viernes, 4 de abril de 2014

Ciencia-ficción: THX 1138, de George Lucas y Diez secuelas mejores que sus primeras entregas

Noticia, Ciencia-ficción: THX 1138, de George Lucas - 01/02/2014 2:27:32

" Siempre me ha parecido tremendamente paradójico y hasta cierto punto sintomático de lo que el vil metal puede corromper hasta las más nobles intenciones el hecho de que el mismo cineasta que en sus primeros momentos afirmara querer alejarse de los postulados del Hollywood más tradicional para hacer un tipo de cine que huyera de convencionalismos fuera el responsable, menos de una década más tarde, de una de las franquicias más rentables del séptimo arte, llamada a dar a luz a la millonaria mercadotecnia que, con origen en su trilogía galáctica, invadió los hogares de millones de familias a principios de los ochenta y originó uno de los movimientos "fan" más nutridos por no decir el más de la historia del cine.
Que George Lucas sea aquel que estrenara en 1971 un filme del talante de "THX 1138", plenamente insertado en lo que se esperaba de la ciencia-ficción a principios de los setenta y, sólo seis años más tarde, fuera el responsable de cambiar los parámetros básicos del género para virar hacia la space-opera en la que se ancla con fuerza y determinación la saga de "La guerra de las galaxias" ("Star Wars", 1977) es uno de esos fenómenos cuya explicación es mejor dejar a la imaginación, por cuanto es muy probable que la realidad no sea tan preludio de la leyenda como podríamos llegar a inclinarnos a pensar.

Sea como fuere, a finales de los sesenta, Lucas era un joven a punto de entrar en la treintena que había ganado el Primer Premio en el Festival Nacional de Cine Estudiantil con "Electronic Labyrinth: THX 1138 4EB", un interesantísimo cortometraje de quince minutos que, alabado por la crítica, ponía en las manos del joven talento una beca con los estudios Warner, el poder conocer a Francis Ford Coppola y, tres años después, la posibilidad de rodar bajo producción de American Zoetrope, la compañía del barbudo cineasta responsable de la saga de "El padrino" ("The Godfather", 1972), el salto a la gran pantalla de la mano de una cinta que aumentaría y completaría lo que el aquél premiado corto sólo había empezado a rascar. Nacía así "THX 1138".
Rodada en tan sólo cuatro meses con un presupuesto que sobrepasó por poco los tres cuartos de millón de dólares, podría considerarse a "THX 1138" como la quintaesencia de la ciencia-ficción de comienzos de la década de los setenta, un género que, como decíamos ayer en la entrada correspondiente a "Alien, el 8º pasajero" ("Alien", Ridley Scott, 1979), y hace un par de semanas en el arranque que, de esta década, suponía "La amenaza de Andrómeda" ("The Andromeda Strain", Robert Wise, 1971), abrazaba de forma consciente los parámetros dictados por la dupla constituida por "El planeta de los simios" ("Planet of the Apes", Franklin J.Schaffner, 1968) y "2001: una odisea en el espacio" ("2001: A Space Odissey", Stanley Kubrick, 1968).

Las intenciones de dicha pareja de filmes para con el sci-fi iban encaminadas, de una parte, a anclar su discurso a la realidad socio-política del momento histórico al que pertenecían al tiempo que pretendían servir de acicate de conciencias y, de la otra, a dignificar un género históricamente maltratado que necesitaba, y cómo, presentarse ante la crítica como una opción tan digna como otra cualquiera para contar historias de cierto calado. Sustrato básico sobre el que busca fundarse "THX 1138", estos parámetros son lo que en parte justifican lo extraño de un filme del que quizás no se pueda decir que ha acusado el paso del tiempo como otros filmes coetáneos, aunque ello no sea óbice para evitar que, no obstante, estemos ante una cinta que sólo se entiende vista bajo la óptica de la singular década en la que fue rodada.
Con guión escrito por el propio Lucas en colaboración con Walter Murch, hay en "THX 1138" dos películas bien diferenciadas cuya apreciación independiente resulta algo compleja. Por un lado tenemos al "THX 1138" meramente visual, ese con el que el cineasta se entrena en el ensayo a base de prueba y error de recursos y modos narrativos que, debido a la peculiar idiosincrasia de la cinta, terminan funcionando casi a la perfección, dotando el director al conjunto de una personalidad única determinada por los diferentes lugares donde se rueda, por ese cegador blanco que es el limbo en el que transcurre el acto central de la acción, por lo impactante de ver a todos sus personajes, ya sean masculinos o femeninos, rapados al cero o por, cómo no, la impresionante secuencia de la persecución por los túneles entre un coche conducido por el protagonista un muy convincente Robert Duvall y un par de motos pilotadas por los robots que controlan el orden en el aparentemente utópico mundo en el que nos encontramos.

El problema de la cinta, el grave problema me atrevería a afirmar, es que a la hora de valorar la cháchara que Lucas pretende hacer pasar por diálogos, todas las fortalezas antes apuntadas comienzan a precipitarse cual castillo de naipes: no es que todo lo que intercambian los personajes o los incontables mensajes que se escuchan en off durante el metraje sean prescindibles, pero si hay mucho de lo que el cineasta vierte en el libreto y pone en boca de los protagonistas que podría haberse eliminado y no hubiera afectado a las intenciones de Lucas de convertir su ópera prima en un análisis más o menos eficaz acerca del papel del individuo en la sociedad moderna y su despersonalización al formar parte de la máquinaria que mueve al mundo.
Que para un mensaje que Chaplin lograba poner en pie con genio asombroso en su magistral "Tiempos modernos" ("Modern Times", Charles Chaplin, 1936) Lucas necesite tanta jerga tecnificada y tanta frase que no lleva a ningún lado es quizás el síntoma más grave que acusa una producción que se mueve entre la delgada línea que separa el cine de autor ¿con mayúsculas o sin ellas? del cinema qualité, ese que tan a matar se ha llevado siempre con el mainstream hollywoodiense del que huía el director en estos sus comienzos. Harina de otro costal es que el realizador consiga hacer creíble las aparentemente elevadas digresiones entre Duvall y Donald Pleasance, o el primero y Maggie McOmie, y el espectador pueda llegar a aceptarlas con la misma naturalidad que el cruce de miradas y frases entre, por ejemplos, Jean Paul Belmondo y Jean Seberg en "Al final de la escapada" ("A Bout de Souffle", Jean-Luc Godard, 1960).
Con todo, hay que valorar en su justa medida el esfuerzo del cineasta por plantear debate y llevar éste en muchos casos hasta extremos que terminarán diluyéndose con el paso de las décadas, siendo sorprendente encontrar en la cinta una arremetida nada desdeñable contra el poder eclesiástico o unos desnudos nada forzados impensables en todo el cine posterior apadrinado ya como director, ya como productor por Lucas. Filme fundamental para la buena comprensión del género en esta década tan prolija, "THX 1138" es un título difícil, sí, pero su visionado es obligatorio para cualquier amante de la ciencia-ficción que se precie.
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La noticia Ciencia-ficción: THX 1138, de George Lucas fue publicada originalmente en Blogdecine por Sergio Benítez.

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Noticia, Diez secuelas mejores que sus primeras entregas - 18/02/2013 5:24:13

" Este pasado viernes llegaba a los cines españoles "La jungla: Un buen día para morir" ("A Good Day to Die Hard", John Moore, 2013), quinta entrega de la franquicia iniciada hace 25 años por John McTiernan con la estupenda "Jungla de cristal" ("Die Hard") que ayuda muy poco a desterrar el tópico de que las secuelas son, por regla general, una porquería.
Lo cierto es que la propia saga ya dio muestras de poder darnos cine de calidad sin la necesidad de ser la primera entrega con "Jungla de cristal III. La venganza" ("Die Hard with a Vengeance", John McTiernan, 1995), pero son otros los títulos a los que se suele aludir cuando no sólo se quiere defender la existencia de las secuelas, sino incluso decir que pueden ser mejores que sus primeras partes. El caso más representativo es el de "El padrino. Parte II" ("The Godfather: Part II", Francis Ford Coppola, 1974), pero ha habido espacio de sobra para debates similares con títulos como "Terminator 2: El juicio final" ("Terminator 2: Judgment Day", James Cameron, 1991) o la más reciente "Toy Story 3" (Lee Unkrich, 2010). Dada la terrible decepción que ha supuesto para mí "La jungla: Un buen día para morir", he querido retomar ese fenómeno para comentaros diez secuelas que considero que superan a sus primeras entregas y así poder mantener un poco de fe en el aluvión de continuaciones que nos aguarda en el futuro.
"El caballero oscuro"
El fanatismo hacia Christopher Nolan está alcanzando unos límites algo exagerados, pero hay que remontarse a "El caballero oscuro" ("The Dark Knight", 2008) para encontrar su auténtica plataforma de lanzamiento. "Batman Begins" (2005) ya nos había demostrado de lo que era capaz, pero aquí se deshizo de toda polémica posible con la puesta en escena de las secuencias de acción y Heath Ledger ofreció una actuación tan memorable como Joker que a punto estuvo de comerse la película.
"Agárralo como puedas 33 y 1/3"
Las comedias paródicas están pasando por su peor momento, ya que en los últimos tiempos impera la idea de que no importan que los gags tengan gracia con tal de apelotonar el número de bromas a costa de otros títulos. Sin embargo, este tipo de cine estuvo asociado durante muchos años a la figura de Leslie Nielsen, siendo el detective Frank Drebin su papel más recordado. Hay que remontarnos a la pequeña pantalla para encontrar sus orígenes, pero es en "Agárralo como puedas 33 y 1/3" ("Naked Weapon: The Final Insult", Peter Segal, 1994) donde encontramos su punto álgido con el tramo final ambientado durante la ceremonia de entrega de los Oscar. Tengo que reconocer que el resto está a un nivel parejo a sus predecesoras, pero esas escenas la permiten erigirse como la mejor , y por desgracia última- entrega de la franquicia.
"Harry Potter y el prisionero de Azkaban"
"Harry Potter y el prisionero de Azkaban" ("Harry Potter and the Prisoner of Azkaban", 2004) ya era la novela más valorada por muchos de los seguidores de las aventuras del joven mago, pero Alfonso Cuarón supo aprovechar muchas de sus virtudes para darle un tono propio a la historia, con una mayor importancia de las relaciones humanas , excelente la relación entre el protagonista y Lupin, el profesor interpretado por David Thewlis- y un cuidado tono visual que no tiene problemas en abrazar abiertamente lo oscuro cuando los temibles dementores hacen acto de presencia.
"El imperio contraataca"
Son pocos los que se atreven a discutir la opinión mayoritaria de que "El imperio contraataca" ("Star Wars: Episode V: The Empire Strikes Back", Irvin Kershner, 1980) es lo mejor que ha salido del universo Star Wars. Ya sólo por la revelación final se ha ganado un lugar de privilegio en la historia del cine, pero es también la cinta donde se exploran todas las posibilidades de la historia con acierto , no hay desequilibrio alguno, ya sea por la necesidad de introducir la historia, ñoñerías románticas o la aparición de criaturas de dudoso gusto intelectual- y el eficaz trabajo tras las cámaras de Kershner ayuda mucho a que esta segunda , o quinta- entrega supere holgadamente a su predecesora. No tengo mucha esperanza en que la nueva trilogía pueda estar a su nivel, pero si aciertan con la elección de los spin-offs ya anunciados y el director al frente de las mismas, quizá pueda surgir una nueva esperanza de revivir esa magia que el propio Lucas casi se carga por completo hace unos años.
"Destino final 2"
El cine de terror es uno de los que más ha sufrido el efecto de pésimas nuevas entregas que básicamente clonan al título original para sacar todo el dinero posible al espectador. Todo indicaba que "Destino final 2" ("Final Destination", David R. Ellis, 2003) iba a ser otro caso más en esa línea, pero lo cierto es que no fue así, ya que supieron mantener las virtudes de la primera entrega y mejorarlas, especialmente a través de la planificación y puesta en escena de las muertes que van sucediéndose a lo largo del relato, logrando así una cinta entretenidísima.
"Indiana Jones y la última cruzada"
Lo único en lo que la abrumadora mayoría de los fans de Indiana Jones coinciden es en que su cuarta entrega sobraba , o al menos lo que acabamos viendo en pantalla- y era indigna de la calidad de las tres anteriores. Luego los hay que defienden alguna de sus otras aventuras por encima del resto, pero yo soy de la opinión de que "Indiana Jones y la última cruzada" ("Indiana Jones and The Last Crusade", Steven Spielberg, 1989) está por encima del resto, ya que nada tiene que envidiarlas en cuando a puesta en escena, calidad de la historia o capacidad de entretenimiento, pero sólo aquí podemos ver a Sean Connery dando lo mejor de sí mismo como el padre del protagonista.
"Misión Imposible: Protocolo Fantasma"
Brian de Palma había puesto el listón muy alto con "Misión imposible" ("Mission: Impossible", 1996), su adaptación cinematográfica de la serie televisiva de título homónimo. Dos secuelas se estrenaron después con desigual fortuna , la primera una tomadura de pelo y la siguiente apenas un correcto entretenimiento-, pero he aquí que Brad Bird aceptó el reto que le llegó de convertir "Misión imposible: Protocolo fantasma" ("Mission: Impossible , Ghost Protocol", 2011) y consiguió una de las películas más entretenidas de los últimos años, en especial en las partes ambientadas en Dubai, donde Bird dejó en ridículo a la gran mayoría de directores de acción que pululan actualmente por Hollywood.
"Los mercenarios 2"
Apenas tenemos que remontarnos unos meses en el tiempo para encontrar el caso más reciente, ya que "Los mercenarios 2" ("The Expendables 2", Simon West, 2012) fue lo que debió haber sido su primera entrega en su momento: Un gran entretenimiento de acción que sabe aprovechar el carisma de sus protagonistas , mítica la aparición de Chuck Norris-, con un villano de primer nivel , la secuencia de presentación del personaje de Jean-Claude Van Damme es estupenda- y una necesaria capa de humor , en "Los mercenarios" ("The Expendables", Sylvester Stallone, 2010) apenas se notaba- para no caer en el error de tomarse demasiado en serio a sí misma.
"El ultimátum de Bourne"
"El caso Bourne" ("The Bourne Identity", Doug Liman, 2002) no causó excesivo entusiasmo en su momento , un buen pasatiempo y como tal fue recibida-, pero sí tuvo el suficiente éxito como para que Universal quisiera seguir adelante con nuevas aventuras del personaje creado por Robert Ludlum. Eso sí, decidieron cambiar de director y apostar por un relativamente desconocido Paul Greengrass, pero seguro que ni ellos esperaban que éste lograse combinar prestigio artístico y un gran éxito comercial con sus dos aportaciones a la saga. Lo cierto es que podríamos incluir ambas en esta lista, pero "El ultimátum de Bourne" ("The Bourne Ultimatum", 2007) es la más lograda con diferencia, ya que sabe controlar mejor su peculiar visión de las escenas de acción, las complejidades de la trama se concretan sin caer en absurdeces y es un acertado el colofón al periplo del protagonista.
"Scream 2"
Siempre recordaré que la primera vez que me planteé seriamente la idea que ha generado este post fue por una escena de "Scream 2" (Wes Craven, 1997) en la que varios personajes debatían al respecto. Las charlas cinéfilas ya tenían mucho peso específico en la primera entrega , no hay más que pensar en las preguntas que hacía el asesino en los minutos iniciales de "Scream" (Wes Craven, 1996)- , pero Craven y Williamson no quisieron optar por la mera repetición, así que decidieron , con mucho acierto- acercarse más a las formas del giallo italiano, sin por ello dejar de confiar en la eficacia de los diálogos del segundo y la habilidad del primero para la puesta en escena de los asesinatos.
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Es Noticia, Carga maldita, un Friedkin maldito - 26/10/2011 3:46:57

" Todos los grandes directores poseen alguna, o varias, películas que habría sido mejor que no hicieran. También, esos mismos grandes directores, u otros, poseen en su filmografía un film que por una u otra razón, son malditos. Dos factores suelen darse en este segundo grupo aclaremos que a veces la misma película mala es también la maldita, y muchas otras veces todo lo contrario, el primero de ellos un rodaje lleno de calamidades y problemas que solventar, y segundo, un estruendoso fracaso comercial. Fijémonos en el período entre 1979 y 1982. Tres importantes realizadores como Steven Spielberg, Michael Cimino y Francis Ford Coppola se estrellaban en las taquillas con proyectos tan arriesgados y personales como "1941" (id, 1979) un divertimento que demostraba la capacidad de Spielberg para la comedia, "La puerta del cielo" ("Heaven"s Gate", 1980) uno de los westerns líricos más bellos jamás realizados, y "Corazonada" ("One From the Heart", 1982).
Pero antes de ellos, William Friedkin llegó a ser uno de los directores de más prestigio en la década de los 70. A ello contribuyeron los hechos de ganar a una edad muy temprana el Oscar al mejor director por "Contra el imperio de la droga" ("French Connection", 1971), probablemente su mejor película, ganadora de otras cuatro estatuillas más, y el haber reventado taquillas con "El exorcista" ("The Exorcist", 1973). La intención de Friedkin era la de realizar una gran película de ciencia ficción que mezclaba alienígenas con el triángulo de las Bermudas, pero Spielberg estaba ya enfrascado en "Encuentros en la tercera fase" ("Close Encounters of the Third Kind", 1977) por lo que dicho proyecto no se llevó a cabo. En su lugar, el director se decidió por "Carga maldita", el remake que siempre quiso hacer de "El salario del miedo" ("Le salaire de la peur", Henri-Georges Clouzot, 1953). La ironía del destino hizo que se estrenase una semana después del estreno de "Star Wars" de un tal George Lucas.
Atreverse con el clásico francés era una empresa de envergadura, ya no sólo por el hecho de intentar igualar algo tan perfecto como esa película, sino por el hecho de que Friedkin quería hacerlo a lo grande. Teniendo el visto bueno del propio Clouzot, Friedkin empezó a tener problemas ya en la elección de actores. Para el personaje central quería a Steve McQueen, quien lo rechazó porque no se le pudo dar un papel a su compañera por aquel entonces, Ali MacGraw. Lo intentó con Clint Eastwood y Jack Nicholson, e incluso con Paul Newman. Actores como Gene Hackman lo rechazaron por considerar el guión demasiado violento, o Kris Kristofferson, que alegó no estar preparado para una película de semejantes aspiraciones y presupuesto curiosamente al año siguiente encabezaría el cartel de "Convoy" (id, Sam Peckinpah, 1978). Al final Roy Scheider fue el elegido, ya había trabajado con Friedkin y se encontraba en la cima de su carrera gracias a "Tiburón" ("Jaws", Steven Spielberg, 1975).
Entre los lugares de filmación se encuentra la República Dominicana, en la que debido a inclemencias del tiempo el rodaje se alargó más de lo necesario. El presupuesto se excedió más de la cuenta y la Universal tuvo que aliarse con la Paramount para cubrir gastos. Allí se filmaron secuencias como la del paso de los camiones por un puente colgante primera imagen, que tardaron en tenerla lista la friolera de tres meses. Friedkin no escatimó en recursos, siendo por primera vez en su carrera, un perfeccionista muy difícil de tratar que incluso llegó a despedir a un montón de gente. Reparto internacional completado por Bruno Cremer, Amidou y nuestro Francisco Rabal dan vida a los pobres desgraciados que deben llevar una peligrosa carga de explosivos a través de un angosto camino que atraviesa la jungla. La historia, que parte de la novela de Georges Arnaud, presenta algunas diferencias con respecto al film francés.
Aquí vemos los orígenes de los cuatro personajes centrales, lo cual no deja demasiado espacio para la imaginación o la sutileza. Cuatro hombres, que por distintas razones, terminan con sus huesos en un país sudamericano, en el que se agarrarán a cualquier trabajo con tal de conseguir dinero. Una travesía angustiosa y eterna, y la naturaleza como enemigo de gran calibre. Pero lo que en la cinta de Clouzot era un relato de aventuras en el que la emoción y el suspense estaban en perfecta armonía, en el remake americano no asoman ni lo más mínimo. Hay cómo no, una gran despliegue de medios, las escenas filmadas en la jungla poseen cierta fuerza, y uno casi puede impregnarse de la suciedad que se palpa en pantalla. Pero no llega con una excelente ambientación para hacer creíble o interesante el relato desesperanzado que Friedkin trata de contarnos. No sentimos empatía por ninguno de los personajes, interpretados con más corrección que otra cosa. Sus vidas no nos importan, y por supuesto, sus muertes tampoco.
Las aventuras de Luke Skywalker arrasaron en los cines mientras el ego de William Friedkin se hundía en el fango con esta película, de la que extrañamente se sentía bastante orgulloso, y sobre la que declaró que hizo la película que quería hacer. Desconcertante sería la palabra adecuada, ya que aún siendo un Friedkin nada complaciente, el film no posee el pulso que suelen tener las grandes obras de su director, desvelándose como una película aburrida y falta de interés, con un muy pobre dibujo de personajes, de los cuales el único interesante es el interpretado por Scheider, aunque en el tramo final chirríe en la escenas psicodélicas, que son como un pegote en la película. En cualquier caso, de lo más flojo en la filmografía de un director que no volvería a estar al frente de una gran producción ni volvería a gozar del prestigio que una vez tuvo. Los caprichos a veces se pagan caros algunos bromean sobre el hecho de que uno de los camiones llevase pintado el símbolo del demonio de "El exorcista", lo cual dio mala suerte al rodaje según los supersticiosos, y próximamente hablaremos de otro capricho de otro gran director: Luchino Visconti.
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