sábado, 5 de abril de 2014

Ridley Scott: Alien, el octavo pasajero, la obra maestra y Exodus, María Valverde en lo nuevo de Ridley Scott

Interesante, Ridley Scott: Alien, el octavo pasajero, la obra maestra - 31/01/2014 3:30:23

" A medio camino de desarrollar un proyecto sobre "Tristán e Isolda" que quedaría postergado sine die hasta que, casi treinta años después, lo retomara como productor en aquél olvidable filme dirigido por Kevin Reynolds y protagonizado por James Franco y Sophia Myles, Ridley Scott se encontró casi de casualidad con una producción que estaba llamada a colocarlo de la noche a la mañana y a escala planetaria en boca de unos entusiasmados cinéfilos que veían como el cineasta daba un salto de gigante con respecto a "Los duelistas" ("The Duellists", 1973) y se encumbraba como un referente ineludible de la ciencia-ficción cinematográfica contemporánea a caballo entre los formalismos estéticos del Kubrick de "2001: una odisea en el espacio" ("2001: A Space Odissey", 1968) y el sentido del espectáculo y lo comercial que George Lucas y Steven Spielberg habían desarrollado respectivamente en "La guerra de las galaxias" ("Star Wars", 1977) un filme que tuvo singular protagonismo en la decisión de Scott de rodar el que hoy nos ocupa y "Encuentros en la tercera fase" ("Close Encounters of the Third Kind", 1978).
"Alien, el 8º pasajero" ("Alien", 1979) cerraba una década en la que la ciencia-ficción como ya iremos viendo en el ciclo que le estamos dedicando había pasado de la búsqueda de una identidad que supiera estar a la altura de lo que Kubrick había impuesto con su magistral aproximación al género, a evolucionar de un modo inesperado en pos fórmulas que anunciaban el viraje hacia el espectáculo de masas al que buena parte de la producción anclada al sci-fi iba a rendirse una vez entrados los ochenta. Pero antes de que eso ocurriera, y queriendo postularse en unas actitudes que navegaran por senderos más o menos inexplorados, maclando los patrones del género con los del cine de terror, Ridley Scott firmaba una cinta fascinante, intensa, oscura, un prodigio de la narración, del diseño de producción y de la música que lleva treinta y cinco años huyendo sin despeinarse a ese paso del tiempo que tan mal ha sentado a otras propuestas muchísimo más recientes…incluso firmadas por él mismo no hace ni veinticuatro meses…
Con gran cantidad de literatura y los indispensables extras y documentales que acompañan a su imprescindible edición en Blu-ray o en su defecto, en DVD, y por más que durante breves momentos estuve planteándome el dar a esta entrada la estructura que han tenido otros artículos firmados por servidor en los que se rendía prolongada pleitesía a todo aquello que tenía que ver con la gestación y producción del filme en cuestión, he decidido centrar mi atención de cara a "Alien" en valorar de forma más o menos extensa, y del modo más personal posible, todo aquello que, con el paso del tiempo y los constantes revisionados de esta asombrosa obra de arte me han llevado, y siguen llevando a afirmar con contundencia que, a la hora de hablar de ella, sólo lo podemos hacer en términos de Obra Maestra del séptimo arte.
Espacios y formas para el terror

Nunca me habían gustado las cintas de terror porque, en última instancia, siempre se trataba de un tipo en un traje de goma. Bueno, sólo hay una manera de tratarlo. Lo más importante en un filme de este tipo no es lo que ves, sino lo que crees haber visto.
Ridley Scott
Pocas dudas pueden haber a la hora de aproximarse a un análisis valorativo de "Alien" acerca de que un alto porcentaje de la efectividad de lo que Scott termina consiguiendo plasmar en celuloide se debe a la acción directa de lo que el maravilloso diseño de producción de la cinta llega a concretar, ya estemos hablando aquí de lo que respecta a los muy diversos espacios que Ron Cobb planteó para componer la Nostromo como de lo que compete de forma exclusiva a la forma en la que H.R.Giger ideó al monstruo en sus diferentes etapas de crecimiento, instilando un terror imperceptible en el espectador gracias a la conjunción de ese orgánico y sexual aspecto que le confería el artista suizo con la forma en la que la cinta lo muestra en pantalla mediante fugaces planos que nunca llegan a dejarnos vislumbrar en su totalidad el asombroso trabajo que el oscuro y peculiar autor consiguió junto a Carlo Rambaldi responsable éste de lengua retráctil de la criatura.
Fascinante es también, y ya no sólo estamos hablando de aquello que es responsabilidad del diseño, la clara diferenciación que Scott y Derek Vanlint, el director de fotografía del filme, establecen entre las estancias asépticas de ese camión espacial que son el comedor y la enfermería en contraste con lo sucio y aterrador del resto de la Nostromo, compuesta como está de pasillos herrumbrosos llenos de cables y tuberías y ahogados por la plomiza y húmeda atmósfera con la que se caracterizan esos idóneos lugares para que el Alien campe a sus anchas. Aumentando la precisa narrativa de Scott, de la que no sobra ni un sólo plano, lo que del miedo natural hacia dichos espacios dimana del espectador, las escenas de la búsqueda del xenoformo por esos asfixiantes corredores y todo ese tramo final iluminado por la intermitencia de las luces de emergencia quedaron establecidos de forma inmediata como patrones sobre los que el género volvería una y otra vez en tiempos posteriores.
En el vacío SÍ hay sonidos

Unido a un diseño sonoro soberbio que hace del cadente latir de los motores de la Nostromo uno de los elementos indisolubles en la concreción de las muchas sensaciones de angustia que se derivan del visionado de "Alien", el trabajo de Jerry Goldsmith para los 117 minutos de metraje es uno de los factores fundamentales que convierten a la cinta de Scott en la extrema experiencia que termina siendo. Aún mutilada por un cineasta que inicialmente casi había obligado a la Fox para lo contratara a instancias de la fascinación que sentía por las sonoridades de "Freud" (id, John Huston, 1962) una banda sonora que, irónicamente, determinaría mucho del montaje sonoro final del filme, la partitura de Goldsmith es una de las más comprometidas con las imágenes que debía acompañar que el maestro llegó a componer a lo largo de su magnífica trayectoria.
Diametralmente opuesta al rescate de la opulencia sinfónica clásica que su amigo John Williams había llevado a cabo para dar empaque a las aventuras en aquella galaxia muy, muy lejana, la sobriedad en la utilización de instrumentos que ostentan los pentagramas de Goldsmith provocan la completa deshumanización de la cualidad sonora del filme, algo que ya habíamos podido observar "El planeta de los simios" ("Planet of the Apes", Franklin J.Schaffner, 1968) y que, a través de los sugerentes usos de la cuerda y el viento o la fría precisión del metal a la hora de describir las andanzas del extraterrestre a bordo de la nave, acerca a la cinta a una estrecha comunión con el miedo a lo desconocido y al vacío propios del espacio exterior.
Siete eran los diez negritos

(Pequeño spoiler) Ripley, Lambert, Dallas, Ash, Kane, Parker y Brett. Siete nombres que conforman una tripulación a la que Dan O"Bannon con la ayuda no acreditada de David Giler y Walter Hill dotó de tanta vida que resulta improbable que "Alien" hubiera sido el mismo filme de no haber contado con un rosario tan amplio y bien diferenciado de personalidades. Un muestrario que funciona tanto por la interacción de lo que Sigourney Weaver, Veronica Cartwright, Tom Skerrit, John Hurt, Yaphett Kotto y Harry Dean Stanton ponen en juego con sus constantes puyas, y perfilados comportamientos, como por la contraposición de los seis humanos cuando tienen que vérselas con la frialdad calculadora de Ash, ese androide al que Ian Holm insufla tan terrorífica vida. (Fin spoiler)
Como ya sucediera con la forma en la que rueda la Nostromo, convirtiéndola en un silente e imposible noveno pasajero, Scott es el directo responsable de que el libreto de O"Bannon y lo que éste dedica a la definición del alien funcione en tan espectaculares formas: rodando la práctica totalidad de lo que a los personajes concierne desde un punto de vista externo, la subjetividad propia del género de terror queda aquí reducida a los momentos de mayor impacto, y el recurso del cineasta de mostrar las reacciones de los personajes cuando interactúan con el extraterrestre es de una eficacia suma en secuencias puntales como los ataques a Brett, Dallas y Lambert o, cómo no, la del nacimiento del chest-burster, uno de los instantes más truculentos, espectaculares e inolvidables de los que el cine de género nos ha dejado a lo largo de la historia.
El genio de la luz…y las tinieblas

Aunando todo lo anterior, conjugando factores que en muchos casos ya hubieran elevado el filme por si sólo a la categoría de notable, orquestando una función que y disculpen la frase manida no hubiera sido igual de no haber contado con él, y pariendo una temprana obra maestra con su segundo cargo como director, Ridley Scott sigue explorando en "Alien", y seguirá explorando a lo largo y ancho de su carrera las muchas y muy asombrosas posibilidades que el moldeado de la luz otorga a la creación de ambientes: combinado aquí con todas las herramientas a su alcance, las citadas secuencias de la persecución por los pasillos o el clímax, unidas a otras como la entrada en la nave alien o los también nombrados ataques del xenomorfo, son todos ejemplos de una espectacularidad sin par que demuestran que, a sus 42 años, y con todo el bagaje publicitario que arrastraba, Scott era ya un cineasta consumado.
Un hecho que también rubrica el magnífico uso de las elipsis a lo largo de la acción digno de estudio como va resolviendo los minutos posteriores al ataque del facehugger, la precisa dirección de actores, en cuya elección jugó un papel determinante el cineasta por su voluntad de contar con un grupo de profesionales en los que poder confiar más de la cuenta para así poder centrarse en otras tareas o, cómo no, la asombrosa y paradójica simbiosis que se da entre el carácter letánico inherente a la personalidad del filme y el ritmo imparable que Scott confiere al conjunto, no permitiendo que la desazón del espectador disminuya un ápice durante las dos horas de metraje.
Por todo ello, y por todo aquello que siempre se queda entre líneas y que uno se guarda por la dificultad de expresarlo con palabras, "Alien, el 8º pasajero" ha sido, es y siempre será, una obra maestra del séptimo arte y cima temprana de un director que, no obstante, escalará semejantes alturas con su siguiente producción, una a la que dedicaremos líneas igualmente sentidas la próxima semana y que se establece junto al presente hito cinematográfico como piedra angular de toda una forma de hacer cine sobre la que, desafortunadamente, Ridley Scott nunca ha llegado a volver.
Otra crítica en Blogdecine
"Alien", el terror de lo desconocido
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La noticia Ridley Scott: Alien, el octavo pasajero, la obra maestra fue publicada originalmente en Blogdecine por Sergio Benítez.

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Interesante, Exodus, María Valverde en lo nuevo de Ridley Scott - 19/09/2013 16:33:44

" Christian Bale está feliz. El galés interpretará al líder bíblico Moisés en la nueva superproducción épica de Ridley Scott, "Exodus", y recientemente le han informado que ya han elegido a la actriz que encarnará a su esposa en la ficción: la española María Valverde. Que digo yo, la belleza de la muchacha habrá tenido algo que ver. Quizá no, quién sabe, en los castings no se fijan en el físico, no, nada de eso. La chica tiene un desbordante talento, es evidente. Aparte de un… Sé que no estáis leyendo el post, que podría escribir cualquier burrada y nadie se daría cuenta, pero esto luego lo copian otras webs impersonales y podría quedar en evidencia. Se entera María y ya la tenemos liada. Así que sigamos informando.
Además de Bale y Valverde coprotagonizó "Cracks" (2009), el debut de Jordan Scott, hijo hija de Ridley, lo que explica el asunto, el director de la maravillosa "Blade Runner" (1982) contará con Joel Edgerton, Aaron Paul, Sigourney Weaver, John Turturro y Ben Kingsley, entre otros. Un sensacional reparto y un brillante cineasta del que pronto veremos "El consejero" ("The Counselor", 2013), esperemos que el guion escrito por Steve Zallian, Adam Cooper y Bill Collage está a la altura. La historia es muy divertida, hay persecuciones, discursos, travesías y milagros, aunque todavía queda bastante para poder verla; se estrena el 12 de diciembre de 2014. El rodaje durará cuatro meses, comenzó esta semana en Londres y más adelante se trasladará a nuestro país. ¿Alguno de vosotros sabe ya si participará como extra? Ah, es verdad, que no estáis leyendo. Pillastres.
Vía | Fotogramas
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La noticia Exodus, María Valverde en lo nuevo de Ridley Scott fue publicada originalmente en Blogdecine por Juan Luis Caviaro.

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Información: James Cameron: Aliens, el regreso, el infierno se llama LV-426 - 10/04/2013 0:54:33

" En términos técnicos quizás sea bastante rudimentaria con respecto a las películas de ahora; pero creo que desde el punto de vista narrativo es tan buena como podré llegar a ser.
Unas notas musicales etéreas acompañadas de la marcialidad de unos lejanos tambores dan paso a las fugaces voces de un coro. Un título sobreimpreso en pantalla. Referencias sonoras al adagio del "Gayane" de Khachaturian seguidas de evocadores compases en los metales. Una nave que se mece al ritmo de la música flotando en la vastedad del espacio. Planos interiores que exploran los detalles de la cápsula a la deriva. No hace falta continuar. Lo que sigue es historia viva no sólo del género de ciencia-ficción, sino del séptimo arte. Con su segundo o tercer, según se mire filme, James Cameron se asienta cómodamente en el stardom norteamericano como uno de los mejores realizadores que surgen en los ochenta. Pero el camino hasta el estreno de "Aliens, el regreso" ("Aliens", 1986) no ha sido fácil.
El testigo de Scott
Con todo lo que en estos últimos 34 años se ha dicho respecto a "Alien, el 8º pasajero" ("Alien", Ridley Scott, 1979) no creo necesario hacer mucho hincapié en la suma importancia que la cinta de Scott tiene en el proceso de maduración que un sesgo de la ciencia-ficción cinematográfica sufrió a raiz de la magistral "2001, una odisea en el espacio" ("2001, a space odissey", Stanley Kubrick, 1969) durante buena parte de los setenta el otro quedaría marcado por cierta saga galáctica que todos conocemos, trascendiendo los modelos de la serie B.
Anclado en un realismo que queda patente de forma indiscutible a lo largo de su metraje, el modelo asentado por Scott, que será imitado hasta la saciedad, no es el que Cameron quiere usar para su segunda parte, un filme cuyos primeros pasos se dan durante la preproducción de "Terminator" ("The terminator", 1984), con un tratamiento previo escrito en cuatro días por el cineasta canadiense que será puesto en espera por la Fox ya que, por aquél entonces, todavía no ve viable una secuela de la mítica producción.
Convencidos tan sólo un año más tarde tanto por el éxito de "Terminator" como por las noventa páginas que ha logrado escribir en esos nueve meses de paralización del rodaje de su primera cinta en los que también puliría las imperfecciones del guión de ésta y escribiría el de "Rambo: acorralado parte II" ("Rambo: First Blood Part II", George Pan Cosmatos, 1985), la Fox termina dando luz verde a un rodaje que supondrá una auténtica prueba de fuego para el realizador, demostrando Cameron en su bisoñez que ya era uno de esos pocos directores capaces de crecerse ante las adversidades que terminaron rodeando todos y cada uno de los aspectos de esta producción de modesto presupuesto 18,5 millones de dólares con la que su director romperá moldes.
Las constantes de Cameron
Hablando sobre "Terminator" apunté que Cameron ha ido sustentando la totalidad de su filmografía en una serie de constantes que, con mayor o menor intensidad, calan el mensaje que en última instancia pretende transmitir el director y guionista. Y si en su ópera prima dichas constantes pasaban por contar con el protagonismo de una fémina de fuerte carácter y marcar el desarrollo del relato con una historia de gran repercusión en la trama, en "Aliens" Cameron suma a estas dos un motivo que en "Avatar" (id, 2009) alcanzará su máximo exponente: el mal derivado de las corporaciones.
Establecida la heroína de la acción en la cinta de Scott una Sigourney Weaver por la que Cameron tuvo que pelear contra la Fox para conseguir su participación en el filme y que ya quería entonces que su personaje muriera al final y variando la historia de amor hacia una de carácter materno-filial en la que ahondaremos más tarde, "Aliens" postula muy temprano en el metraje su posición con respecto a lo que las corporaciones son capaces de hacer con tal de conseguir un "maldito porcentaje".

Para ello, el realizador se apoya tanto en el personaje de Burke, que dibuja de tal manera que nos cae antipático nada más verlo algo a lo que no es ajeno el espléndido trabajo que realiza Paul Reiser, como en los más que obvios paralelismos que se establecen entre la intervención de los marines en la colonia atados a los designios de la Weyland-Yutani y la Guerra de Vietnam derivada de los intereses de las corporaciones norteamericanas en Asia, una comparación que además incide en cómo los sistemas coloniales han sido a través de la historia el vehículo idóneo para desarrollar dichos intereses.
Con otros detalles del desarrollo de la acción subrayando los paralelismos anteriores la prepotencia de los marines con sus grandes armas siendo aplastada por una fuerza de tecnología muy inferior es otra clarísima referencia a Vietnam , y el firme propósito de firmar una secuela digna enfocada "más al terror que al horror", James Cameron concreta en "Aliens" el que quizás sea el filme más redondo de su trayectoria, acercándose cuando así lo necesita a la imaginería de su predecesora los primeros planos que vemos en el interior de la SULACO; la reproducción en el tercer y eliminado rollo de la cinta de la atmósfera del filme de Scott pero estableciendo al mismo tiempo toda una nueva iconografía que, en muchos casos, se sitúa por delante de la "Alien".
La tensión…al límite
Ya en "Terminator", Cameron se tomaba su tiempo para elevar la tensión en el respetable hasta la escena en el "Tech Noir", momento en el que por fin se muestra de forma clara quién es quién y secuencia a partir de la cual el ritmo de la cinta se mueve en continuo crescendo. En dicho título, la ruptura que establecía un antes y un después en el devenir de la acción tenía lugar transcurrida una media hora de metraje, un tiempo que, considerando como cánon el montaje del director de "Aliens" único que muestra las intenciones reales del realizador para con el filme se ve multiplicado aquí por dos.
No es hasta la hora y doce minutos de proyección que todo lo que el cineasta ha ido construyendo con una presentación de personajes ejemplar que será siendo marca de la casa de aquí en adelante y un planteamiento como secuela que funciona a la perfección, explota ante la atónita mirada de un espectador que, tras haber clavado las uñas en los reposabrazos, es transportado ahora por un mayestático espectáculo de adrenalina desatada.
Encarnado en una hora y veinticinco minutos articulados a través de cinco secuencias que ponen de relieve la absoluta y temprana maestría de Cameron a la hora de plantear y ejecutar secuencias de acción, es también en el rescate de los marines por parte de Ripley donde el personaje adopta su dimensión completa, jugando el cineasta a transferir el poder de aquél que lo tiene por naturaleza, el militar, a aquella que debe ostentarlo por las iniciativas que toma y las decisiones que adopta, creando de esta forma el guión a la perfecta heroína.

Hasta ese momento, el realizador ha jugado a placer con el espectador, estableciendo las necesarias relaciones con la mitología creada por Scott en la primera entrega de la saga a este respecto resulta muy llamativa la conexión que se establece entre los atuendos casuales de Parker y Brett con los personalizados complementos de los uniformes militares que lucen los marines, ambos orientados a romper con los estándares futuristas de la ciencia-ficción y cimentando, mediante dos de las escenas que no llegaron a las salas de cine, las constantes de su cine que aquí aparecen.
La primera de dicha escenas, eliminada a instancias de la Fox que justificó su sustracción para optimizar el número de pases diarios que la cinta podía tener en las salas sirve para contextualizar la fuerza con la que Ripley adoptará el papel materno con Newt; mientras que la segunda, que Cameron quitaría por petición de Gale Ann Hurd productora del filme y esposa en aquellos momentos del director, nos acerca a las ambiciones corporativas y sirve, además, de precisa explicación acerca de la aparición de los xenomorfos en la colonia.
Con la importancia que ambas tienen de cara a establecer firmemente el contexto en el que se mueve el guión, resulta incomprensible la afirmación de la Fox de que su desaparición así como la de la secuencia de las armas dron del montaje definitivo respondía a la notoria incapacidad de Cameron para arrancar la acción cuando, precisamente, el interés del cineasta se mueve en términos de establacer dos partes bien diferenciadas que, en perfecto equilibrio de tensión/acción, ayuden a componer un todo magistral en el que cada céntimo de dólar es exprimido al máximo en la pantalla.
¡¡Aléjate de ella…puerca!!
Volvamos para finalizar a esa hora y veinte minutos que deberían ser la envidia de cualquier filme de acción de tres al cuarto de los que se estrenan hoy en día, semana sí, semana también y que pasa por esas cinco secuencias que, decía antes, articulan la segunda y soberbia mitad de "Aliens".
Al adrenalínico rescate en el APC puntualizado de forma inmejorable, como el resto de la cinta, por el temazo compuesto por James Horner que sólo tuvo dos semanas para escribir la totalidad de una música que después fue destrozada en la mesa de montaje le sigue, con cierto respiro intermedio, la secuencia del ataque de los facehuggers en el laboratorio, fotografiada con precisión por un novato Adrian Biddle que saca un partido envidiable de la ambientación que aportan los aspersores de agua y las luces rojas de emergencia.
Tras éstas, el envite final sin descanso que comienza con el ataque de las hordas de aliens al cuartel general con la frenética huida por los túneles de ventilación una secuencia capaz de poner en jaque a los nervios del más pintado; sigue en la crispante incursión de una Ripley armada hasta los dientes en el nido de la reina alien, todo un dechado de virtudes desde el punto de vista narrativo con el que Cameron logra atenazar al público en su butaca, y culmina en el enfrentamiento final entre las dos madres de la historia.
Con un montaje soberbio que Ray Lovejoy colaborador de Kubrick en "2001" y "El resplandor" ("The shining", 1980) entregó tras dos días encerrado en el estudio de edición, la lucha que Cameron pone en pie, y que comienza con una de las frases más míticas de la historia del cine, es la conclusión idónea a una película ejemplar: en una esquina, el exoesqueleto depurado de aquél que ya vierámos en su "Xenogénesis"; en la otra, el espectacular diseño de la reina; en el centro, un cineasta que no necesita nada más para revestir el enfrentamiento de un espectacular tono épico derivado de la significancia que la escena reviste tanto para Ripley, como para un público que en el mejor de los casos habrá invertido cuatro horas y media las dos de "Alien" y las dos y media del montaje definitivo de ésta de su vida para asistir al que sin lugar a dudas era el cierre perfecto de una saga que nunca hubo de continuar.
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Que opina? Estrenos de cine | 4 de abril | Lo nuevo de Mario Casas, Superman de turismo por España y el reestreno de Titanic - 04/04/2012 8:43:18

"Así es, los estrenos de cine en España se han adelantado a hoy miércoles para aprovechar las fiestas de la Semana Santa (¿alguien puede decirme exactamente qué se celebra con tanta emoción?, nunca me quedó claro). Seis novedades estarán disponibles en las carteleras a partir de esta misma tarde, de entre las que destacan "Grupo 7", un policiaco protagonizado por el Taylor Lautner español, "La fría luz del día", un thriller rodado en España con Bruce Willis, Sigourney Weaver y el nuevo Superman (Henry Cavill), y "Titanic 3D", el reestreno en salas comerciales de una peliculita independiente basada en hechos reales que pasó un tanto desapercibida en su momento. Hay más, echad un vistazo para descubrir los otros títulos:
"Titanic 3D"
Dirección y guion: James Cameron. País: USA. Año: 1997/2012. Duración: 194 min. Género: Drama, romance. Interpretación: Leonardo DiCaprio (Jack Dawson), Kate Winslet (Rose DeWitt Bukater), Billy Zane (Caledon "Cal" Hockley), Kathy Bates (Molly), Frances Fisher (Ruth), Gloria Stuart (Rose anciana), Bill Paxton (Brock Lovett), Bernard Hill (capitán Edward James Smith), David Warner (Spicer), Victor Garber (Thomas). Producción: James Cameron y Jon Landau. Música: Jamer Horner. Fotografía: Russell Carpenter. Montaje: Conrad Buff, James Cameron y Richard A. Harris. Diseño de producción: Peter Lamont. Vestuario: Deborah L. Scott. Distribuidora: Hispano Foxfim. Calificación por edades: No recomendada para menores de 13 años.
Sinopsis: Jack y Rose son dos apasionados jóvenes separados por sus diferentes clases sociales pero unidos por el destino durante el viaje inaugural del Titanic. Pero cuando el crucero de lujo choca contra un iceberg en las heladas aguas del Atlántico Norte, su historia de amor se convierte en una desesperada lucha por sobrevivir.
¿Qué podemos esperar? Pues está claro, ¿no?, la misma cursilada película que se estrenó en España el 8 de enero de 1998 (cómo pasa el tiempo…) pero en 3D. Para las fans de los dramones románticos y los fieles seguidores de todo lo que haga el señor Cameron, el rey del mundo, del 3D, de la taquilla y de las profundidades oceánicas. Que la disfrutéis.
"Los infieles"
Título original: "Les infid
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