jueves, 3 de abril de 2014

Corazones de Hierro, el sonido y el estupor y de Raymond Leblanc

Es Noticia, Corazones de Hierro, el sonido y el estupor - 25/01/2014 6:39:29

" Durante la guerra de Vietnam, el joven soldado Eriksson (Michael J. Fox) es salvado de morir por su sargento (Sean Penn). Cuando éste y su unidad, decidan raptar a una inocente vietnamita (Thuy Thu Le) y violarla durante el camino a una misión, Eriksson deberá tomar partido ético en un clima de violencia y traición total.
¡Qué película tan terrible y horrible de Brian DePalma! Por supuesto, es un halago, porque ése es el argumento de la incomprensiblemente titulada "Corazones de hierro" (Casualties of War, 1987), melodramático nombre para el mucho más preciso "Víctimas de la guerra" que también puede interpretarse como "Bajas de la guerra". Aunque, bien mirado, es una película bien melodramática pero habla de muchas cosas , entre ellas el espanto, la falta de piedad, la vileza , pero ninguna hace referencia, siquiera simbólica, al corazón de hierro del título.
De DePalma solamente podemos esperar gran cine incomprendido, o mejor dicho, solamente apreciado por unos pocos que ahora se vuelven multitud. Pero incluso entre quienes lo tienen en estima, existe una tendencia, en mi opinión equivocada y muy relacionada con el prestigio que si han alcanzado, por diferentes medios y en momentos no menos distintos, Francis Ford Coppola, Martin Scorsese y Steven Spielberg.
Dicho prestigio, sostiene un argumento insondablemente viejo y lamentable que diría que DePalma es todo estilo pero nunca ha logrado filmar una gran película o una película tan seria como las de aquellos. Lo que quiero decir es que pareciera que DePalma fuera el hacedor de unos cuantos (E inolvidables) thrillers llenos de erotismo y vitalidad, pero no es en mi opinión eso lo que lo distingue.
Lo que distingue a DePalma es la mirada. La de sus personajes, con qué frecuencia el centro de sus películas, y la suya propia, cargada de lucidez y, sí, mucha política. Porque es política, y no otra cosa, lo que hay en la sombría, brutal y perfecta "Impacto" (Blow Out, 1981) y es política lo que hay en este tremebundo relato de Vietnam.
Se quejaba, con cierta y bienvenida crítica airada, el maestro de críticos Jonathan Rosenbaum, en su reseña positiva, de que la película no sea, efectivamente, pacifista. Bien, tiene razón, pero es algo más importante, es una película sobre dos personajes enfrentados en el mismo lado de la contienda en la que la vejación es solamente una más (y no una concreta, específica, que señala y marca una vida).
DePalma reserva las simplezas a los secundarios, como bien detecta Rosenbaum, pero y hete aquí lo interesante, tanto visual como narrativa como guionísticamente todos los complejos matices están reservados para los antagónicos antihéroes de la película.
Desde principios de los ochenta, DePalma empieza a rodar, de un modo constante y con mayor sofisticación conceptual y energía, películas sobre mujeres y hombres que ven y callan y quieren saber o quieren entender. La prostituta encarnada por Nancy Allen en "Vestida para matar" (Dressed to kill, 1980) presencia algo y solamente es a través de un mirón (Keith Gordon) que resuelve su misterio.
De modo casi opuesto, John Travolta en "Impacto" no ve: Escucha, y es a partir de los sonidos que tiene que entender. Y en un juego, en última instancia barroco e inspirado, el pobre voyeur de "Doble Cuerpo" (Body Double, 1984) cree ver donde apenas vislumbra.
Al soldado de esta película le sucede algo en apariencia bien distinto. Escoge no ver, se da la vuelta. Ya no quiere mirar. No quiere mirar porque sabe: sabe que a sus espaldas están violando a una mujer inocente y frágil. ¡Y con qué súbita elegancia rueda DePalma el horror! Justo cuando el acto se repite, escoge dos elipsis y la profundidad de campo: el horror que su antihéroe ha escogido no ver.
Entonces, Eriksson quiere saber, pero no lo que ha sucedido sino como gestiona su conciencia moral. Es por esto que se trata de una de las películas en verdad más sofisticadas de su director.: no porque, ay, sea esta una "de guerra" y las anteriores "de intriga", sino porque lo que aquí está en juego es la propia conciencia de un individuo en una situación en donde, precisamente, hacer gala de ella es, al mismo tiempo, una ridiculez, algo decididamente impráctico y cuya denuncia es considerada irrelevante por todo el aparato militar.
Buscando formas de piedad y justicia, Eriksson trata de comprender cómo funcionan las cosas. Articulada como pesadilla, la película contiene una preciosa banda sonora de Ennio Morricone, con sus típicas y familiares recurrencias sonoras, en este caso un tema dedicado a la vietnamita que reaparece cada vez que el horror emerge, una vez más. Qué bien está Morricone con los cineastas de toma larga, sea DePalma o sea Sergio Leone.
Pero al evidente e interesante clima moral de Eriksson no contrapone un villano sencillo. El sargento, encarnado por un sobrenatural Sean Penn, es un loco patético que ha perdido todo el sentido. Lejos de amparar su locura como razón de barbarie, DePalma nos obliga a mirarlo, progresivamente desnortado, con sus ráfagas de saberse torturador y saberse bastardo y el resultado es tremendamente incómodo. Tampoco el público puede ser inclemente con el mal que encarna él, pues le hemos visto presenciar la muerte de un compañero en su rotundidad, una muerte con la que se define una condición diaria (de más asesinato y locura).
La película, además, contiene los clímax y momentum de intriga y suspense que caracterizan al director y que funcionan como pequeñas piezas de cámara. Los dos ataques al protagonista son tremendos, y en multitud de ocasiones, DePalma cambia de punto de vista: nos coloca en la mirada de Eriksson, del antagonista y hasta de un sacerdote metodista también en el Ejército.
Todo ello, además, muy bien estructurado: la película comienza y termina como lo que fue, una pesadilla. Así justifica la escena más hermosa, extraña y perdurable de la película. La vejada y casi destruida vietnamita camina llena de sangre por una vía del tren. Es un escape fútil porque sus captores están disparando contra los villanos del Vietcong. El malvado sargento grita ¡se escapa! y todos la disparan, ante la mirada atónita de Eriksson.
Es un instante de extraña belleza, de vida abriéndose paso, lastimosa y corajosa, en medio de una insensatez en la que todo se deprecia y en la que lo innombrable se traduce siempre en brutos, horrendos y reconocibles actos antes que las palabras que luego usaremos, porque la infamia, la atrocidad y la miseria suceden antes de poder expresarlas y a veces, ni así logramos medir su alcance nunca.
Cuando una mujer, que vagamente recuerda a la deshonrada, le dice a J. Fox pero la pesadlla ha terminado ¿no? Nuestra mirada está sacudida, intuyendo que la pesadilla y su paz serán solo un alivio temporal en un porvenir lleno de ecos, perpetuos, de la muerte y su estupor.
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La noticia Corazones de Hierro, el sonido y el estupor fue publicada originalmente en Blogdecine por Pablo Muñoz.

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Información: Cómic en cine: Tintín en el lago de los tiburones, de Raymond Leblanc - 16/08/2013 1:41:39

" Como ya comenté hace unas semanas cuando nos detuvimos en las dos adaptaciones en imagen real que, durante la década de los sesenta, se realizaron sobre Tintín, no eran éstas las primeras que se llevaban a cabo sobre un personaje cuyo potencial cinematográfico no había pasado desapercibido al mundo del séptimo arte. De hecho, apuntaba, la primera adaptación del entrometido periodista, su inseparable perro y ese cascarrabias que es el Capitán Haddock había tenido lugar en 1947 de mano de un pequeño estudio belga que dedicó tiempo y esfuerzos a levantar un encantador filme en blanco y negro animado por stop-motion en el que se adaptaba fielmente "El cangrejo de las pinzas de oro" y que podéis ver íntegro aquí aviso, está en francés.
Podríamos aventurar que este primer contacto del universo de Tintín con el cine de animación fue el que, una década más tarde, animó a los estudios de animación belga Belvision a trasladar, en 1957, diez de los libros de Hergé en una recordadísima serie de 103 episodios de cinco minutos: escritas por Greg, un reconocido guionista de cómic francés que entre sus muchos créditos cuenta con haber sido co-creador junto a Franquin del inolvidable Spirou, dichas adaptaciones se alejaban bastante de los libros originales, cambiando en ocasiones la trama de los álbumes originales por completo.
El éxito que la serie tuvo desde el primer momento, dio ánimos a Belvision para aventurarse en la gran pantalla con un largometraje que, bajo el título "Tintín en el templo del sol" ("Tintin et le temple du soleil", Eddie Lateste, 1969) era en realidad la adaptación de dos álbumes de Hergé: "El templo del sol" y "Las siete bolas de cristal". Como había sucedido anteriormente en el formato televisivo, Raymond Leblanc, responsable de la productora y editor de "Le journal de Tintin", dio luz verde a severos cambios de cara al guión definitivo, condensando el segundo libro en los quince primeros minutos de metraje y alterando el orden de ciertos eventos, detalles que sólo los tintinófilos serían capaces de detectar y que, obviamente, no restaron efectividad al éxito en taquilla del filme.
De hecho, el buen funcionamiento del mismo, sería el determinante para que los estudios belgas continuaran insistiendo con el personaje y, tres años después de "Tintín en el templo del sol", se estrenaría la única historia del personaje no escrita por Hergé y el último filme de Tintín que vería la luz en la gran pantalla en cuarenta años hasta que Peter Jackson y Steven Spielberg se decidieran a rescatarlo con ese primer filme de una prometida, aunque quién sabe si factible, trilogía sobre el personaje del que ya hablaremos llegado el momento.
El que "Tintín en el lago de los tiburones" ("Tintin et le lac aux requins", Raymond Leblanc, 1972) no se basara en un álbum ya publicado por el creador del personaje fue una medida tomada por Leblanc para evitar los problemas que había acarreado la cinta anterior y, aunque la historia del filme haya llegado a considerarse como parte del canon del personaje y el propio Hergé se mantuviera como moderado supervisor de la producción, la responsabilidad del funcionamiento de ésta volvió a recaer en un guión "completamente" original redactado por Greg.
Y si he entrecomillado "completamente" es porque muchos y bastante evidentes son los préstamos e influencias que podemos encontrar del universo de Tintín y el de Hergé en términos más generales a lo largo del metraje, referencias que van desde pequeños detalles extraídos de "La oreja rota", "Objetivo: la Luna" o "El cetro de Ottokar", a momentos concretos extraídos de la propia adaptación que Greg había hecho de "El asunto Tornasol" para la serie de televisión, hasta llegar a la más evidente de todas, aquella que dirige nuestra mirada hacia una de las aventuras de "Jo, Zette y Jocko".
Los personajes, creados por el artista belga en 1936 bajo la petición de un editor que quería para su revista un Tintín con familia (sic), tenían en uno de sus álbumes que enfrentarse a un loco que vivía en una ciudad submarina, encontrando en la cinta elementos directamente apropiados de las páginas aviñetadas como el vehículo anfibio, la escena de los héroes condenados a ahogarse o, evidentemente, el que Niko y Nouchka, los niños que conoce Tintín en el imaginario país de Syldavia donde transcurre la acción, sean las versiones para el filme de Jo y Zette, los hermanos protagonistas del tebeo.
Tomando como villano a uno de los "malos" más carismáticos de la galería de Tintín, el megalómano Roberto Rastapopoulos que fuera introducido por Hergé en "Los cigarros del faraón", la trama de "Tintín en el lago de los tiburones" envuelve a un experimento del profesor Tornasol capaz de hacer copias exactas de objetos y a las ansias del citado villano de poseer la tecnología que le permitirá cumplir el objetivo de poner el mundo a sus pies.

Con claras referencias también a los filmes clásicos de James Bond la forma de mantener el anonimato de Rastapopoulos es muy similar a la utilizada en las cintas de 007 con el enigmático líder de Spectra, por más que Greg intenta en todo momento mantenerse fiel al espíritu del personaje, y aunque la animación de la cinta se ajusta de forma milimétrica a los diseños de personajes de Hergé, algo le falta a "Tintín en el lago de los tiburones" para poder capturar de forma plena las sensaciones que uno tiene cuando lee cualquier álbum de Tintín, un algo elusivo que quizás tenga que ver con el cambio de formato o, de forma mucho más probable, con el hecho de que las aventuras originales son inimitables.
Poco importó esto de todas formas al público de la época, consiguiendo la cinta colocarse la tercera en la taquilla belga por detrás de "El padrino" ("The Godfather", Francis Ford Coppola, 1972) y "La naranja mecánica" ("A Clockwork Orange", Stanley Kubrick, 1972), un éxito que hizo que Raymond Leblanc declarara a un periodista americano que "ya hay un segundo estudio en el mundo capaz de producir largometrajes de animación aparte de Disney" pero que, en última instancia, no serviría para continuar con las aventuras de Tintín en la gran pantalla.
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news Cómic en cine: Tintín en el lago de los tiburones, de Raymond Leblanc was originally in Blogdecine by Sergio Benítez.

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Que opina usted? Las cinco mejores interpretaciones de Clint Eastwood - 31/05/2013 0:24:43

" Hoy el último clásico vivo cumple 83 años y justo es dedicarle un par de posts con dos de esas listas que tanto os/nos gustan. Empezaremos primero por las que un servidor considera las cinco mejores interpretaciones de Clint Eastwood, independientemente de que él sea o no el director de la película en cuestión eso será objeto del segundo post. Elegir cinco personajes de su extensa galería no ha sido fácil.
Sergio Leone, uno de sus maestros, decía que le bastaban dos gestos para construir un personaje ciertamente lo decía en tono peyorativo debido a la enemistad que surgió entre ambos, Richard Burton sentenció después de trabajar con él en "El desafío de las águilas" ("Where Eagles dare", Brian G. Hutton, 1968) que sin duda se encontraban ante alguien que sería una gran estrella. Directores como Martin Scorsese, Steven Spielberg o Francis Ford Coppola le admiran profundamente y quisieron trabajar con él, de hecho le llamaron varias veces, pero sus caminos sólo se cruzaron por motivos de producción con el segundo.
Mientras soñamos con lo que Eastwood habría hecho con los personajes que luego harían Roy Scheider en "Tiburón" ("Jaws", Steven Spielberg, 1975) o James Coburn en "Pat Garrett y Billy the Kid" ("Pat Garrett & Billy the Kid", Sam Peckinpah, 1973) por poner dos ejemplos de los muchos papeles conocidos que rechazó podemos disfrutar recordando cinco personajes inolvidables de su filmografía como actor.
Harry Callahan
Sé lo que estás pensando. Si he disparado cinco o seis balas. Te digo que con este ajetreo yo también he perdido la cuenta, pero siendo este un magnum 44, el revólver más potente del mundo, capaz de volarte la tapa de los sesos de un disparo ¿no crees que deberías pensar que eres muy afortunado?
Frank Lee Morris
En la última colaboración entre Eastwood y Don Siegel, y que también supondría la última gran obra de su director, el mítico actor nos sirve una composición llena de matices de un personaje real: Frank Lee Morris, la única persona que logró fugarse de la prisión de Alcatraz acompañado de otros dos presos. Uno de los films en los que mejor utilizado está el rostro de Eastwood. Momento a recordar: las conversaciones con el alcaide.
Red Stovall
El personaje del que tomé prestado el nombre para escribir aquí con pseudónimo ¡qué tiempos, parece mentira que hayan pasado siete años! y que aún utilizo en twitter. Un cantante country, borracho, enfermo de tuberculosis, un perdedor en toda regla, que viaja por el país en busca de un sueño, convertirse en una estrella. Le acompaña su sobrino su hijo en la vida real y la tristeza de una vida perra. Momento a recordar: el del vídeo, al lado del mítico Marty Robbins.
William Munny
El personaje de la película que le dio el prestigio artístico que ya llevaba años mereciéndose no podía falta en la lista. Munny es uno de esos personajes caramelo que Eastwood guardó muy celosamente tras hacerse con los derechos del film, que eran propiedad de Francis Ford Coppola durante años hasta tener la edad idónea para interpretarlo. Su viejo pistolero que con un pequeño grupo va en busca de los hombres que maltrataron a dos prostitutas, es un hombre acabado, casi muerto, un fantasma. Como resultado obtuvo su primera nominación al Oscar como actor principal. Momento a recordar: todos en los que evoca a su esposa muerta, Claudia.
Frankie Dunn
En uno de sus últimos regresos como actor lleva diciendo que se retira de la interpretación desde 1992 nos regala una de sus mejores composiciones, también nominado al Oscar. Un veterano entrenador de boxeo que decide entrenar a una promesa femenina, manteniendo con ella una relación paterno filial, y que verá cómo su vida va por derroteros impensables. Momento a recordar: la despedida.
En Blogdecine | Especial Clint Eastwood

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Información: Diez secuelas mejores que sus primeras entregas - 18/02/2013 5:24:13

" Este pasado viernes llegaba a los cines españoles "La jungla: Un buen día para morir" ("A Good Day to Die Hard", John Moore, 2013), quinta entrega de la franquicia iniciada hace 25 años por John McTiernan con la estupenda "Jungla de cristal" ("Die Hard") que ayuda muy poco a desterrar el tópico de que las secuelas son, por regla general, una porquería.
Lo cierto es que la propia saga ya dio muestras de poder darnos cine de calidad sin la necesidad de ser la primera entrega con "Jungla de cristal III. La venganza" ("Die Hard with a Vengeance", John McTiernan, 1995), pero son otros los títulos a los que se suele aludir cuando no sólo se quiere defender la existencia de las secuelas, sino incluso decir que pueden ser mejores que sus primeras partes. El caso más representativo es el de "El padrino. Parte II" ("The Godfather: Part II", Francis Ford Coppola, 1974), pero ha habido espacio de sobra para debates similares con títulos como "Terminator 2: El juicio final" ("Terminator 2: Judgment Day", James Cameron, 1991) o la más reciente "Toy Story 3" (Lee Unkrich, 2010). Dada la terrible decepción que ha supuesto para mí "La jungla: Un buen día para morir", he querido retomar ese fenómeno para comentaros diez secuelas que considero que superan a sus primeras entregas y así poder mantener un poco de fe en el aluvión de continuaciones que nos aguarda en el futuro.
"El caballero oscuro"
El fanatismo hacia Christopher Nolan está alcanzando unos límites algo exagerados, pero hay que remontarse a "El caballero oscuro" ("The Dark Knight", 2008) para encontrar su auténtica plataforma de lanzamiento. "Batman Begins" (2005) ya nos había demostrado de lo que era capaz, pero aquí se deshizo de toda polémica posible con la puesta en escena de las secuencias de acción y Heath Ledger ofreció una actuación tan memorable como Joker que a punto estuvo de comerse la película.
"Agárralo como puedas 33 y 1/3"
Las comedias paródicas están pasando por su peor momento, ya que en los últimos tiempos impera la idea de que no importan que los gags tengan gracia con tal de apelotonar el número de bromas a costa de otros títulos. Sin embargo, este tipo de cine estuvo asociado durante muchos años a la figura de Leslie Nielsen, siendo el detective Frank Drebin su papel más recordado. Hay que remontarnos a la pequeña pantalla para encontrar sus orígenes, pero es en "Agárralo como puedas 33 y 1/3" ("Naked Weapon: The Final Insult", Peter Segal, 1994) donde encontramos su punto álgido con el tramo final ambientado durante la ceremonia de entrega de los Oscar. Tengo que reconocer que el resto está a un nivel parejo a sus predecesoras, pero esas escenas la permiten erigirse como la mejor , y por desgracia última- entrega de la franquicia.
"Harry Potter y el prisionero de Azkaban"
"Harry Potter y el prisionero de Azkaban" ("Harry Potter and the Prisoner of Azkaban", 2004) ya era la novela más valorada por muchos de los seguidores de las aventuras del joven mago, pero Alfonso Cuarón supo aprovechar muchas de sus virtudes para darle un tono propio a la historia, con una mayor importancia de las relaciones humanas , excelente la relación entre el protagonista y Lupin, el profesor interpretado por David Thewlis- y un cuidado tono visual que no tiene problemas en abrazar abiertamente lo oscuro cuando los temibles dementores hacen acto de presencia.
"El imperio contraataca"
Son pocos los que se atreven a discutir la opinión mayoritaria de que "El imperio contraataca" ("Star Wars: Episode V: The Empire Strikes Back", Irvin Kershner, 1980) es lo mejor que ha salido del universo Star Wars. Ya sólo por la revelación final se ha ganado un lugar de privilegio en la historia del cine, pero es también la cinta donde se exploran todas las posibilidades de la historia con acierto , no hay desequilibrio alguno, ya sea por la necesidad de introducir la historia, ñoñerías románticas o la aparición de criaturas de dudoso gusto intelectual- y el eficaz trabajo tras las cámaras de Kershner ayuda mucho a que esta segunda , o quinta- entrega supere holgadamente a su predecesora. No tengo mucha esperanza en que la nueva trilogía pueda estar a su nivel, pero si aciertan con la elección de los spin-offs ya anunciados y el director al frente de las mismas, quizá pueda surgir una nueva esperanza de revivir esa magia que el propio Lucas casi se carga por completo hace unos años.
"Destino final 2"
El cine de terror es uno de los que más ha sufrido el efecto de pésimas nuevas entregas que básicamente clonan al título original para sacar todo el dinero posible al espectador. Todo indicaba que "Destino final 2" ("Final Destination", David R. Ellis, 2003) iba a ser otro caso más en esa línea, pero lo cierto es que no fue así, ya que supieron mantener las virtudes de la primera entrega y mejorarlas, especialmente a través de la planificación y puesta en escena de las muertes que van sucediéndose a lo largo del relato, logrando así una cinta entretenidísima.
"Indiana Jones y la última cruzada"
Lo único en lo que la abrumadora mayoría de los fans de Indiana Jones coinciden es en que su cuarta entrega sobraba , o al menos lo que acabamos viendo en pantalla- y era indigna de la calidad de las tres anteriores. Luego los hay que defienden alguna de sus otras aventuras por encima del resto, pero yo soy de la opinión de que "Indiana Jones y la última cruzada" ("Indiana Jones and The Last Crusade", Steven Spielberg, 1989) está por encima del resto, ya que nada tiene que envidiarlas en cuando a puesta en escena, calidad de la historia o capacidad de entretenimiento, pero sólo aquí podemos ver a Sean Connery dando lo mejor de sí mismo como el padre del protagonista.
"Misión Imposible: Protocolo Fantasma"
Brian de Palma había puesto el listón muy alto con "Misión imposible" ("Mission: Impossible", 1996), su adaptación cinematográfica de la serie televisiva de título homónimo. Dos secuelas se estrenaron después con desigual fortuna , la primera una tomadura de pelo y la siguiente apenas un correcto entretenimiento-, pero he aquí que Brad Bird aceptó el reto que le llegó de convertir "Misión imposible: Protocolo fantasma" ("Mission: Impossible , Ghost Protocol", 2011) y consiguió una de las películas más entretenidas de los últimos años, en especial en las partes ambientadas en Dubai, donde Bird dejó en ridículo a la gran mayoría de directores de acción que pululan actualmente por Hollywood.
"Los mercenarios 2"
Apenas tenemos que remontarnos unos meses en el tiempo para encontrar el caso más reciente, ya que "Los mercenarios 2" ("The Expendables 2", Simon West, 2012) fue lo que debió haber sido su primera entrega en su momento: Un gran entretenimiento de acción que sabe aprovechar el carisma de sus protagonistas , mítica la aparición de Chuck Norris-, con un villano de primer nivel , la secuencia de presentación del personaje de Jean-Claude Van Damme es estupenda- y una necesaria capa de humor , en "Los mercenarios" ("The Expendables", Sylvester Stallone, 2010) apenas se notaba- para no caer en el error de tomarse demasiado en serio a sí misma.
"El ultimátum de Bourne"
"El caso Bourne" ("The Bourne Identity", Doug Liman, 2002) no causó excesivo entusiasmo en su momento , un buen pasatiempo y como tal fue recibida-, pero sí tuvo el suficiente éxito como para que Universal quisiera seguir adelante con nuevas aventuras del personaje creado por Robert Ludlum. Eso sí, decidieron cambiar de director y apostar por un relativamente desconocido Paul Greengrass, pero seguro que ni ellos esperaban que éste lograse combinar prestigio artístico y un gran éxito comercial con sus dos aportaciones a la saga. Lo cierto es que podríamos incluir ambas en esta lista, pero "El ultimátum de Bourne" ("The Bourne Ultimatum", 2007) es la más lograda con diferencia, ya que sabe controlar mejor su peculiar visión de las escenas de acción, las complejidades de la trama se concretan sin caer en absurdeces y es un acertado el colofón al periplo del protagonista.
"Scream 2"
Siempre recordaré que la primera vez que me planteé seriamente la idea que ha generado este post fue por una escena de "Scream 2" (Wes Craven, 1997) en la que varios personajes debatían al respecto. Las charlas cinéfilas ya tenían mucho peso específico en la primera entrega , no hay más que pensar en las preguntas que hacía el asesino en los minutos iniciales de "Scream" (Wes Craven, 1996)- , pero Craven y Williamson no quisieron optar por la mera repetición, así que decidieron , con mucho acierto- acercarse más a las formas del giallo italiano, sin por ello dejar de confiar en la eficacia de los diálogos del segundo y la habilidad del primero para la puesta en escena de los asesinatos.
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Noticia, Los mejores gangsters de la historia del cine - 12/02/2013 8:23:33

" Aprovechando el reciente estreno de "Gangster Squad (Brigada de élite)" ("Gangster Squad", Ruben Fleischer, 2013), vamos a repasar en Blogdecine lo más destacado del cine de gangsters (o gánsteres).
Mi compañero Alberto Abuín se ocupará de rescatar los títulos más sobresalientes de este subgénero pero empiezo yo con una selección de los mejores gangsters del séptimo arte. Para evitar malentendidos, que no la discusión, quiero aclarar que a la hora de realizar esta selección, aparte de mantener mi personal criterio cada uno tendrá su propia lista y tratar de no limitar la lista a personajes de películas norteamericanas pese a que el gánster tradicional está asociado a esa cinematografía (con la Ley Seca como telón de fondo), he tenido en cuenta lo que entiende la RAE por "gánster".
Dice que es "miembro de una banda organizada de malhechores que actúa en las grandes ciudades". La "mafia" la define como "cualquier organización clandestina de criminales". Así que a efectos prácticos, un gánster y un mafioso vienen a ser la misma cosa, alguien que pertenece a un grupo organizado para cometer delitos o crímenes con procedencia siciliana en el caso de la mafia más popular. Y que actúan de manera violenta, habría que añadir, para diferenciarlos de los ladrones de guante blanco. Asimismo, quedarían excluidos pistoleros solitarios, detectives y otras habituales máscaras del cine negro y sucedáneos. Sin más, os dejo mi lista de los mejores gangsters, en orden cronológico:
Rico
"Hampa dorada" ("Little Caesar", Mervyn LeRoy, 1931) fue una de las primeras películas sobre gangsters y la que lanzó a la fama a Edward G. Robinson, quien borda el personaje de Enrico Cesare Bandello, "Rico" la primera vez que se llevaba al cine de forma disimulada al mítico Al Capone. Con perfecto acento italiano (aunque nació en Rumanía), Robinson da vida a un inmigrante italiano que reinterpreta el sueño americano a su manera, ascendiendo de manera violenta e imparable hasta construir su propio imperio. La escena final es antológica. Un rol que ha sido imitado en incontables ocasiones.
Tony Camonte
Con permiso de Rico, posiblemente el gánster más representativo de la década de los 30. Lo encarnó Paul Muni en "Scarface, el terror del hampa" ("Scarface", Howard Hawks, Richard Rosson, 1932), la primera versión de la novela de Armitage Trail. Sigue una evolución muy similar al personaje de Robinson pero Tony es más salvaje y caricaturesco, más divertido de ver. Además, tiene a su lado a George Raft, cuya carrera despegaría a partir de interpretar al pistolero que juega con la moneda, otro papel muy repetido en la gran pantalla.
Pépé le Moko
La primera adaptación de la novela de Henri La Barthe nos dejó uno de los mejores jefes criminales de la historia del cine. Jean Gabin encarna al encantador protagonista de "Pépé le Moko" (Julien Duvivier, 1937), un gánster parisino refugiado en Argelia, pero también acorralado por la policía, que aprovechará el mínimo descuido para meterlo entre rejas. La tensión y el deseo de libertad le llevarán a descuidar su rutina cuando conoce a una mujer de la que se enamora completa y fatalmente…
Tommy Udo
Richard Widmark debutó en el cine con "El beso de la muerte" ("Kiss of Death", Henry Hathaway, 1947), interpretando a uno de los mejores villanos del séptimo arte, papel premiado con una nominación al Oscar la única en toda su carrera. Udo es un auténtico psicópata de risa fácil que no tiene reparo alguno a la hora de matar inolvidable la escena en la que tira por las escaleras a cierto personaje y que se aprovecha de las torpezas del sistema legal para volver a la calle y tratar de vengarse del hombre que lo delató. Un pistolero temible.
Cody Jarrett
Imposible no incluir a James Cagney en esta selección, es uno de los rostros más característicos del cine criminal y del subgénero de gangsters en particular si bien encarnó igualmente a implacables agentes de la ley. Podría haber destacado su Tom Powers o su Rocky Sullivan pero me decanto por su papel en "Al rojo vivo" ("White Heat", Raoul Walsh, 1949) porque encarna al clásico gánster despiadado pero con una complejidad psicológica que no existía en los anteriores, más sencillos y simbólicos. Los lazos afectivos de Jarrett con su madre extraordinaria la escena en la prisión, cuando se entera de la noticia y el infiltrado le dotan de un carácter único (imitado hasta la saciedad).
Vito Corleone
El símbolo del cine sobre el crimen organizado. El personaje más recordado de la trilogía de "El padrino" ("The Godfather", Francis Ford Coppola, 1972-1990), a pesar de que Al Pacino interpreta al auténtico protagonista. Marlon Brando en el primer film y Robert de Niro en el segundo encarnan las dos etapas de un hombre ambicioso y complejo, un brillante negociador, violento y carismático, un líder que valora la lealtad y la familia por encima de todo. Un papel creado por Mario Puzo y plasmado genialmente en la gran pantalla por Coppola, Brando y De Niro; es el único que de momento ha proporcionado el Oscar a dos actores diferentes.
Tony Montana
El remake de "Scarface" escrito por Oliver Stone y dirigido por Brian de Palma, estrenado en España bajo el título "El precio del poder" ("Scarface", 1983), nos dejó una de las más memorables interpretaciones de Al Pacino, totalmente desatado en la piel del inmigrante cubano Tony Montana. Frases como "Todo lo que tengo en este mundo son mis pelotas y mi palabra, y no las rompo por nadie" y escenas como la del tiroteo final han convertido a Tony en uno de los mayores iconos del cine de gánsteres.
Noodles
De Niro podría protagonizar una lista aparte sobre gangsters. El que fuera el actor fetiche de Martin Scorsese ahora sustituido por Leonardo DiCaprio compuso varios personajes memorables en dramas criminales desde la década de los 70 a los 90, pero creo que los más relevantes son la versión joven de Corleone y David Aaronson, alias "Noodles". En la monumental "Érase una vez en América" ("Once Upon a Time in America", Sergio Leone, 1984) tenemos todo el proceso de crecimiento, madurez y declive de un hombre que creció en la calle. El amor, la amistad, el crimen y las circunstancias aportan matices a un complejo personaje que De Niro interpreta con naturalidad y convicción, que comunica más con miradas y gestos que con palabras.
Mark Lee
Chow Yun-Fat fue la gran estrella del cine de acción criminal "made in Hong Kong" gracias a su colaboración con John Woo. Todo comenzó con su personaje para "A Better Tomorrow" ("Ying hung boon sik", 1986), un habilidoso, divertido y trágico pistolero que en sus buenos tiempos se encendía el cigarro tras prender fuego a un billete. El estilo del personaje, el ingenio del mejor Woo y el carisma del actor crearon un icono del género.
Tommy DeVito
Heredero en cierta manera de personajes encarnados por Cagney y Robinson, Joe Pesci compensa su escasa estatura con un explosivo carácter al interpretar personajes relacionados con el crimen organizado. Ganó el Oscar por el papel de Tommy de Vito en "Uno de los nuestros" ("Goodfellas", Martin Scorsese, 1990), su rol más conocido por escenas como la del "¿crees que soy gracioso?", pero ya en "Érase una vez en América" había demostrado que se le daban muy bien estos roles de hombres amenazantes a punto de estallar.
Michael Sullivan
Hay quien solo ve en Tom Hanks al graciosete y empalagoso actor de "La terminal" ("The Terminal", Steven Spielberg, 2004) o "Larry Crowne" (T. Hanks, 2011) pero lo cierto es que es un intérprete de gran talento y versatilidad. Lo ha demostrado en numerosas películas, una de ellas es "Camino a la perdición" ("Road to Perdition", Sam Mendes, 2002), donde encarna a un implacable gánster que tras ser traicionado inicia un sangriento ajuste de cuentas para salvar lo único que merece la pena en su vida: su hijo. Ojo a la última escena que comparten Hanks y Paul Newman.

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