viernes, 10 de mayo de 2013

un mundo de fantasía, la magia que necesitamos y Film Noir: Detour de Edgar G. Ulmer

Es Noticia, Oz, un mundo de fantasía, la magia que necesitamos - 07/03/2013 9:31:37

" El escepticismo es la postura más razonable antes de acometer el visionado de una gran superproducción de Hollywood. Hay casos en los que podremos encontrar grandes películas como "Skyfall" (id., Sam Mendes, 2012), pero lo más habitual es que no pasen de ser meros pasatiempos más o menos conseguidos o directamente mediocridades indignas de nuestra atención. El problema adicional es que son más comunes los casos en los que estos blockbusters de calidad discutible dan beneficios que los que obligan a sus productores a replantearse la situación, por lo que parece difícil que esto vaya a ir a mejor en el futuro. El último gran ejemplo que hiciera tambalearse a la compañía que había detrás fue "John Carter" (id., Andrew Stanton, 2012), y ahora existe cierto miedo en Disney sobre la posibilidad de que pase lo mismo con "Oz, un mundo de fantasía" ("Oz: The Great and Powerful", Sam Raimi, 2013).
El gran problema para Disney es que han gastado la friolera de 325 millones de dólares entre costes de producción e inversión publicitaria y, por regla general, se entiende que se ha recuperado lo invertido cuando una película logra recaudar el doble de lo que ha costado. "Oz, un mundo de fantasía" tendría entonces que convertirse en una de las 63 películas más taquilleras de todos los tiempos todo ello sin contar los ajustes inflacionarios para no considerarse una fracaso o, como mínimo, una decepción. La gran diferencia entre "Oz, un mundo de fantasía" y "John Carter" es que la película de Sam Raimi cuenta a su favor para conseguirlo el ser un estupendo entretenimiento para toda la familia que cuenta con el cariño añadido de muchos espectadores hacia "El mago de Oz" ("The Wizard of Oz", Victor Fleming, 1939) y no un, siendo generoso, fallido intento de crear un universo propio como sucedía con la cinta de Andrew Stanton.
Me gustaría aclarar antes de nada que nunca he tenido una especial debilidad hacia "El mago de Oz". De hecho, ni siquiera me gustaba siendo niño y fue en un visionado ya como adulto cuando conseguí ver casi todas las virtudes que muchos adjudican a este clásico inmortal de la historia del cine. "Oz, un mundo de fantasía" intenta jugar con las mismas cartas en su función de precuela de la película de Victor Fleming, tanto en contenido un mensaje esperanzador pese a los obstáculos que surjan por el camino como en forma mucha atención al acabado visual, en especial a la viveza de algunos colores, algo llevado más al extremo en la cinta de Sam Raimi. Otra asunto distinto es que todo no esté igual de equilibrado ,un poco menos de metraje le hubiera venido muy bien a la cinta que ahora ocupa- y que "Oz, un mundo de fantasía" no consigue replicar la magia cinematográfica de "El mago de Oz", aunque eso no quiere decir que esté exenta de ella.
El ingenuo optimismo es cada vez más escaso en una época dominada por el cinismo o la desesperanza ante la crisis económica global que está afectando con especial fuerza a los españoles. "Oz, un mundo de fantasía" es una respuesta a esa necesidad de volver a creer en que todo se arreglará si colaboramos juntos en esa dirección. La experiencia vital antes de llegar a Oz del encantador sinvergüenza interpretado con soltura por James Franco sirve para recordarnos que el individualismo sólo te permitirá llegar hasta cierto punto, siendo imposible llegar a conocer la auténtica felicidad. Quizá por ello y por el simple lucimiento visual Raimi opta por remarcar la importancia del grupo dentro de Oz mediante una clara tendencia a la utilización de planos abiertos, sólo cerrando realmente el encuadre para escenas íntimas claves en la evolución interior del protagonista y del propio espectador.
"Oz, un mundo de fantasía" hace gala de un tremendo despliegue de medios visuales muy efectivos en general, aunque haya algunos detalles, en especial al poco de llegar a Oz, que delaten su artificiosidad para sumergir al espectador en la trama. Raimi acierta de pleno al apostar por el blanco y negro y una imagen con un aspect ratio de 4:3 propio del cine mudo y que fue cayendo en desuso con la llegada del color para contarnos las peripecias iniciales del protagonista como un mago mujeriego de poca monta. Ya aquí se nos recuerda la utilización del 3D algo intrascendente cuando la acción tiene lugar en Oz como una tecnología exógena a esa época al aparecer en los márgenes negros de la imagen. Este detalle puede desconcertar a los espectadores que sólo estén habituados al cine moderno, pero su presencia va mucho más allá de ser un mero capricho de Raimi, ya que es el punto de apoyo de la naturaleza de "Oz, un mundo de fantasía" como homenaje al propio cine. Y lo mejor de todo es que lo consigue sin tener que decírselo de forma directa al espectador, sino incidiendo en los deseos de su protagonista y mostrando la capacidad de fascinación del séptimo arte pese a sus innegables raíces de "simple" ficción.
Uno de mis grandes miedos ante "Oz, un mundo de fantasía" es que cayera en la más baja forma del infantilismo a través de Finley el mono sirviente parlante y con alas y de otros elementos en los que la ingenuidad de su propuesta afectase al resultado final, pero lo cierto es que no hay nada realmente insoportable. Es cierto que la bondad de la bruja buena y sus seguidores puede resultar frustrante y que hay situaciones en las que Finley no deja de ser un secundario cómico pero de humor blanco no, blanquísimo bastante prescindible, pero no son más que pequeños bajones del guión de Mitchell Kapner y David Lindsay-Abaire a partir de la novela de L. Frank Baum que abría la extensa serie ambientada en el mundo de Oz. Eran otros tiempos y por aquel entonces lo habitual era remarcar al máximo la diferencia entre el bien y el mal, dejando un espacio casi inexistente para esos grises que tanto valoramos en la actualidad. Esto se traduce en pequeñas decepciones como que una, eso sí, radiante Michelle Williams no pueda desplegar todo su talento interpretativo, pero es un sacrificio en aras de un objetivo mayor: Hacer sentir bien al espectador sin caer en lo ofensivo hacia su inteligencia.
Puede que "Oz, un mundo de fantasía" diste mucho de ser una película perfecta, pero sí es un entretenimiento muy recomendable en los tiempos que corren. Con el pesimismo cada vez más presente en nuestra sociedad, estamos ante una agradable experiencia cinematográfica que ofrece un mensaje de esperanza a todos aquellos que estén pasando por un mal momento. Un sentido homenaje a la magia del cine, un espectáculo de primer nivel en lo visual y, sobre todo, una película en la que merece la pena emplear nuestro tiempo. No será un ejemplo del cine que realmente queremos, pero sí del que necesitamos en la actualidad.
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Información: Film Noir: Detour de Edgar G. Ulmer - 31/01/2013 9:02:10

" En mi anterior post os hablaba de un film de serie B, "La pequeña tienda de los horrores" ("The Little Shop of Horrors", 1960), dirigida por uno de los reyes de la serie B, Roger Corman. En este ciclo de cine negro nos paramos en otro rey de la serie B, Edgar G. Ulmer, quien fuera ayudante de director de realizadores como F.W. Murnau, y que en el Hollywood de los años 30 debutó con la fascinante "Satanás" ("The Black Cat", 1934), muy deudora del expresionismo alemán que Ulmer conocía tan bien. Pero algo tan peligroso como liarse con la mujer de un influyente productor hizo que Ulmer fuese relegado a dirigir películas de segunda categoría; "Detour" (id, 1945) es la más famosa de todas, y también una de las más conocidas dentro de ese tipo de cine, si es que eso sirve para algo, porque yo tengo muy claro que hay films de serie B muy superiores a aquellos de alto presupuesto.
En cualquier caso, también tenemos que sumar el dato de que "Detour" supone todo un paso arriesgado dentro del Film Noir, del que subvierte todas sus reglas, logrando crear una pieza única en la que Ulmer compensa el limitado presupuesto con la creación de una atmósfera casi onírica y un manejo del punto de vista absolutamente innovador y lleno de detalles muy inteligentes. Durante muchos años el film se aprovechó de una de esas leyendas urbanas que pululan por el mundo del séptimo arte, y es que se creía que había sido filmada en una semana tan solo. En verdad fueron 28 días, un dato simplemente anecdótico al lado de la impecable labor de síntesis que Ulmer lleva a cabo con su guionista Martin Goldsmith. Si hay una película que ofrece lo máximo con un mínimo de elementos esa sin duda es "Detour".
(Frome here to the end, Spoilers) Tom Neal da vida a Al Roberts, el pobre desgraciado, nunca mejor dicho, que protagoniza una historia, donde lo absurdo se hermana con el fatal destino tan característico del Film Noir. El inicio nos muestra a un personaje totalmente hundido moralmente, en una cafetería en un presente no demasiado definido. Una canción le hace recordar, y de paso a nosotros, cómo ha llegado a esa situación. El primer plano de Al se torna oscuro y permanece así durante todo el relato, como suspendido en el tiempo, y su narración, los hechos tal y cómo él lo has visto sirven a Ulmer para desplegar todo un arsenal de claro oscuros sin parangón, que el desconocido Benjamin H. Kline, con una larga trayectoria en el cine mudo, convierte en algo digno de elogio. Esas calles con niebla, mientras Al acompaña a Sue a casa, o esa carretera solitaria que tantas desgracias traerá, invitan a un ambiente de pesadilla que casi traspasa la pantalla.
Al trabaja como pianista en New York, y se ve separado de su prometida Sue, quien marcha a California en busca de nuevas oportunidades como cantante atención a las conversaciones telefónicas que Sue mantiene que Al, una vez ella se ha marchado, la composición del plano y la pose de la actriz, Claudia Drake, son del todo irreales, como dando a entender que Sue está muy lejos de Al, no sólo físicamente. Cuando lleva un tiempo lejos de su amada, no lo resiste más y casi sin dinero en el bolsillo decide atravesar el país haciendo autoestop. Será recogido por un misterioso hombre, a partir del cual se sucederán una serie de acontecimientos que arrastrarán a Al hacia su fatal destino. El desvío al que hace alusión el título original del film simboliza el camino que sigue Al a partir de esos momento, presa de los acontecimientos, y que le apartan de su destino ansiado: Sue. No deja de ser irónico que Al actúe por amor y el salir en busca de ese amor le haga apartarse cada vez más del mismo.
Si Al no se sintiese arrastrado por el sentimiento más fuerte que existe tal vez no le habría pasado nada de lo que le ocurre. Un extraño amor fou que no es consciente de serlo. Un ingenioso detalle de guión que contrasta con la aparición de un segundo personaje femenino que se apodera completamente de la función. Tras una muerte accidental, casi absurda pero en todo momento creíble ¿cuántas muertes suceden realmente de repente? y con un detalle magnífico el golpe posterior contra una piedra podría hacer pensar a cualquiera que que en realidad es un asesinato, por lo que Al sería el principal y único sospechoso, Al toma la identidad de su misterioso acompañante y se encontrará, cual broma cruel del destino, con una mujer de la que aquel ya había hablado a Al, y no precisamente bien. Ann Savage aparece en pantalla y todo se revoluciona, el mito de la femme fatale es pisoteado y elevado de nuevo a las alturas. Vera se aparta totalmente del glamour que caracterizaba a las femme fatales de aquellos años; su aspecto vulgar además no está reñido con su malvada personalidad.
Así pues Vera es el monstruo de la pesadilla personal de Al a quien termina de arrastrar definitivamente hacia el abismo cuando se produzca uno de los asesinatos no deseados más originales que se recuerdan. Con sólo una puerta cerrada y un cable de teléfono, Ulmer construye un instante de mucha tensión y que supone el punto más alto de la fatalidad que inunda la historia. Otra muerte absurda con la que el destino parece burlarse de Al mostrando una vez más que da igual lo que intente luchar contra ello, su vida está marcada para siempre, como bien marca ese ambiguo final señalar que la ambigüedad, ya sea moral o de otra índole, es una de las señas de todo buen Film Noir ante el cual Al ya no se resiste. Como anécdota cabe señalar que años más tarde Tom Neal fue juzgado y sentenciado por el asesinato de su esposa, como si la mala suerte del film le hubiese acompañado hasta el final de sus días.
Ann Savage y Tom Neal participaron en alguna película más y Ulmer nos dejaría alguna que otra perla de idéntica índole dentro del Film Noir, y de la que hablaremos en un futuro en este ciclo. De momento, dejaros atrapar por el poder de fascinación de "Detour", film extraño y sugestivo donde los haya.
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Que opina? Blancanieves y los siete enanitos toreros - 03/10/2012 12:02:04

" "Blancanieves" (2012), de Pablo Berger, está en boca de todos. Estrenada el viernes pasado, acababa de ser elegida para representar a España en los Oscar y el sábado se llevó una mención especial del jurado en el Festival de cine de San Sebastián. En la mente de muchos está la pregunta escéptica: ¿realmente es tan buena como dicen?
Son varios los elementos que echan atrás a espectadores de cine, digamos, normal a la hora de decidirse a verla: es una película muda, rodada en blanco y negro y, muy por encima de eso, habla de toreros, de cantantes flamencas y recrea un cuento de los hermanos Grimm a la española, con mantillas, carromatos de feria y una ambientación en la Sevilla de los años 20.
Negar que esto cree rechazo, además de ser falso y pedante, no ayudaría a mi argumento, ya que lo que quiero decir es que sí: todas esas cuestiones ponen mucho más difícil de lo habitual entrar en la película, dejarse llevar por la ficción, creerse lo que se está viendo… Y, sin embargo, pasados los minutos, se ha convertido en una de las películas que con más cercanía se han visto, que más emoción ha creado, que más poso han dejado finalizada su proyección. A cualquiera, no necesariamente a espectadores entrenados o pacientes. Lo que solo puede hablar de su inmensa calidad, de la cantidad de verdad que contienen sus escenas.
"Blancanieves" abarca muchos años: desde que la protagonista está en el vientre materno hasta su adolescencia. A lo largo de ese tiempo son varias las historias que se cuentan y, aunque la principal ,aquella que atañe a una madrastra cuyo mayor anhelo es hacerse fotos divinas para las revistas, sigue subyacente hasta el último momento, hay tanto contenido aquí que se podrían extraer dos o tres largos muy densos. Y no por ello percibimos saltos de tono ni altibajos narrativos, sino que todo fluye según avanzan los lustros. Me quedaría, si hubiese de elegir, con la parte en la que la adulta y amnésica Blancanieves huye para encontrarse con los enanitos. Ese tramo es una gozada constante y su culminación, gracias a una estructura circular, supone una repetición de la faena que el padre probó en suerte obteniendo un destino fatídico.
Del auténtico cine mudo, Berger toma el expresionismo de los rostros, de las bocas en primerísimo primer plano viviendo la tragedia y la música encendida y apasionada, que compone Alfonso de Vilallonga como emulación a la que se interpretaba en las salas de proyección para acompañar a films silentes, aunque con el truco de contener muchos sonidos casi sincrónicos. El paralelo inicial, lleno de drama y nada comedido, antes que un homenaje parece un disfrute particular del director. Hasta aquí, el espectador todavía permanece dudoso ante lo que está viendo. La intensidad y la fidelidad a los registros de los inicios del cinematógrafo, más adelante, bajará, para que la historia resulte más inmediata a sensibilidades contemporáneas. A pesar del blanco y negro, la fotografía de Kiko de la Rica es actual, con grandes brillos y un subido contraste. La realización toma los inventos que durante el mudo eran más innovadores, como los travellings y las grúas.
Ya que la película lo tiene todo, en ella hay cabida hasta para el humor con respecto a sí misma. El carromato donde habitan los enanos, como si fuesen los monstruos de la parada ("Freaks", 1932) de Tod Browning, lleva la inscripción "Blancanieves y los 7 enanitos toreros", cuando ellos son seis. El propio nombre de la joven surge de forma muy bromista y así con una serie de elementos más.
Actrices y actores
Maribel Verdú se convierte aquí en diva como una actriz clásica, no ya de los años del mundo, sino del melodrama hollywoodiense que seguro que ha cautivado a Berger desde la infancia. Con una dicción tan marcada que los intertítulos la mayoría de las veces se tornan innecesarios y se acaban percibiendo como parte del guiño al cine de entonces, su personaje es tan glamourosamente malo que cae bien, muy bien. Inma Cuesta se transforma en esa cantaora incluso en las apariciones fantasmales y su procedencia de la época parece inequívoca. Ángela Molina, como abuela, resulta más tierna y creíble que nunca. Macarena García, dulce, cercana, inocente, pero con personalidad, compone a una protagonista perfecta. Sofía Oria, la niña que interpreta el mismo papel, es rebelde, inteligente, también muy embaucadora.
Y los hombres, secundarios aquí como lo son en las películas de Almodóvar, aportan lo que resulta necesario: Daniel Giménez Cacho, Josep María Pou, Ramón Barea… Sin olvidar a dos de los enanitos: Sergio Dorado y Emilio Gavira, que cuentan con los personajes masculinos más influyentes en el devenir de Blancanieves.
Las odiosas comparaciones
"Torremolinos 73" (2003), film que también recomiendo a las tantísimas personas que lo dejaron pasar hace nueve años por motivos similares a los que aquí se encuentran: su aspecto exterior tal vez prometía un resultado casposo y que recordarse al destape a las películas de Alfredo Landa. Lo que hacía, de manera inteligente y elegante, era precisamente hablar de todo aquello, pero desde otro tono. No quiero decir que careciese de humor y de costumbrismo, pues hasta el ahora demasiado prodigado Fernando Tejero tuvo aquí un simpático debut. Película incomprendida e injustamente ignorada que espero que se recupere con motivo del buen camino por el que va a hora su director.
"The Artist", para que se entendiese a pesar del mudo, optaba por limitar la narración a un hilo mínimo, casi ridículo en cuanto a enjundia. Durante una gran parte de su metraje, permanecía anclada en un concepto que ya había planteado y que solo podía repetir. Por el contrario, la que nos ocupa no tiene problema en contar un relato rico y completo confiando un poco más en el entendimiento de su público. Si durante el mudo se contaban historias complicadas, ¿por qué es necesario simplificarlas ahora? Como propuesta, "Blancanieves" es más valiente en todos los sentidos. Pero lejos de creer que la prexistencia de la francesa va a provocar un desmerecimiento de la española, creo o espero que lo que hará será allanar el terreno para que espectadores reticentes se despojen de sus reservas a la hora de verla. Para evitar suspicacias de otro tipo, ya se ha dejado claro que Berger tenía la idea y la estaba poniendo en marcha mucho antes de que surgiese la de Hazanavicius.
Conclusión
Concluyo recopilando lo que ya he mencionado: todo lo que nos lo ponía tan cuesta arriba para entrar literal y simbólicamente en la película no ha sido óbice para que salgamos del cine cargados de emoción, sorprendidos y vapuleados. Entre humor, tragedia, romance, épica… la película ha tenido de todo. Como he dicho en críticas anteriores: que los aspectos técnicos sean superiores, que se convierta en una virguería estética… todo eso me daría igual si la historia no me llegase, pero esa Blancanieves torera de los últimos minutos queda muy cerca de mi corazaón.
Otra crítica en Blogdecine: "Blancanieves", genialidad atemporal
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Es Noticia, Salvajes, la ley de la calle - 02/10/2012 0:02:24

" Hace unos días os hablaba de la estupenda "Blancanieves" (Pablo Berger, 2012), una producción pausada que nos ofrece algo muy diferente a lo que solemos ver en el cine, pero soy consciente de que eso se debe a que ese tipo de propuestas no goza de una gran popularidad en la actualidad, donde están mejor vistas películas como "Salvajes" (Savages, 2012), el nuevo trabajo tras las cámaras de Oliver Stone. Y es que, dejando de lado que estén hechas de mejor o peor manera, las cintas violentas con un reparto repleto de rostros conocidos y con un cuidado sentido del entretenimiento siempre estarán más de moda que homenajes al cine mudo por mucho que "The Artist" (Michel Hazanavicius, 2011) arrasara en la pasada entrega de los Oscar. Sin embargo, Oliver Stone siempre ha sido un director que ha rehuido los convencionalismos del cine de Hollywood, algo que muchas veces le ha salido bien, pero en otras ocasiones nos ha ofrecido productos huecos disfrazados como una gran reflexión suya sobre el tema en cuestión, y en esta ocasión nos encontramos ante una película que mezcla tanto la cara como la cruz de su obra, aunque en cantidades muy diferentes.
Los excesos de Oliver Stone
En sus buenos tiempos, el cine de Oliver Stone estaba marcado por una (casi) perfecta sincronía entre los excesos, tanto propios del guión como de la puesta en escena, y un gran trabajo de dirección que ayudaba a agrandar el interés de propuestas que en otras manos podrían haber acabado con facilidad en lo maniqueo e insustancial. No tengo problema en incluso decir que llegó a rozar la maestría con "J.F.K.: Caso abierto" (J.F.K., 1991), una de las mejores películas de los años 90 del siglo pasado. Sin embargo, hace años que había perdido la esperanza en que, más allá de entretenimientos tan aceptables como innecesarios tipo "Wall Street: El dinero nunca duerme" (Wall Street 2: Money never sleeps, 2010), lograra remontar el bache en el que entró su cine tras la muy disfrutable "Un domingo cualquiera" (Any given sunday, 1999), pero eso es algo que ha conseguido con "Salvajes".
La primera gran virtud de la cinta que nos ocupa es que a uno se le pasa volando el tiempo, pues Stone consigue que nos interesemos lo suficiente por sus protagonistas como para que el simple efectismo del guión en el que también colabora acabe convirtiéndose en un elemento positivo. Y es que no estamos ante una producción que pretenda ofrecer una gran reflexión vital sobre el mundo de la droga, algo en lo que fracasa estrepitosamente cuando intenta subrayar en exceso el motivo del título de la película, sino ante un enérgico y lujoso pasatiempo en el que lo importante son los personajes y los continuos arrebatos de violencia, tanto física como verbal, de los protagonistas.
Es cierto que Stone se regodea en exceso en algunas situaciones que podrían incomodar a espectadores a los que les repele el exceso de violencia en cualquier producción audiovisual, pero éstas resultan necesarias tanto para la credibilidad de la historia como de los personajes. Si hay algo que no estoy dispuesto a perdonarle en "Salvajes", eso es que traicione completamente la confianza del espectador a la hora de poner cierre a la historia, y eso llega un punto en el que la cinta parece alcanzar un clímax perfecto para todo lo que nos ha propuesto hasta ese momento. El problema es que Stone, eficiente orquestando la puesta en escena aunque lejos de sus mejores años, quizá heredándolo de la novela que adapta "Salvajes", lo echa todo por tierra, consiguiendo de paso que al menos yo me replantease muy seriamente la credibilidad de la voz narradora, y es que este tipo de soluciones ni siquiera me gustan en propuestas cómicas, donde lo he visto en varias ocasiones, así que menos aún en una historia de corte dramático.
Los otros puntos fuertes de "Salvajes"
No he tenido problema en alabar el trabajo de Stone, pero lo que realmente destaca en "Salvajes" es su reparto, en el cual todos están a un gran nivel. Tenía mis dudas respecto al trío protagonista, pero Taylor Kitsch y Aaron Johnson son el contrapunto perfecto (directo y violento el primero, meditador y con talante el segundo) el uno del otro, mientras que Blake Lively transmite al mismo tiempo desaliñada fragilidad y la sensualidad necesaria para que uno crea que los dos primeros acepten compartir su lecho. Sin embargo, conviene destacar el trabajo del protagonista de "Kick Ass: Listo para machacar" (Matthew Vaughn, 2010), ya que su personaje es el único que tiene una auténtica evolución a lo largo del relato, la cual Johnson logra transmitir con suma eficacia a través de sus reacciones gestuales ante las situaciones con las que va encontrándose.
Ya he comentado que en "Salvajes" podemos ver a varias de caras conocidas, siendo quizá Benicio Del Toro el que mejor sabe jugar con la absoluta amoralidad de su personaje, consiguiendo resultar temible con su sola presencia (las caras que pone son impagables), aunque, cómo no, Stone no desaprovecha cualquier posibilidad que se le presente para que vaya cometiendo salvajadas de tanto en tanto. Sólo ha mostrar cierta sumisión cuando aparece en pantalla junto a Salma Hayek, bastante convincente como señora de la droga que en el fondo sería mucho más feliz llevando una vida normal junto a su hija. Por no alargar más de forma innecesaria el texto, solamente he de destacar también a John Travolta, quien vuelve al cine tras varios años de ausencia por la muerte de su hijo y se nota que se lo pasó en grande rodando "Salvajes", algo que se contagia al espectador, ya que el interés sube varios puntos cada vez que aparece en pantalla.
En definitiva, "Salvajes" es un gran entretenimiento que además cuenta con un gran trabajo de todo su reparto y un gran trabajo de Oliver Stone tras las cámaras, quien sabe cuando conviene estar más desatado con la violencia y ciertos tics habituales de su cine o cuando conviene pasar inadvertido y dejar que los actores y los diálogos sean los que tiren del carro. A cambio, su carga reflexiva es bastante de baratillo (uno de los grandes lastres del cine de Stone desde que abandonó el consumo de diversas drogas) y no pocos se van a sentir bastante estafados con cierta decisión que toma "Salvajes" durante su desenlace. Con todo, no son suficientes pegas para evitar que estemos ante una buena película en la que el tiempo pasa volando.
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Interesante, The Fall: El sueño de Alexandria, la fiesta portátil - 04/08/2012 8:00:14

" Una niña, que permanece en un hospital angelino con un brazo roto, llamada Alexandria (Catinca Untura) escucha el asombroso relato de un enfermo, Roy (Lee Pace), sobre el relato de unos bandidos y su presunta venganza contra el general Odius (Daniel Caltagirone) y la historia de amor del bandido rojo con una chica llamada Evelyn (Justine Waddell). Poco a poco, la niña va cometiendo pequeños hurtos de pastillas para el enfermo, va descubriendo los pequeños puentes entre sus personajes secundarios y los que habitan el pequeño círculo de Roy.
Tarsem Singh dirigió esta película, basada en el guión de Valeri Petrov escrito para la desconocida película búlgara "Yo Ho Ho" (1981, Zaskia Heskija) y la coescribió junto a Dan Gilroy y Nico Soultanakis. La película ha logrado una reputación durante todo este tiempo, tal vez por ser el único film con problemas de producción de su director, Tarsem Singh.
Singh ha dirigido dos películas comerciales tras esta, "Inmortals" (id, 2011) y "Blancanieves" (Mirror, Mirror, 2012) así que este status puede reverenciarse con mayor facilidad. La presencia de homenajes posteriores al cine mudo, que conforman el epílogo de esta película, como "The Artist" (id, 2011) y "Hugo" (id, 2011) pueden ayudar a vindicar al a película como algo tal vez visionario.
Acierta Jordi Costa cuando compara los talentos compositivos del cineasta Singh con los del cineasta soviético Sergei Parajanov, sin embargo el maestro tiene una sabiduría en la ejecución de sus poemas que su discípulo a medio camino en Hollywood no ha desarrollado con entereza y, por supuesto, la ruptura artística de Parajanov, su temperamental actitud estética y trascendental ha desaparecido quedando rastros ocasionales del talento natural del cineasta para unir folklore, mito, relato y diversas mitologías cristianas.
Pero su visión poética permanece durante gran parte de la introducción, una especie de versión nostálgica de algunos de los modales narrativos de "La princesa prometida" (The Princess Bride, 1986) en la que el narrador de la historia, un especialista de cine lesionado, logrará servir como excusa para que Singh explore escenas de una belleza incalculable.: desde la introducción de cada uno de sus protagonistas pasando por el suicidio en un laberinto de desesperación y una preciosa versión de una boda interrumpida. Elipsis, transiciones, momentos de una extrema musicalidad, planificación exquisita.: durante gran parte de su metraje, Singh se desvela un dotadísimo estilista.
La cámara e iluminación de Colin Watkinson, el trabajo de diseño de producción de Ged Clarke y el exquisito vestuario de Eiko Ishioka completan los bestiales talentos compositivos y escenográficos de su hiperkinético y superdotado cineasta; sin embargo, el tercer acto de la película, pierde de vista el corazón de su relato, es bastante predecible en su relato progresivamente climático de fantasía, muestra de manera irresoluble sus facilonas referencias melodramáticas y cierra la película sin la convicción de sus mejores momentos.
Parece una pena que un talento arrollador sea incapaz de encontrar funciones a su estilo superior y que otorgue ventajas a relatos bastante más modestos en panorámica y ambición, como aquel que escribió William Goldman, pero parece que incluso en la más extraña de las películas producidas en los límites de Hollywood está la sensación de presenciar un revoltijo incoherente con momentos sobresalientes.
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Que opina usted? The Artist y Un Dios Salvaje al fin en dvd y blu-ray - 21/05/2012 12:44:11

" Poco a poco van terminando de aparecer en dvd y blu-ray las películas que más gustaron del curso cinematográfico de 2011. Es obvio que la más llamativa que aún estaba pendiente era "The Artist", la gran triunfadora no ya sólo de la última entrega de los Oscar, sino de la gran mayoría de premios cinematográficos del pasado año, por lo que sorprende que vaya a salir también a la venta el mismo día (el próximo miércoles 23) "Un dios salvaje", el divertido último trabajo de Roman Polanski que pasó algo desapercibido a nivel de premios, pero que, sin duda, se ganó no pocos seguidores en su paso por los cines españoles. Aún más curioso es el hecho de que ambos títulos nos vengan de la mano de Cameo, ya que es un poco hacerse la competencia a sí misma.
The Artist
Creo que ya quedó claro en el momento en el que no incluí la cinta de Michel Hazanavicius en mi lista de películas favoritas del año pasado (fui el único editor en hacer tal lista que la dejó fuera), pero no por ello voy a decir la tontería suprema de que sea una mala cuando no es el caso. Simplemente creo que es una buena película cuyos méritos se han sobredimensionado en demasía, sobre todo por lo singular de su propuesta.
Sin embargo, sus fans encontrarán varias opciones a la hora de adquirirla, ya que todos tendrán la opción de adquirir una edición sencilla en dvd que básicamente se limita a incluir la película o una versión especial con contenidos adicionales como Entrevistas a Bérénice Bejo y Michel Hazanivicus, tomas falsas o un así se hizo. Por lo visto, la edición en blu-ray será una réplica, con el salto de calidad en imagen y sonido propios del formato, de la edición especial, pero la cosa no se queda ahí, ya que va a aparecer una edición exclusiva a la venta en Fnac que incluirá el el disco el blu-ray y el dvd de la edición simple, pero también un dvd exclusivo Masterclass rodado durante la presentación de la película en París. Además, un cd con 15 temas de la banda sonora y un libreto, estando todo coronado con una elegante presentación en digibook. ¿Los precios? 11 euros la edición simple en dvd, 16 la especial, 20 el blu-ray y 28 la edición exclusiva de Fnac.
Críticas de "The Artist" en Blogdecine:
"The Artist", un delicioso regreso al cine clásico de Hollywood
"The Artist", una celebración del pasado y del presente
"The Artist", el cine mudo somos todos
Un Dios Salvaje
Sí que me gustó más el nuevo trabajo de Roman Polanski, en especial por el sensacional trabajo de sus cuatro protagonistas (me cuesta destacar a alguno por del encima del resto), los cuales no sólo sostienen genialmente la película, sino que convierten su visionado en algo muy recomendable. Si acaso quizá resulta algo abrupto el desenlace, pero tampoco es algo particularmente molesto.
En sus ediciones a la venta nos encontramos ante un caso similar al de "The Artist", ya que también unas ediciones sencillas en dvd y blu-ray, aunque en este caso no se edita una especial en el primer formato, ya que el único extra reseñable presenta son unas entrevistas a los actores principales. Puede parece una decisión obvia, pero uno puede encontrar en el mercado ediciones especiales muy lamentables. Además, también aparece una edición exclusiva a la venta en Fnac, la cual se asemeja a la de "Midnight en Paris" que ya os comenté en su momento, es decir, cogen el dvd y el blu-ray, le hacen una bonita edición en digibook con un libreto adherido al centro el mismo con información sobre la película. Ningún añadido de vital importancia, pero seguro que será muy demandada por los coleccionistas que adoren las ediciones que se salen un poco de lo normal. ¿Sus precios? 16 en dvd, 20 en blu-ray y 26 la edición
Críticas de "Un Dios Salvaje" en Blogdecine:
"Un dios salvaje", Polanski se decanta por el humor
"Un dios salvaje", carnicería"
La verdad, confieso que me da algo de rabia no haber disfrutado tanto con "The Artist", que esa edición exclusiva tiene muy buena pinta, pero, obviamente, no voy a dejarme tanto dinero en una película que no me emocione demasiado por mucho que se hayan currado esa edición.
PD: Esta semana también aparece a la venta en formato doméstico la simpática "Attack the block", que sé que también tiene sus fans por aquí aunque haya pasado un poco desapercibida en nuestro país.
Críticas de "Attack the block" en Blogdecine:
"Attack the block", terror en el polígono
Vía | Mubis
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Consulte Información en Farandula Salvajes, la ley de la calle y "Qué pena que compitas con viejas"
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