domingo, 5 de mayo de 2013

La industria Cinematográfica y Actriz Kirsten Dunst

Cinematográfica

Que opina usted? Un amor entre dos mundos, una fantasía desaprovechada - 17/04/2013 13:51:10

" Con una oferta cinematográfica cada vez más amplia e internacional, y en medio de una terrible crisis que ha recortado inversiones y creado espectadores más selectivos, cada vez cuesta más lograr que una película destaque entre la marea de títulos y consiga hacerse un hueco entre las recomendaciones de los aficionados al séptimo arte. En esta competición, donde la poderosa (pero no infalible) maquinaria de Hollywood juega con ventaja, resultan muy útiles los high-concepts, potentes puntos de partida que despiertan la curiosidad del público.
En numerosas ocasiones he oído/leído a la gente quejarse de que ya no hay historias originales, que hay demasiadas películas que cuentan lo mismo. Personalmente, me suele dar igual qué se quiere narrar, lo que me importa es cómo lo hacen, porque eso es lo que suele marcar verdaderamente la diferencia. Una trama diferente, peculiar, puede sonar de maravilla pero si el cineasta la desarrolla con torpeza tarde o temprano llegarán los bostezos. Lamentablemente eso es lo que ocurre la mayoría de las ocasiones, y es el caso de "Un amor entre dos mundos" ("Upside Down", Juan Solanas, 2012).
Ricos y pobres en un entorno de fantasía
La película nos lleva a un fantástico sistema solar donde dos planetas similares a la Tierra coexisten prácticamente unidos aunque separados cada uno por su propia gravedad. A través de la voz en off de Adam (Jim Sturgess) nos enteramos que los habitantes del mundo de arriba son los que manejan el cotarro, privilegiados y poderosos, mientras que los de abajo son los que sufren, currantes y pobres. Hay un amago de interesante crítica sociopolítica pero el guion escrito por Solanas y Santiago Amigorena prefiere centrarse en cuestiones menos espinosas.
El atractivo envoltorio que representan esas llamativas imágenes donde se juega con un planeta que es el cielo del otro y las peculiares leyes gravitatorias imposible no acordarse de algunas de las escenas más espectaculares de "Origen" ("Inception", Christopher Nolan, 2010) es la excusa de "Un amor entre dos mundos" para colarnos otro romance que no tiene nada de nuevo. Y lo que es peor: aburre. Resulta que Adam es un muchacho huérfano del entorno desafortunado, pero es mono y simpático, e ingenioso tiene entre manos una milagrosa crema antiarrugas…, y un día se encuentra con una chica de su particular cielo (Kirsten Dunst), también mona y simpática, enamoradiza y sin prejuicios.
Y claro, "el amor es más fuerte que la gravedad". Y la amnesia. Porque Solanas complica las cosas para los protagonistas incluyendo un forzado giro argumental que, al igual que el planteamiento de los jóvenes enamorados que deben superar el obstáculo de pertenecer a bandos enfrentados o clanes familiares, como apuntaba Sergio, ha sido plasmado en el cine durante décadas, y con mejores resultados Alberto recordaba en Twitter a Mervyn LeRoy. Sin nada realmente singular que vender, y un guion que hace aguas, la propuesta necesita apoyarse en una imaginativa puesta en escena y un reparto inspirado; pero "Un amor entre dos mundos" se derrumba.
Cine hueco
Solanas únicamente se muestra interesado en lucir el asombroso combo de magia digital y diseño de producción, importándole poco si para ello debe destruir la verosimilitud del relato Adam está demasiado cómodo en el otro mundo o incluir escenas que no aportan nada, como la de la copa. Detalles claros de su torpeza como narrador son la rapidez con la que resuelve el conflicto amoroso y el cierre, con una panorámica donde vemos un imposible partido de baloncesto. Con este panorama, queda confiar en los actores pero ninguno de ellos ni siquiera Timothy Spall ofrece su mejor nivel, no reaccionan con naturalidad y nunca hacen creíbles a sus personajes ni el entorno en el que se supone que viven. En definitiva: no perdáis el tiempo.

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Kirsten Dunst

Que opina usted? Críticas a la carta | Jumanji, de Joe Johnston - 14/11/2012 2:58:31

" Son muchas las películas a las que uno coge un cariño especial durante su infancia por unos motivos u otros, pero no todas ellas resisten igual de bien un revisionado cuando uno ya ha crecido y no es un tierno infante. Hay casos en los que simplemente es una joya de película, otros en los que sólo nuestra inconsciencia juvenil nos hizo disfrutar de dicha película en primer y luego hay casos intermedios como el de "Jumanji" (Joe Johnston, 1995), vuestra última elección para formar parte del selecto grupo de cintas que han disfrutado de una crítica a la carta.
He de reconocer que no llegué a ver "Jumanji" durante su estreno en cines, donde gozó de un notable éxito, siendo vista por más de dos millones de personas sólo en nuestro país. Dicho éxito llevó a algunos a cines a volver a exhibirla durante el verano de 1996, oportunidad que aproveché para convertirla en una de las primeras películas que vi en una sala de cine que no fuese la de mi pueblo. Lo cierto es que me entretuvo de lo lindo, pero tampoco se convirtió en una película que adorase con locura ni nada por el estilo (algo que sí pasó con el otro título que vi ese mismo día), una sensación que se mantuvo en el único revisionado completo que hice varios años después. Desde entonces, preferí recordarla con cariño para evitar que se me viniera abajo, algo que, por fortuna, sólo se ha producido de forma parcial.
El guión de "Jumanji" fue uno de los puntos más conflictivos de la película, ya que Chris Van Allsburg, autor del prestigioso relato original del que parte "Jumanji", siempre puso muchos peros a la posibilidad de una adaptación cinematográfica, prefiriendo conformarse con los pingües beneficios que estaba obteniendo por la venta de su libro. Sin embargo, Van Allsburg acabó diendo su brazo a torcer cuando le permitieron colaborar en un primer borrador junto a Jim Strain y Greg Taylor, pero las divergencias pronto resurgieron por el empeño del autor en conseguir un guión brillante. Esto se tradujo en que la adaptación acabó pasando por múltiples manos, quedando finalmente acreditados Straing y Taylor junto a Jonathan Hensleigh, también responsable del libreto de otro de los títulos más taquilleros de 1995: "Jungla de Cristal: La Venganza" (Die hard: With a vengeance, John McTiernan).
El resultado lo anterior fue que la película acabó alejándose muchísimo del original literario, por lo que podría decirse que le salió el tiro por la culata a Van Allsburg. De esto esto se podría esperar que la presencia de Robin Williams se potenciara al máximo, política habitual en las producciones que cuenta con una gran estrella , Williams lo era por aquel entonces-, pero lo cierto es que tarda prácticamente 30 minutos , casi un tercio del metraje- en aparecer por primera vez. Esto es el resultado de un primer acto algo alargado que, tras un prometedor prólogo para introducir el misticismo del juego, se ve obligado a introducirnos en dos historias diferentes que acaban colisionando una vez Williams aparece en pantalla. Este punto, necesario para que los protagonistas sean más que meras marionetas sin alma, entorpece el ritmo de la película, ya que lo que una cinta como "Jumanji" demanda es que sus personajes sean introducidos con agilidad para dar el salto a la aventura que el público está deseando ver.
Una de las principales pegas del comienzo es gran parte de la historia que rodea al personaje de Alan, pues tanto su displicente padre como el trabajador de color de éste son más una molestia que una ayuda para el conveniente desarrollo de la historia. La relación con el primero sí que gana cierto peso cuando aparece el cazador de la jungla, ya que el hecho de estar interpretado ambos por Jonathan Hyde es obvio que no va más allá del mero capricho y de ahorrarse el sueldo de otro actor, pues va relacionado a la maduración personal del protagonista, pero tampoco es algo que tenga la suficiente fuerza, habiendo sido preferible que el cazador fuera poco más que una mosca cojonera más de Jumanji. Peor suerte corre el interpretado por David Alan Grier, anodino en el primer acto y molesto durante el resto del tiempo, ya que el guión lo confina a ser un secundario cómico de la peor calaña.
La partida de Jumanji y la imprevisibilidad de lo que va a salir del tablero es, de lejos, el aspecto más interesante de la función, ya que la aleatoriedad de la misma, algo criticable en la mayoría de casos, se convierte en su principal razón de ser, consiguiedo atrapar la atención y las ganas de aventura del espectador, por lo que Joe Johnston decide no entrometerse demasiado a través de su sencillo pero acertado trabajo en la puesta en escena. Además, Robin Williams sorprende con una composición en la que no abusa de su capacidad expresiva, dejando para ellas casi el mismo espacio que a unos esfuerzos dramáticos , el choque con la realidad cuando regresa del juego o el reencuentro con una meramente correcta Bonnie Hunt- cada vez menos habituales en producciones como "Jumanji". Más del montón y perfectamente sustituibles son los dos chavales, siendo "Jumanji" una mera estación de paso en el crecimiento de la carrera de Kirsten Dunst y una oportunidad de oro para Bradley Pierce, quien ficharía poco después por "Los Borrowers" (The Borrowers, Peter Hewitt, 1997) antes de centrar su carrera en el doblaje de personajes de producciones animadas.
Los efectos especiales de "Jumanji" fueron una de la cosa más llamativa en la época de su estreno, y vista hoy en día es algo que no llego a explicarme. Es cierto que en 1995 aún no eran tan habituales los excesos visuales para tapar las carencias de guión, pero sí que habíamos podido ver que cintas como "Terminator 2: El juicio final" (Terminator 2: Judgment day, James Cameron, 1991) o "Parque Jurásico" (Jurassic Park, Steven Spielberg, 1993) creaban momentos que aún hoy perduran en nuestra memoria. Ése no es el caso de "Jumanji", ya que la película pierde mucha efectividad en cuanto los efectos del juego de mesa cobran protagonismo, en especial en lo concerniente a sus traviesos monos (un recurso cómico habitual, pero, como suele ser también habitual, mal conseguido aquí), que actualmente casi duelen a la vista. Esa sensación de cutrerío visual no resulta tan agudizada en el resto de casos, pero uno siempre es consciente de estar presenciando un truco óptico resuelto con escasa pericia.
El desenlace, presente de forma similar en el relato de Van Allsburg, nos deja claro que Sony estaba muy por la labor de rodar una segunda entrega, proyecto que fue aplazándose hasta caer finalmente en el olvido. Muchos quisieron ver en "Zathura. Una Aventura Espacial" (Zathura: A space adventure, Jon Favreau, 2005) una secuela de "Jumanji" tanto por sus similitudes argumentales como el hecho de estar basada en otro relato de Van Allsburg, pero todos los implicados en el proyecto hicieron cuanto estuvo en su mano para negar tal asociación o relativizarla lo máximo posible. Quizá acabaron arrepentidos cuando terminó convirtiéndose en un fracaso económico al no conseguir recaudar tan siquiera los 65 millones de dólares que costó. Eso sí, Sony no se rinde con "Jumanji" y este pasado verano anunciaron que ya están trabajando en un reboot de la misma, una idea que no me resulta tan desagradable después de haber completado este revisionado.
En definitiva, "Jumanji" es una película sobre la que pesa mucho el paso de los años en su acabado visual, uno de sus puntos fuertes cuando se estrenó en 1995. Por lo demás, la sensación de aventura funciona siempre y cuando es la propia partida la que gana protagonismo y no aspectos de dudoso interés como los monos dañinos a la vista o el policía de color, agradeciéndose también que haya espacio para apuntes trágicos o que Robin Williams modere los excesos expresivos de los que hacía gala en aquella época. Vamos, un aceptable entretenimiento, pero lejos de ser digna de hablarse de ella como una mítica cinta de corte familiar.
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Es Noticia, Entrevista con el vampiro, el monstruo de las dos espaldas - 08/10/2012 2:27:20

" Un periodista (Christian Slater) recibe la llamada de Louis de Pointe du Lac (Brad Pitt) en medio de la noche. Y no, no es un conde de una película de época, aunque casi, porque es un vampiro (¡uno de verdad y legendario!) que les contará el peculiar viaje que vivió junto a Lestat (Tom Cruise) y su extraña "adoptada" vampira, Claudia (Kirsten Dunst). A través de ellos, se nos contarán las crónicas vampíricas.
Siempre he apreciado las películas de Neil Jordan. Me encanta "Juego de lágrimas" (The Crying Game, 1992), pero, sobre todo, me encanta "En compañía de lobos" (The company of the Wolves, 1984) que es tan enfermiza, tan retorcida y tan psicoanalítica que la considero directamente inconcebible en el actual panorama industrial, pero también en el de entonces pues ¿quién iba a filmar una película episódica con lecturas tan perversas del mito de Caperucita Roja que hubieran hecho las delicias de Bruno Bettelheim?
Bettelheim ha escrito un libro conocido entre la gente del tema, el "psicoanálisis de los cuentos de hadas" y esta versión explícita de las relaciones (carnales) de la Caperucita (en su pubertad, como señala el rojo) y el Lobo (en otra pubertad, más, uhm, salvaje) me dejaron trastocado en su momento. En todo caso ¿es Jordan un director rarísimo del que ojalá viéramos más películas? Lo es, lo es y "Desayuno en Plutón" (Breakfast on Pluto, 2005) demuestra que no ha perdido su forma (del todo).
Bien, presentado al director, pasemos a la película. Esta es una adaptación del libro de Anne Rice, del mismo título, por cierto, y que fue un éxito desde su publicación en Estados Unidos en el año 1976. Anne Rice completó su trilogía y hasta pasó de ser una libertina romántica y decadentista a darse a los credos religiosos (¡y volver al cristianismo!). El asunto es que su best seller cumplió la función y rescató al vampiro como último eslabón del amor y la sexualidad victorianas y, lo que a veces equívocamente, es atribuido al Drácula coppoliano fue, en realidad, fruto de Anne Rice, la primera que puso de moda un vampiro que era un amante inmortal y que rescataba, por supuesto, materiales lejanos.: desde la condesa Bathory al legado de las películas de la Hammer pasando por el romanticismo desatado de los ingleses como Byron.
Bien. Como la vida no es sencilla, ni el tiempo es lineal, la versión cinematográfica de la novela de Rice se hizo ¿adivináis? debido al éxito del "Drácula de Bram Stoker" (Bram Stoker"s Dracula, 1992) de Francis Ford Coppola que, en su momento, fue un éxito de crítica y público y creó una especie de corriente de remakes de mitos del terror pero además les dio un insólito ademán de respetabilidad. Los despistados pensarán que Stoker tiene algo que ver, pero su novela original en nada se parece a la versión de Coppola, más allá de líneas argumentales vagamente similares, la novela original hacía énfasis en el aspecto menos romántico y más vil del personaje.
¿Y entonces? Pues Anne Rice, que creó una moda, tuvo que esperar a que fuera una película, que no adaptaba su novela, para tener su propia adaptación. ¿No os resulta curioso? Bien, así son las influencias y así son las decisiones que respectan a la industria del cine, más cara y con ello más lenta de producir que otros medios. Rice, por otra parte, firma el libreto, con lo cual se explica lo fiel que es a su propio material y también lo bien que entiende el cine, como sabéis un medio muy distinto a la novela.
Rice escribió esta película con Alain Delon en mente (En el papel del Louis que interpreta Pitt), lo cual me parece, francamente, una idea deliciosa.: ¿no es Delon, ese diablo frívolo que solía matar a pleno sol y se paseaba como un samurai, un actor perfecto para ser un vampiro? ¿No es acaso su belleza, con esos rasgos suaves y sus inquebrantables ojos, lo más parecido a un vampiro aristocrático? Yo creo que sí.
Jordan opta por otro camino, y es un camino hollywoodiense, pero no en su vertiente calamitosa, sino más barroca y exitosa. Largos movimientos de cámara usando la grúa, absolutamente acertado diseño de producción del ya de por sí bestial Dante Ferretti, un admirable trabajo lumínico de Philippe Rousselot con gran talento para iluminar sets y dar uso al chiaroscuro y sacar un partido pictórico al sur estadounidense, representado con un gusto insólito. El talento de los implicados brilla, pero Jordan y Rice dan a Kirsten Dunst un papel ambiguo, y se atreven a dibujar una infante vampírica con pulsiones sexuales que devienen, en realidad, el romanticismo de amar y no saberse correspondido o, incluso peor, necesitado.
La película termina con una coda metaficcional.: es decir, se nos habla del papel del cine dentro de la propia película. Es cierto que ya había referencias al cine en la versión vampírica de Coppola, pero este poético y hermoso final de Jordan bien se dirige a otro destino.: las imágenes, también su transcurrir en el que vamos del blanco y negro al color y superponemos nuestra manera de soñar amaneceres, hablan al vampiro como una epifanía final. ¿No es hermoso?
Shakespeare, un verdadero genio que viene a la mente tras ver este romántico y decadente paseo por el amor inmortal, definió una vez al sexo como ese "monstruo de las dos espaldas". El vampirismo de Rice no es un vampirismo de dominación, o incluso de una pulsión romántica no resuelta como el Gary Oldman que pierde a Winona Ryder, es, también, el mismo deseo: se reproduce y perdura, y sus paseantes, estos vampiros, son prisioneros en busca de este monstruo de las dos espaldas en distintos objetos de deseo, amantes que se van perdiendo.
Por ser inesperadamente profunda, por ser tremendamente bella, por ser enigmática, por entretener en sus más de dos horas de duración, juzgo y considero a esta película mi favorita del subgénero vampírico, pero, al margen de preferencias, una de las mejores y de las más excéntricas y sensuales. Por cierto, hay una película enloquecida de Neil Jordan que me encanta y nadie recuerda: "El hotel de los fantasmas" (High Spirits, 1984), de los ochenta, cuando el cine se permitía mezclar fantástico y terror como si fueran compañeros de cuna y dejar que la imaginación dinamitara los tópicos con salidas de tono maravillosas. Otro día nos dedicamos a ella.
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Que opina? Cannes 2012 | On the Road se queda en una bonita superficie, Holy Motors es una estimulante rareza - 23/05/2012 15:32:46

" Si ayer fue el día de Brad Pitt, hoy lo ha sido de Kristen Stewart. La estrella de la saga "Crepúsculo", para algunos una prometedora actriz (yo la encuentro bastante limitada aunque es joven y valiente, puede mejorar), es una de las protagonistas de "On the Road", lo nuevo de Walter Salles y uno de los 22 títulos que compiten este año por la Palma de Oro. La han acompañado el director y otros famosos compañeros de reparto, como Viggo Mortensen, pero la chica ha sido la más buscada por los medios en esta octava jornada del festival de Cannes. Otra visita que ha despertado mucha expectación ha sido la de la cantante Kylie Minogue, que tiene un breve papel en "Holy Motors", el último trabajo de Leos Carax, también en la sección oficial.
"On the Road"
Una de las películas más esperadas de la 65ª edición del festival (que me está pareciendo más flojo que el año pasado) era la adaptación largamente gestada de la obra cumbre de la Generación Beat, "On the Road", escrita por Jack Kerouac y editada en España bajo el título de "En el camino". Francis Ford Coppola y su hijo Roman figuran entre los productores del film, dirigido por Salles a partir de un guion de Jose Rivera; Gustavo Santaolalla pone la música y el reparto es espectacular (aunque algunos actores tienen poca participación). La historia gira en torno a Sal Paradise (seudónimo de Kerouac), un joven neoyorquino aspirante a escritor que tras la muerte de su padre conoce al impulsivo y carismático Dean Moriarty (en realidad, Neal Cassady). Juntos emprenderán un viaje en busca de libertad, diversión y experiencia que cambiará sus vidas, y que Sal usará como base para su primer libro. 55 años después de su publicación, nos llega la versión cinematográfica del influyente texto; por las reacciones del pase de prensa y lo que he estado oyendo por aquí, en el Palais, la sensación general es de decepción. Personalmente no me he llevado ningún chasco, es un relato muy cuidado visualmente, entretenido en su mayor parte y con buenas interpretaciones. No esperaba otra cosa viniendo del realizador brasileño.
Salles se confiesa como un gran admirador del libro "On the Road" y ha tratado de ser lo más fiel posible, buscando las localizaciones auténticas e incluyendo líneas escritas por Kerouac tanto con voz en off como escritas en la pantalla. El resultado es una adaptación plana y superficial, que no se adentra en las emociones y el punto de vista poético de las vivencias de Sal. No explotar la imagen, no busca metáforas, opta por lo fácil, agarrarse al texto. Así que cuenta lo que ocurre, expone lo exterior, y lo hace con delicadeza y corrección, pero no consigue plasmar el espíritu, el interior. La más humilde "Howl" triunfaba donde esta fracasa. También tropieza el director con el ritmo de la película, haciéndose difícil de seguir con interés todo el último tramo. En parte es culpa de su desacierto con el punto de vista, enfoca a demasiados personajes y le queda una narración fragmentada, descompensada, en lugar de mantenerse cerca del protagonista, pegarse a su mirada y su modo de captar el mundo. Se trataba, creo yo, de poner en imágenes las intensas experiencias y reflexiones de un individuo, una visión inspiradora de la vida, pero lo que hay es una sucesión de hermosas postales (Eric Gautier firma la fotografía) con muchachos guapos disfrutando del alcohol, las drogas y el sexo.
Algo que llama la atención, de manera positiva, es el tratamiento de las escenas sexuales. Están filmadas con sensibilidad e interpretadas de manera honesta y atrevida; sorprende ver a Kristen Stewart desnuda en varias ocasiones o protagonizando una morbosa escena de masturbación doble (a lo "Novecento"), no creo que muchas actrices con su edad y su estatus aceptaran cruzar ese umbral. Sam Riley no me convence como Sal/Jack, está algo desconectado y posa demasiado, pero tampoco le ayuda la puesta en escena Salles, poco inspirado reflejando la labor creativa del escritor (mejor tratada en la adaptación de "El almuerzo desnudo", otro clásico "beat" llevado al cine por Cronenberg). Garrett Hedlund fue otra buena decisión de casting, su interpretación es entregada y auténtica, nada que ver con su papel en la hueca "Tron: Legacy". Terrence Howard, Kirsten Dunst, Amy Adams, Steve Buscemi (tiene una de esas escenas que se quedan grabadas), Alice Braga y Viggo Mortensen (en la piel de William S. Burroughs) se dejan ver brevemente por la pantalla, enriqueciendo con su presencia y talento una película con mucho esfuerzo y muy buenas intenciones, pero carente de coraje e ingenio. No logra su objetivo y no se merece estar en el palmarés.
"Holy Motors"
El nuevo trabajo de Leos Carax es totalmente diferente a "On the Road". De hecho, no se parece a casi nada que yo recuerde, aunque me viene a la mente el cine más experimental de Takeshi Kitano, con ese humor del absurdo. Cuenta el realizador francés que "Holy Motors" nació como consecuencia del fracaso de varios proyectos, y es que su último largometraje, "Pola X", se estrenó hace ya trece años (también fue seleccionada para competir en Cannes). Al parecer, la producción de "Tokyo!", para la que dirigió un segmento (el personaje protagonista, señor Mierda, vuelve a aparecer aquí), le animó a realizar su quinto largometraje, que es una especie de cajón de sastre, una mezcla de ideas e imágenes de muy diversa índole. Hay, por ejemplo, una escena de sexo entre dos criaturas monstruosas animadas. Y no es lo más raro del film. No hay una trama corriente; un hombre, al que interpreta Denis Lavant, va participando en una serie de escenarios, sin aparente sentido ni orden, adoptando siempre una nueva identidad. La sensación de desconcierto se mantiene durante toda la película, que siempre gira hacia lo inesperado cuando uno cree que ya sabe lo que está pasando. Hay alguna pieza poco inspirada, y creo que sobra metraje, pero el conjunto es muy divertido y estimulante.
"Holy Motors" comienza con la imagen de un público dormido, o quizá muerto, en sus butacas. ¿Una crítica al acomodado espectador, una divertida amenaza, o simplemente algo sugerente y enigmático? Las preguntas solo acaban de empezar, y la mayoría no van a recibir respuesta, solo caben conjeturas, y la opción más acertada (pienso yo) es dejarse llevar sin buscar explicaciones, a ver qué pasa y qué se siente, qué queda. En la misma secuencia inicial, un prólogo, vemos al propio realizador en la pantalla, como un hombre que acaba de despertar en mitad de la noche y descubre una puerta escondida en la pared (una idea sacada de Kafka); al atravesarla, Carax llega a la sala que habíamos visto antes, con esos cuerpos desprovistos de vida. Tras esta misteriosa apertura, con cierto sabor a David Lynch, se nos presenta a Oscar (Lavant) saliendo de casa para ir al trabajo. Sube a una limusina y su chófer/secretaria le comunica que tiene programadas nueve citas. Ha leído informes y hablado con alguien por teléfono sobre cifras, y da la impresión de tener mucho dinero, así que la sorpresa es mayúscula cuando Oscar sale del vehículo disfrazado como un anciano mendigo, pidiendo monedas en la calle. Hasta once personas diferentes serán encarnadas por Oscar.
Uno de los escenarios es un oscuro estudio de grabación donde Oscar da vida a un actor al que capturan sus movimientos. En un momento dado, dispara a una pantalla verde subido a una cinta de correr cuya velocidad va en aumento. Carax ha comparado esta escena con esa famosa de "Tiempos modernos" en la que Chaplin queda atrapado entre los engranajes de la maquinaria que opera. Solo que la enorme maquinaria ha ido dejando paso a lo virtual, donde igualmente el trabajador puede quedar enredado y alienado. Según el autor, las grandes máquinas (como esa limusina/camerino donde se originan las transformaciones del protagonista) no son las únicas que están siendo sustituidas, también los seres humanos (nuestras emociones, nuestras relaciones) y los animales; a estas entidades se refiere con el título de "Holy Motors" ("motores sagrados"). Nos pregunta quién es y dónde queda el hogar del hombre (¿dentro del ordenador?, plantea Carax en una entrevista). Temas como la identidad, la vida, el arte y la fantasía (aquí entraría el cine) son tratados en esta singular y valiente película, con un protagonista que no sabría decir si es un alma, un intérprete o simplemente alguien que muestra un abanico de posibles alter egos. Quizá valga cualquier interpretación.
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Interesante, Cannes 2012 | Repaso a las películas más interesantes de la 65ª edición (I) - 10/05/2012 13:30:00

" Queda menos de una semana para que arranque el prestigioso Festival de Cannes. Del 16 al 27 de mayo tendrá lugar la 65ª edición del certamen cinematográfico más importante del mundo y Blogdecine no se lo va a perder. Por segundo año consecutivo estaremos allí, in situ, acreditados, por lo que tendréis información de primera mano, imágenes y críticas de las películas más destacadas que se proyectarán durante el festival, que este año rinde homenaje a uno de los mayores iconos del séptimo arte, Marilyn Monroe, fallecida cinco décadas atrás.
¿Y cuáles son las películas más relevantes? Bueno, esa es la clave de la breve serie de artículos que empiezo hoy, proporcionar una guía con lo más jugoso de la programación de Cannes 2012. Veintidós títulos compiten este año por la Palma de Oro, que podría ir a parar a las manos de cineastas tan reputados como David Cronenberg, Michael Haneke, Ken Loach, Wes Anderson o Alain Resnais, por citar solo algunos de los que aspiran al preciado galardón. Esta vez no hay presencia española en la sección oficial y, a pesar de los rumores, directores como Paul Thomas Anderson, Terrence Malick (el triunfador del año pasado) o Wong Kar-wai no presentarán sus nuevos trabajos en la Croisette. Sí acudirán, curiosamente, Robert Pattinson y Kristen Stewart, dos de los jóvenes actores más deseados del planeta, protagonistas de "Cosmopolis" y "On the Road", respectivamente. Comenzamos con estas dos el repaso a las películas más interesantes del 65º festival de Cannes:
"Cosmopolis"
Director: David Cronenberg. Reparto: Robert Pattinson, Juliette Binoche, Paul Giamatti, Mathieu Amalric, Samantha Morton, Sarah Gadon y Jay Baruchel. Sinopsis: En una Nueva York en plena ebullición, la era del capitalismo llega a su fin. Eric Packer, el chico de oro de las altas finanzas, se adentra en su limusina blanca. Mientras la visita del presidente de Estados Unidos paraliza Manhattan, Eric Packer solo tiene una obsesión: que le corten el cabello en su peluquería, al otro lado de la ciudad. A medida que transcurre el día, el caos se adueña de la atmósfera y él asiste impotente al hundimiento de su imperio. Además, está seguro de que se disponen a asesinarle. ¿Cuándo? ¿Dónde? El protagonista se dispone a vivir las 24 horas más importantes de su vida.
Uno de los títulos más potentes del certamen y el más esperado de 2012 para quien os escribe. Vuelve Cronenberg (a quien le dediqué un especial, como recordaréis) solo un año después de la fascinante "Un método peligroso" ("A Dangerous Method") con una adaptación de la novela homónima de Don DeLillo protagonizada por Pattinson (después del abandono de Colin Farrell), considerado por muchos como un actor nefasto a causa de la saga "Crepúsculo" ("Twilight"). Es la cuarta vez que el canadiense compite en el festival que llegó a presidir en 1999, tres años después de recibir el gran premio del jurado por "Crash".
"On the Road"
Director: Walter Salles. Reparto: Sam Riley, Garrett Hedlund, Kristen Stewart, Kirsten Dunst, Amy Adams, Steve Buscemi y Viggo Mortensen. Sinopsis: Al día siguiente de la muerte de su padre, Sal Paradise, un aprendiz de escritor neoyorquino, se topa con Dean Moriarty, un joven expresidiario con un encanto arrollador que está casado con Marylou, una mujer muy libre y seductora. El entendimiento entre Sal y Dean es inmediato. Decididos a no dejarse encerrar en una existencia estrecha, los dos amigos rompen sus vínculos y se lanzan a la carretera con Marylou. Sedientos de libertad, los tres jóvenes parten a la búsqueda del mundo, de los demás y de sí mismos.
Llega a Cannes la esperada adaptación de la famosa novela de Jack Kerouac, editada en España con el título "En el camino". Salles, que aspira a la Palma de Oro por tercera ocasión, dirige un material de culto, con un reparto espectacular y la música de Gustavo Santaolalla (ganador de dos Oscar). Gane o no, el cineasta brasileño (miembro del jurado en 2002) tiene entre manos una de las películas más relevantes del año.
"De rouille et d"os"
Director: Jacques Audiard. Reparto: Marion Cotillard, Matthias Schoenaerts, Armand Verdure, Céline Sallette, Corinne Masiero, Bouli Lanners y Jean-Michel Correia. Sinopsis: Todo comienza en el norte. Ali se encuentra con Sam, de 5 años, en los brazos. Es su hijo, al que apenas conoce. Sin domicilio, sin dinero y sin amigos, Ali encuentra refugio en casa de su hermana en Antibes. Allí, enseguida todo mejora, ella los aloja en el garaje, se ocupa del pequeño y el clima es agradable. Tras una pelea en una discoteca, su destino se cruzará con el de Stéphanie. Ali la lleva a su casa y le deja su teléfono. Él es pobre, ella es hermosa y rebosa confianza. Es una princesa. Son totalmente opuestos. Stéphanie es domadora de orcas en Marineland. Hará falta que el espectáculo adquiera tintes dramáticos para que una llamada de teléfono en plena noche les reúna de nuevo. Cuando Ali se vuelve a encontrar con ella, la princesa está atada a una silla de ruedas: ha perdido sus piernas y sus sueños. Ali la ayudará con sencillez, sin compasión, sin lástima. Y ella revivirá.
Otro de los largometrajes más esperados, lo nuevo de Audiard después de "Un profeta", una de las mayores alegrías que nos dejó la cosecha cinematográfica de 2009 (si bien llegó a España en 2010). Es la tercera vez que el francés compite en Cannes, donde ya ganó el premio al mejor guion por "Un héroe muy discreto" y el "grand prix" por su último y portentoso trabajo. El realizador vuelve con una adaptación de "Rust and Bone", colección de relatos escritos por Craig Davidson, al que han comparado con Chuck Palahniuk ("El club de la lucha"). De la música se ha ocupado Alexandre Desplat, otro motivo para no olvidar este título.
"Lawless"
Director: John Hillcoat. Reparto: Shia LaBoeuf, Tom Hardy, Jason Clarke, Guy Pearce, Jessica Chastain, Mia Wasikowska y Gary Oldman. Sinopsis: 1931. En el corazón de la América de la prohibición, en el condado de Franklin, en Virginia, estado famoso por su producción de alcohol de contrabando, los tres hermanos Bondurant son traficantes célebres: Jack, el más joven, ambicioso e impulsivo, desea transformar el pequeño negocio familiar en un tráfico a gran escala. Sueña con hermosos trajes, armas y espera impresionar a la sublime Bertha. Forrest, el mayor, actúa como jefe y está decidido a proteger a su familia de las nuevas reglas que impone un nuevo mundo económico. Cuando Maggie desembarca huyendo de Chicago, la recoge también bajo su protección. Solos contra una policía corrupta, una justicia arbitraria y los gángsters rivales, los tres hermanos escriben su leyenda: una lucha por continuar por su propia senda, durante la primera gran ola de criminalidad del país.
Otra con un elenco de actores impresionante (con la excepción de LaBeouf, claro). No es el único gancho de esta película basada en hechos reales que tiene lugar durante la etapa de la ley seca en Estados Unidos, hay mucho interés por ver el nuevo trabajo de Hillcoat, conocido por la realización de "The Road". Novato en Cannes, el australiano tiene su primera oportunidad de lograr la Palma de Oro con esta adaptación del libro "The Wettest County in the World" escrito por Matt Bondurant, descendiente de los auténticos protagonistas de la historia.
"Killing Them Softly"
Director: Andrew Dominik. Reparto: Brad Pitt, Richard Jenkins, Ray Liotta, Scoot McNairy, James Gandolfini, Bella Heathcote y Sam Shepard. Sinopsis: Cuando una partida de póker ilegal es atacada por ladronzuelos, toda la mafia se siente amenaza. Los capos de la Mafia acuden a Jackie Cogan para encontrar a los culpables. Sin embargo, la misión de Cogan se complica entre indecisos, estafadores de segunda, asesinos cansados y los mismos ladronzuelos, y entonces la situación degenera…
Previamente conocido como "Cogan"s Trade", estamos ante el nuevo trabajo del director de "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford", una de las películas más discutidas y aplaudidas de 2007. Dominik vuelve a contar con Pitt (que regresará a la Croisette tras presentar "El árbol de la vida" el año pasado) para este nuevo relato sobre criminales que le ha proporcionado la primera oportunidad de competir en Cannes. Hay quien ya le considera favorito sin haber visto la película. Que solo por el reparto ya debe merecer la pena…
"Moonrise Kingdom"
Director: Wes Anderson. Reparto: Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray, Frances McDormand, Tilda Swinton, Harvey Keitel y Jason Schwartzman. Sinopsis: En una isla junto a la costa de Nueva Inglaterra, en pleno verano de 1965, dos niños de doce años se enamoran, sellan un pacto secreto y su fugan juntos. Mientras toda la ciudad se moviliza para encontrarlos, una violenta tormenta se aproxima a la costa y transformará todavía más la vida de la comunidad.
Anderson tendrá el honor de inaugurar la 65ª edición del certamen con su séptimo largometraje. El cineasta, que tampoco había competido antes en Cannes (hay mucha presencia estadounidense en la sección oficial de este año), presenta nuevo trabajo tres años después de probar suerte con la animación en la estupenda "Fantástico Sr. Fox". Otra vez hay que destacar un reparto envidiable (Willis y Norton necesitan reactivar sus apagadas carreras) y casualmente aquí también colabora Desplat, por lo que tenemos ingredientes más que suficientes para considerar "Moonrise Kingdom" uno de los títulos más atractivos del año.
Continuará…
PD: Si alguno de los presentes va también a Cannes durante las fechas del festival y le apetece una charla cinéfila, que no dude en ponerse en contacto conmigo. Ya sabéis dónde encontrarme.
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Es Noticia, Críticas a la carta | Spider-man, de Sam Raimi - 26/03/2012 5:50:31

" Algunos quizá piensen en Christopher Nolan y sus acercamientos a la figura de Batman a la hora de buscar un gran culpable en la avalancha de superhéroes en el cine durante el siglo XXI, pero lo cierto es que él ya se encontró el camino allanado por otras producciones, donde sobresale con luz propia "Spider-man", cuyo éxito fue la gran clave para que se empezase a adaptar la historia de superhéroes más secundarios. ¿Cuál es el motivo? El dinero, ahí no hay ninguna sorpresa, pero conviene pararse un segundo a valorar sus logros en este apartado: "Spider-man" se convirtió en la película más taquillera durante su primer fin de semana, también fue la que más ingresos tuvo en USA durante todo el 2002, y aunque mundialmente se tuvo que conformar con el tercer puesto ("El señor de los anillos: Las dos torres" y "Harry Potter y la cámara de los secretos" lograron superarla), no tuvo problemas para convertirse en su momento en uno de los diez largometrajes más taquilleros de la historia al ingresar 821,7 millones de dólares.
Esas cifras pueden no parecer para tanto hoy en día, pero lo cierto es que aún es una de las treinta películas más taquilleras de la historia y sólo otras dos cintas superheroicas ("El caballero oscuro" con 1001,9 millones y "Spider-man 3" con 890,9) han logrado sobrepasar esos números. Además, creo que no hace falta mencionar una por una todas las producciones de estas características para ver lo importante que fue el estreno de "Spider-man" en el 2002. Por mi parte, recuerdo perfectamente ver la película tras solucionar unos papeleos en la universidad previos a poder matricularme y que ya por aquel entonces me tocaba las narices que algunos filmes tardasen tanto en llegar a España desde su estreno en USA (mes y medio pasó en este caso). ¿Mi veredicto por aquel entonces? Un buen entretenimiento con algunos momentos de brillantez. Un par de años después adquirí una copia en dvd y procedí al único revisionado que había hecho hasta hace apenas unos días. Lo cierto es que me gustó algo menos que la primera vez. Ahora el misterio es: ¿Cómo ha sobrevivido "Spider-man" a tantos años desde el último visionado?
Spider-man siempre ha sido uno de mis superhéroes de cómic favoritos junto a Batman y Hulk (el musculoso verde era mi favorito de chaval), pero estoy lejos de ser un purista que se ofenda con cualquier cambio. Es por ello que situaciones como el mezclar alegremente situaciones propias de la historia de Gwen Stacy (a la que da vida Emma Stone en el relanzamiento de la franquicia) con Mary Jane no son cosas en las que me vaya a parar demasiado. Estamos ante una adaptación y no ante una traducción cinematográfica del original.
La contratación de Sam Raimi resultó sorprendente en su día. ¿El motivo? Pues que más allá de lo irregular que estaba siendo en sus trabajos previos (capaz de rodar su mejor película con "Un plan sencillo" y también una memez de mucho cuidado como "Premonición"), lo cierto es que llevaba años sin conseguir un claro éxito comercial. Además, sabiendo que se había barajado seriamente la opción de que fuese David Fincher (desavenencias con la historia a adaptar provocaron que no llegase a buen puerto) pues estaba entre extrañado y algo decepcionado. Eso sí, lo que parecía claro es que seguro que iba a ser algo mejor de lo que podría haber salido de ese proyecto ochentero producido por la Cannon y dirigido por Tobe Hooper. Y en este caso hasta llegaron a sacar un cartel promocional (podéis verlo a vuestra derecha), por lo que poco faltó para que llegase a ser una realidad. Sobre su trabajo, logra mantener el interés y ceder sólo cuando es necesario a la pirotecnia visual (que además está bien rodada, evitando confundir de forma innecesaria al espectador), pero falta un gran momento icónico (quizá el más cercano sea el beso bajo lluvia), amén de que ceder en un par de ocasiones a la moda de la época de la cámara lenta importada por el impacto que tuvo "Matrix" no es un acierto.
También es cierto que podemos encontrar ciertas limitaciones en un guión oficialmente atribuido a David Koepp, pero en el que varias personas metieron mano, incluyendo a un James Cameron que hizo un boceto inicial cuando estaba pensado que fuese él el encargado de dirigirla. Koepp acertó al mantener el hecho de que las telarañas de Spidey tengan un origen orgánico, ya que en el cómic nunca me terminé de creer demasiado que Peter Parker consiguiera crearlas. Por lo demás, "Spider-man" tiene un tono introductorio excesivo, lo cual afecta a la legendaria rivalidad entre Spiderman y el Duente Verde, quedando ésta reducida a una cantidad de metraje demasiado breve para alcanzar todo su potencial. Otro punto relevante es la espectacularidad visual, y aquí hay varios momentos que aún hoy funcionan a la perfección, pero también hay situaciones esporádicas en la que el trabajo de efectos especiales es bastante fallido, quedando muy al descubierto la excesiva utilización del ordenador. En cambio, pocas pegas hay que poner a la banda sonora de Danny Elfman (contratado por petición expresa de Laura Ziskin, productora de la película), ya que consigue que su sonido característico (es muy difícil confundir una banda sonora suya con la de otro compositor) se ajuste a la perfección a nuestro querido trepamuros.
¿Era Tobey Maguire el actor idóneo?
Una de las cosas que más dudas generaba era la elección de Tobey Maguire para dar vida al binomio Peter Parker/Spider-man. Para el papel llegaron sonar tanto actores que han demostrado ser claramente mejores que él (Leonardo DiCaprio, el favorito de James Cameron, Heath Ledger o Ewan McGregor) como otros cuya mera existencia mejor olvidar (Chris ODonnell, Freddie Prinze Jr. o Chris Klein), así que, hablando con la ventaja de hacerlo diez años después, podemos decir que fue una elección intermedia. El gran problema de Maguire es que no es un actor especialmente carismático, y eso afecta a su trabajo cuando le toca ser el arrollador héroe arácnido, que funciona mejor cuando se limita a moverse a lo loco por los aires que a seducir a Mary Jane o a intentar replicar la comicidad característica del personaje.
En cambio, sí que resulta muy convincente en la faceta de pringao, siendo determinante para ello sus rasgos fáciles, porque puede gustar más o menos, pero no creo que nadie pueda decir que sea alguien especialmente expresivo (vergüenza daba la escena de la tercera entrega en la que pretendía ir de chico malo). La cuestión es que encontrar un equilibrio entre ambas facetas es especialmente complicado, por lo que entre un Spider-man poco memorable y un hasta cierto punto logrado Peter Parker (salvo cuando se pone demasiado trascendental con lo de "un gran poder conlleva una gran responsabilidad) sale una media de no está mal. Eso ya podía detectarse en su momento (os recuerdo que ya existía el Lobezno de Hugh Jackman), pero es una disparidad que ha quedado más clara tras ver a muchos actores intentando cosas similares con otros superhéroes.
El resto del reparto
Tampoco fue un camino de rosas la elección de Kirsten Dunst como Mary Jane Parker, ya que sólo se animó a intentar conseguir el papel tras la elección de Maguire, confiando en que la película seguiría la línea de no apostar por ser un mero espectáculo vacío más. Fue contratada apenas un mes antes de comenzar el rodaje y, la verdad, creo que es el mayor error de casting de la película. ¿Los motivos? Jamás logra transmitir el encanto seductor que debería ir asociado al personaje y parece contagiarse por la sosez característica de Maguire. Nunca he sido un gran fan de Dunst, pero no sería justo echarle todas las culpas, ya que lo cierto es que muchas películas de superhéroes adolecen del mal recurrente de que la chica del protagonista sea un personaje tirando a anodino. Me viene por ejemplo a la memoria la olvidable presencia de Natalie Portman en "Thor".
En el resto del reparto la línea dominante es la mera corrección. Podría ir enumerando uno a uno a todos los integrantes, pero sería perder el tiempo al venir a decir lo mismo en todos los casos. Haré una excepción con Willem Dafoe y su Duende Verde al ser tan importante el rol del villano en una producción como la que nos ocupa. Lo primero que hay que decir es que hay una pifia enorme de diseño de producción en lo concerniente su traje. No soy uno de esos fans tradicionales que abogan por respetar el tono bufesco del cómic, pero el look metalizado resta atractivo al personaje, por no entrar a hablar en lo horrendo que resulta su mero diseño. Pasando ya a la actuación de Dafoe, decir que siempre he creído que es un actor ideal para dar vida al malo de la película, pero que suelen desaprovecharlo de mala manera (¿hace falta que os recuerde la existencia de esa cosa llamada "Speed 2"?). Aquí no llega a resultar molesto, pero la forma de mostrar la personalidad dual de Norman Osborn no termina de resultar ente, algo que afecta al trabajo de un Dafoe que sabe rozar la sobreactuación sin caer abiertamente en ella.
Por lo demás, hoy en día he agradecido más las breves apariciones de personajes ya famosos en la época (Stan Lee, "Macho Man" Randy Savage, Bruce Campbell, etc.) o de intérpretes poco conocidos por aquel entones y que se han ido labrando una carrera con el paso de los años (Elizabeth Banks como la secretaria de J. Jonah Jameson u Octavia Spencer como la mujer encargada de apuntar a los aspirantes a vencer a Savage en un combate de lucha libre). Sin embargo, hay algo que ya me gustó sobremanera en el 2002 y que aún hoy aguanta igual de bien o mejor: El trabajo de J. K. Simmons como J. Jonah Jameson, el déspota director del Daily Bugle y enemigo jurado de Spider-man. Sólo la palabra perfección sirve para definir el trabajo de adaptación en el caso de este personaje, ya que logra transmitir los mismos caricaturescos aires de grandeza, su innegable carisma y el hecho de conseguir que un personaje que es un malnacido de mucho cuidado se gane el cariño del público. La pega es que la genialidad de Simmons hace que la corrección generalizada pueda llegar a molestar.
Conclusiones
En definitiva, "Spider-man" sigue siendo un entretenimiento bastante digno diez años después de su estreno. El problema es que hoy en día resultan más llamativos ciertos problemas visuales (el horrible traje del Duende Verde y alguna secuencia en la que los efectos visuales ya cantaban entonces), la mayor parte del reparto no pasa de hacer un trabajo meramente correcto (la genial actuación de J. K. Simmons es la única excepción) y que el marcado tono de presentación del personaje llega a hacerse algo más pesado tras haberlo visto en muchos otros casos, sobre todo cuando la seriedad gana peso a la hora de definir las motivación del hombre araña. Está lejos de ser una mala película, pero Marc Webb tampoco lo tiene muy difícil para hacer algo mejor con su "The amazing Spider-man". En julio saldremos de dudas.
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