pierce Brosnan ayudó a dar un nuevo impulso a la marca "Bond", hasta el punto de que su debut en 2006 se convirtió en la entrega más taquillera de todas las películas, con casi 600 millones de dólares de recaudación.
El guión de "Skyfall" gira en torno a la lealtad de Bond hacia M (Judi Dench, que encarna a la jefa de los servicios secretos MI6), cuyo pasado regresa para amenazarla. El MI6 es atacado y Bond debe acabar con la amenaza, sin importar el coste personal que suponga.
Si finalmente Craig interviene en dos películas más, eso le convertiría en el tercer actor que más veces ha interpretado al famoso agente secreto, por detrás de Sean Connery y Roger Moore.
La franquicia de James Bond es la más duradera en la historia del cine. Hasta ahora sus ingresos en taquilla ascienden a unos 5.000 millones de dólares, lo que la convierte en la segunda saga más exitosa, por detrás de Harry Potter, sin ajustar las cifras por la inflación. EFE
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Es Noticia, Critica de la pelicula Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres - 21/01/2012 19:00:00

"Sólo hace un par de años que se hizo esta misma película en Suecia, bajo pabellón escandinavo. ¿Qué sentido tiene entonces que se vuelva hacer, ahora en inglés y con más medios pero menos talento? Supongo que la única explicación es hacer caja, sacando réditos al producto original, que en su estreno USA funcionó, pero obviamente a los niveles habituales en los filmes en lengua no inglesa. Salvo esa explicación puramente mercantil, no veo sentido alguna a una nueva adaptación de la novela de Stieg Larsson. Sí, ya sé que el cine es un negocio, pero no sólo un negocio, y se supone que David Fincher, el cineasta autor de filmes como Seven o Zodiac, está ahí no sólo para hacer películas como si fueran salchichones.
Porque además tampoco es que Fincher, quizá consciente de su trabajo de capataz de cuadrilla de jornaleros (distinguidos, sí, pero jornaleros al fin y al cabo), se ha quebrado mucho los cascos. Se ha limitado a poner en escena el guión de Steven Zaillian; su oficio está ahí, por supuesto, y el thriller que nos presenta tiene las habituales buenas notas en las asignaturas de narrativa y tensión, pero en las de creatividad, imaginación y capacidad de innovar, la verdad, suspende espectacularmente.
También es mala suerte, porque justamente esta primera parte de la trilogía literaria de Stieg Larsson es la que corrió mejor suerte en su adaptación escandinava a la gran pantalla, con un director, Niels Arden Oplev, que supo reflejar muy atinadamente la notable novela del precozmente fallecido periodista y novelista sueco.
Tampoco en el apartado interpretativo la comparación resulta positiva para la versión americana: Daniel Craig es un pésimo Mikael Blomvikst (y mira que Michael Nyqvist, el actor sueco original, es todo un cara de palo), sin conseguir despojarse de los tics de su personaje de la serie 007; Rooney Mara, que hace una Lisbeth Salander bastante potable, sin embargo no puede con la fuerza y la entidad de Noomi Rapace, para siempre el torvo rostro de la sociópata más lista y (por qué no decirlo) entrañable que ha producido la literatura y el cine recientes; entre los demás nos quedamos, en todo caso, con la sabiduría de un Christopher Plummer o la desenvoltura de una Robin Wright.
En definitiva, una película que se podrían haber ahorrado: nadie gana. Bueno, sí, sus productores; y tal vez no demasiado, a la vista de las recaudaciones…
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Interesante, "Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres", entreacto - 14/01/2012 6:53:42

" La última película de David Fincher empieza con un pequeño desafío a nuestras expectativas: esos títulos de crédito que reescriben la parafernalia bondiana para placer de los amantes de Daniel Craig, un actor versátil a veces encasillado en su bondiana impavidez, en su gesto invencible. Lo que viene a continuación es una adaptación del libro de Stieg Larsson que, supongo, logrará satisfacer a sus lectores, pero que se revela una de las piezas de cámara menores de la filmografía de su cineasta. La reseña contiene revelaciones argumentales, aunque viendo la relativa fama del antecedente sueco (tanto fílmico como libresco) dudo que resulte sorprendente.
¿Cómo entender la película sino como un entreacto? Leí hace un año con notable interés el best seller, sorprendido por la tosquedad de su prosa y por el magnetismo de Lisbeth Salander, ángel vengador de aires goth-punk, hacker invencible, un Holmes para la era del maltrato. En manos de Fincher, desde el primer minuto, Salander es otra perfecta criatura de su universo autoral (y eso que él no ha firmado todavía ningún guión): un Zuckerberg avant la lettre, de ojos altamente expresivos y de andares introspectivos, confortable con su ira.
¡Incluso la historia parece perfecta para Fincher! Tenemos un pasado extraño, nazis, extraños signos bíblicos, asesinos en serie de mujeres, crímenes que se postergan a través del tiempo y también la narrativa de una hacker empeñada en reescribir el aspecto de una sociedad actual con un reconocible aire antiautoritario. Y sin embargo, la película esquiva samplear cualquier hallazgo anterior de Fincher: no hay una atmósfera turbia y envolvente y deliberadamente barroca como en "Se7en" (id, 1995) y desde luego estamos en otro nivel distinto al de "Zodiac" (id, 2007).
La premisa es bastante sencilla: Mikael Blomkvist, un periodista íntegro, está acorralado por un mal movimiento para capturar a un empresario corrupto y acepta el singular encargo del anciano millonario Henrik Vanger, encontrar a su desaparecida sobrina Harriet. Sospechando de los secretos de su familia, entre cuyos miembros hay reconocidos antisemitas, Blomkvist empieza una investigación que requerirá la ayuda de Lisbeth Salander, una investigadora informática, deliberadamente antisocial y brillante, que ya ha trazado su perfil para Vanger y su abogado, Frode.
Los inconvenientes de la novela han sido glosados ya. En la novela el clímax ocurre mucho antes del final de la película, decisión que el guionista Steven Zaillian respeta tranquilamente. Sin embargo, dudo que ahí esté un gran reparo: el clímax final de la película se lee en tiempo real. La información, ahora bancaria, es nuestro gran diamante, ha venido sosteniendo Fincher en sus dos últimas películas. Sin la rotundidad de su anterior obra maestra, Salander sabe todo lo que necesita a través de un portátil.
De hecho, la tensión de la película nace a través de las fotografías. Haciendo un espectacular uso del montaje, Fincher no quiere que sigamos las pistas de los detectives sino que seamos los propios detectives, por eso el guión de Zaillian esquiva en la medida de lo posible diálogos que expliquen el proceso de los susodichos investigadores. Las fotografías, los montajes paralelos, las pistas son microscópicas: la consecución lógica de toda la memoria que puede haber sido destruida, incluso la memoria de un incidente del todo irrelevante, lleva a la solución.
Fincher debe rodar, claro, los problemas de Salander con su guardián legal y su posterior venganza. Dos escenas brutales, pero no demasiado truculentas: la cámara se aparta cuando debe y solamente vuelve para recordarnos que de alguna manera la justicia siempre prevalece. El mundo descrito por la película se ve interrumpido por la lealtad entre Blomkvist y Salander, pero acaso la facilidad impulsiva con la que ella se acuesta con él lastra la relación. Como también lo hace que todo lo que cuente la historia es que la justicia, de alguna manera, prevalece. Sin matices, sin otra catarsis que la espera lógica a que la justicia prevalezca: el relato no atiende a las posibilidades devastadoras de la verdad sino a que su consecución es algo más o menos esperable e inevitable. La historia es bastante más simple, más sensacionalista que sus dos personajes protagonistas: más interesante resulta su epílogo, tras la desaparición del villano, en el que el espíritu 15M/Occupy Wall Street puede verse agradablemente referenciado.: el pequeño hurto y derribo de un empresario corrupto a través de una perversión de ese sistema que le convierte en relevante.
Rooney Mara da una interpretación espectacular, como he dicho ya, de una sutileza asombrosa y matizando siempre los sentimientos de fragilidad y rencor de su personaje. Su frialdad automática, ejemplificada en la manera que recita sus diálogos, contrasta con su mirada: es un recurso que ya Fincher y Eisenberg matizaron con brillantez para construir su Zuckerberg. Daniel Craig da mucha fragilidad y humanidad a Blomkvist: todo lo que ha hecho es ser, curiosamente, el hombre sitiado y opuesto a cualquier superhéroe de toda la película. El final es parecido al de la novela, pero de alguna manera insatisfactorio. Es una insatisfacción, por cierto, que comparte con mayor contundencia mi compañero Mikel Zorrilla.
Hay, de hecho, una escena en la que vemos su traslado emocional solamente a través de dos planos (uno horizontal de su rostro y otro en el que Fincher rueda a ambos, frente a frente, en la cama). Es una muestra del talento inmenso de Fincher como cineasta, talento que no ha encontrado aquí una historia lo suficientemente compleja pero sí un interesante entreacto a su trilogía histórica. La tristeza de Salander, una decepción pequeña, provoca una sensación extraña: entendemos que la soledad, algo que siempre rodea a las criaturas de Fincher (y que especialmente sacude a Robert Graysmith, Benjamin Button y Mark Zuckerberg), es inevitable y de alguna manera, incluso en su relato menos complejo, es un sinsabor obligado.
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