jueves, 3 de abril de 2014

Oscar 2014 | La cuenta atrás | Mejor actor protagonista y Ridley Scott: Alien, el octavo pasajero, la obra maestra

Interesante, Oscar 2014 | La cuenta atrás | Mejor actor protagonista - 28/02/2014 6:42:54

" Continuamos con el repaso a las categorías más interesantes de los Oscar 2014, cuya ceremonia está ya a la vuelta de la esquina. Tras comentar las posibilidades que tienen las nominadas a mejor actriz de reparto y los candidatos a mejor actor de reparto, es turno de echar un vistazo al apartado de protagonista masculino.
Cinco excelentes actores compiten por la estatuilla pero solo uno podrá llevársela a casa. Otros años se cuelan interpretaciones que deslucen un poco la gala, resultando más evidente que todo es una fiesta de autobombo con mucha pose y poca exigencia artística, sin embargo, 2013 ha sido una muy buena cosecha de actuaciones y los nominados merecen estar en la recta final. Podrían haber estado otros, desde luego, Tom Hanks o Toni Servillo por decir solo dos. Quizá la solución sería ampliar la lista a diez candidatos…
Los elegidos son Christian Bale, Bruce Dern, Leonardo DiCaprio, Chiwetel Ejiofor y Matthew McConaughey. ¿Cuál es vuestro favorito para el Oscar de este año?
Bruce Dern
No va a ganar, pero si lo hiciera, si estallara la sorpresa, estoy convencido de que todos, los allí presentes y los que veremos la gala en casa, nos levantaríamos del asiento y aplaudiríamos hasta que nos dolieran las manos, como si hubiera entregado el premio cinematográfico más justo del año. Este actor americano de 77 años, acostumbrado a dar vida a personajes desequilibrados, tiene a sus espaldas medio siglo repleto de películas, más de 80 títulos. Bruce Dern es una leyenda viva y nos deja en "Nebraska" (2013) una de las mejores interpretaciones de su carrera.
Con mayor o menor repercusión dentro del cine, su época dorada fue la década de los 70, donde destacan sus papeles en "Danzad, danzad, malditos" ("They Shoot Horses, Don"t They?", Sydney Pollack, 1969), "The Cowboys" (Mark Rydell, 1972), "El Gran Gatsby" ("The Great Gatsby", Jack Clayton, 1974) o "El regreso" ("Coming Home", Hal Ashby, 1978), por la que recibió la que era hasta el momento su única nominación a los Oscar.
Después de leer el guión, Alexander Payne pensó de inmediato en Dern para encarnar a Woody Grant, este anciano prácticamente senil, taciturno y obcecado con viajar muchos kilómetros para conseguir un premio que realmente no existe. Y llevaba razón, es difícil imaginarse a otro en la piel de Grant. Sería un bonito broche de oro para la carrera de este actor si se llevara su primer Oscar el próximo domingo.
Chiwetel Ejiofor
La opción políticamente correcta. Londinense de 36 años de ascendencia nigeriana, Chiwetelu Umeadi Ejiofor, huérfano de padre con 11 años por culpa de un accidente de coche en el que él también estaba presente, comenzó a interarse por la interpretación dos años más tarde y se unió a la National Youth Theatre cuna de actores como Daniel Day-Lewis o Helen Mirren, entre otros tantos donde realizó varias obras de teatro, mundillo que no ha abandonado hasta la fecha.
Ejiofor tuvo la fortuna de debutar en el cine de la mano de Steven Spielberg, aunque fuera en la decepcionante "Amistad" (1997) curiosamente, una obra sobre esclavitud. Tras este papel se le recuerda por pequeños pero estupendos papeles en títulos como "Love Actually" (Richard Curtis, 2003), "Hijos de los hombres" ("Children of Men", Alfonso Cuarón, 2006) o "American Gangster" (Ridley Scott, 2007).
Es interpretando a Solomon Northup en "12 años de esclavitud" ("12 Years a Slave", Steve McQueen, 2013), un hombre libre que es secuestrado y vendido como esclavo por el color negro de su piel, con el que le llega la oportunidad de su vida y su primer papel protagonista. Con los meses ha ido perdiendo puestos en las quinielas, pero sigue teniendo opciones y no es descartable un giro de los acontecimientos; si ganara el Oscar, nadie podría decir que es inmerecido.
Matthew McConaughey
Posiblemente, el actor mejor valorado ahora mismo en Hollywood. Natural de Texas, con un marcado acento que no duda en ocultar, este actor nacido en 1969 iba camino de ser abogado. Ya matriculado en Derecho y antes de uno de sus exámenes, tras terminar de leer el libro "The Greatest Salesman in the World", Matthew McConaughey cambió de parecer y se decantó por la interpretación. Menos mal. La valentía de perseguir un sueño tiene a veces recompensa…
Tras algunos papeles menores, fue con "Tiempo de matar" ("A Time to Kill", Joel Schumacher, 1996), "Contact" (Robert Zemeckis, 1997) y, de nuevo, "Amistad" (S. Spielberg, 1997), los títulos con los que este texano dio a conocer su rostro… y un envidiable torso con el que han babeado mujeres (y hombres) desde entonces. Lamentablemente, en los años siguientes se dedicó a protagonizar comedias románticas de dudosa calidad para exprimir un éxito vacío.
Ha sido a partir de 2011 cuando su carrera ha vuelto a dar un giro, a raíz de los estrenos de "Killer Joe" (William Friedkin, 2011), "Magic Mike" (Steven Soderbergh, 2012) y "Mud" (Jeff Nichols, 2012). Pero es su interpretación de Ron Woodroof en "Dallas Buyers Club" (Jean-Marc Vallée, 2013), un mujeriego homófobo y drogadicto que contrajo SIDA en la década de los 80 y luchó para que se legalizara un tratamiento médico menos dañino, acompañado por una espectacular transformación física, lo que le ha llevado a lo más alto de su carrera. Parte como favorito para llevarse el codiciado Oscar a casa.
Leonardo DiCaprio
Hemos visto crecer a Leonardo DiCaprio en la pantalla, no hay duda. De ascendencia alemana e italiana pero nacido en Los Angeles en 1974, comenzó su carrera realizando anuncios de televisión en los 80 que le servirían de trampolín. Suena increíble pero han pasado ya más de veinte años desde que lo vimos en el reparto de la serie que lo diera a conocer, "Los problemas crecen" ("Growing Pains").
Después de aquello dio el salto al cine con trabajos que pronto lo lanzarían a la fama y vio crecer su carrera como la espuma en poco tiempo: "Vida de este chico" ("This Boy"s Life", Michael Caton-Jones, 1993), "¿A quién ama Gilbert Grape?" ("What"s Eating Gilbert Grape", Lasse Hallström, 1993) con la que logró su primera nominación al Oscar y "La habitación de Marvin" ("Marvin"s Room", Jerry Zaks, 1996) son algunos de esos títulos.
Ahora su quinto trabajo junto a Martin Scorsese en la comedia negra "El lobo de Wall Street" ("The Wolf of Wall Street", 2013) le lleva por cuarta vez a estar nominado a estos premios; la tercera en la categoría de actor principal. A pesar de tener un gran contrincante en McConaughey, viendo mermadas sus posibilidades, su interpretación del bróker de la bolsa Jordan Belfort no se queda atrás del trabajo del texano. Lo da todo con una actuación histriónica dando vida a un personaje ambicioso obsesionado con las drogas, el dinero y el sexo, rozando la locura y la perdición. DiCaprio ganará un Oscar, pero no parece que sea éste su año.
Christian Bale
Galés aunque él se considere inglés, este camaleónico actor de 40 años empezó su carrera en el teatro siendo apenas un niño. Tras un par de anuncios televisivos, el debut cinematográfico le vino de la mano de Spielberg (¡cuánto bien ha hecho este genio!) a la edad de 13 años en la inolvidable "El imperio del sol" ("Empire of the Sun", 1986). La presión de los medios y de sus compañeros de clase casi hacen que Christian Bale abandonara el mundo del cine, hasta que Kenneth Branagh fue detrás de él con un papel en "Enrique V" ("Henry V", 1989) y consiguió persuadirle.
Los siguientes años son historia, todos conocemos de sobra a uno de los mejores y más versátiles actores de su generación desde la polémica "American Psycho" (Mary Harron, 2000) en adelante. Sorprendentemente este año estamos solo ante su segunda nominación al Oscar, anteriormente recordemos que también fue nominado y premiado por otra película de David O. Russell, "The Fighter" (2010), pero en su carrera hay un amplio abanico de grandes interpretaciones que pasaron desapercibidas para la Academia ejem, "El maquinista" ("The Machinist", Brad Anderson, 2004).
Con el personaje de Irving Rosenfeld, un empresario timador que malversa fondos junto a su compañera y amante en "La gran estafa americana" ("American Hustle", D.O. Russell, 2013), consigue una vez más su mejor nivel volviendo a dar una clase magistral de interpretación. No solo cambia su físico como nos tiene ya acostumbrados, también lo hace con un acento neoyorkino. Siempre convincente y entregado, el polifacético Bale consigue desligarse totalmente de Batman o de cualquier resto de conexión a otro papel que pudiera quedar en la memoria del público. No va a ganar, pero merece ser uno de los cinco finalistas al Oscar.
En Blogdecine | Encuesta de la semana: Oscar 2014
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La noticia Oscar 2014 | La cuenta atrás | Mejor actor protagonista fue publicada originalmente en Blogdecine por Juan Luis Caviaro.

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Interesante, Ridley Scott: Alien, el octavo pasajero, la obra maestra - 31/01/2014 3:30:23

" A medio camino de desarrollar un proyecto sobre "Tristán e Isolda" que quedaría postergado sine die hasta que, casi treinta años después, lo retomara como productor en aquél olvidable filme dirigido por Kevin Reynolds y protagonizado por James Franco y Sophia Myles, Ridley Scott se encontró casi de casualidad con una producción que estaba llamada a colocarlo de la noche a la mañana y a escala planetaria en boca de unos entusiasmados cinéfilos que veían como el cineasta daba un salto de gigante con respecto a "Los duelistas" ("The Duellists", 1973) y se encumbraba como un referente ineludible de la ciencia-ficción cinematográfica contemporánea a caballo entre los formalismos estéticos del Kubrick de "2001: una odisea en el espacio" ("2001: A Space Odissey", 1968) y el sentido del espectáculo y lo comercial que George Lucas y Steven Spielberg habían desarrollado respectivamente en "La guerra de las galaxias" ("Star Wars", 1977) un filme que tuvo singular protagonismo en la decisión de Scott de rodar el que hoy nos ocupa y "Encuentros en la tercera fase" ("Close Encounters of the Third Kind", 1978).
"Alien, el 8º pasajero" ("Alien", 1979) cerraba una década en la que la ciencia-ficción como ya iremos viendo en el ciclo que le estamos dedicando había pasado de la búsqueda de una identidad que supiera estar a la altura de lo que Kubrick había impuesto con su magistral aproximación al género, a evolucionar de un modo inesperado en pos fórmulas que anunciaban el viraje hacia el espectáculo de masas al que buena parte de la producción anclada al sci-fi iba a rendirse una vez entrados los ochenta. Pero antes de que eso ocurriera, y queriendo postularse en unas actitudes que navegaran por senderos más o menos inexplorados, maclando los patrones del género con los del cine de terror, Ridley Scott firmaba una cinta fascinante, intensa, oscura, un prodigio de la narración, del diseño de producción y de la música que lleva treinta y cinco años huyendo sin despeinarse a ese paso del tiempo que tan mal ha sentado a otras propuestas muchísimo más recientes…incluso firmadas por él mismo no hace ni veinticuatro meses…
Con gran cantidad de literatura y los indispensables extras y documentales que acompañan a su imprescindible edición en Blu-ray o en su defecto, en DVD, y por más que durante breves momentos estuve planteándome el dar a esta entrada la estructura que han tenido otros artículos firmados por servidor en los que se rendía prolongada pleitesía a todo aquello que tenía que ver con la gestación y producción del filme en cuestión, he decidido centrar mi atención de cara a "Alien" en valorar de forma más o menos extensa, y del modo más personal posible, todo aquello que, con el paso del tiempo y los constantes revisionados de esta asombrosa obra de arte me han llevado, y siguen llevando a afirmar con contundencia que, a la hora de hablar de ella, sólo lo podemos hacer en términos de Obra Maestra del séptimo arte.
Espacios y formas para el terror

Nunca me habían gustado las cintas de terror porque, en última instancia, siempre se trataba de un tipo en un traje de goma. Bueno, sólo hay una manera de tratarlo. Lo más importante en un filme de este tipo no es lo que ves, sino lo que crees haber visto.
Ridley Scott
Pocas dudas pueden haber a la hora de aproximarse a un análisis valorativo de "Alien" acerca de que un alto porcentaje de la efectividad de lo que Scott termina consiguiendo plasmar en celuloide se debe a la acción directa de lo que el maravilloso diseño de producción de la cinta llega a concretar, ya estemos hablando aquí de lo que respecta a los muy diversos espacios que Ron Cobb planteó para componer la Nostromo como de lo que compete de forma exclusiva a la forma en la que H.R.Giger ideó al monstruo en sus diferentes etapas de crecimiento, instilando un terror imperceptible en el espectador gracias a la conjunción de ese orgánico y sexual aspecto que le confería el artista suizo con la forma en la que la cinta lo muestra en pantalla mediante fugaces planos que nunca llegan a dejarnos vislumbrar en su totalidad el asombroso trabajo que el oscuro y peculiar autor consiguió junto a Carlo Rambaldi responsable éste de lengua retráctil de la criatura.
Fascinante es también, y ya no sólo estamos hablando de aquello que es responsabilidad del diseño, la clara diferenciación que Scott y Derek Vanlint, el director de fotografía del filme, establecen entre las estancias asépticas de ese camión espacial que son el comedor y la enfermería en contraste con lo sucio y aterrador del resto de la Nostromo, compuesta como está de pasillos herrumbrosos llenos de cables y tuberías y ahogados por la plomiza y húmeda atmósfera con la que se caracterizan esos idóneos lugares para que el Alien campe a sus anchas. Aumentando la precisa narrativa de Scott, de la que no sobra ni un sólo plano, lo que del miedo natural hacia dichos espacios dimana del espectador, las escenas de la búsqueda del xenoformo por esos asfixiantes corredores y todo ese tramo final iluminado por la intermitencia de las luces de emergencia quedaron establecidos de forma inmediata como patrones sobre los que el género volvería una y otra vez en tiempos posteriores.
En el vacío SÍ hay sonidos

Unido a un diseño sonoro soberbio que hace del cadente latir de los motores de la Nostromo uno de los elementos indisolubles en la concreción de las muchas sensaciones de angustia que se derivan del visionado de "Alien", el trabajo de Jerry Goldsmith para los 117 minutos de metraje es uno de los factores fundamentales que convierten a la cinta de Scott en la extrema experiencia que termina siendo. Aún mutilada por un cineasta que inicialmente casi había obligado a la Fox para lo contratara a instancias de la fascinación que sentía por las sonoridades de "Freud" (id, John Huston, 1962) una banda sonora que, irónicamente, determinaría mucho del montaje sonoro final del filme, la partitura de Goldsmith es una de las más comprometidas con las imágenes que debía acompañar que el maestro llegó a componer a lo largo de su magnífica trayectoria.
Diametralmente opuesta al rescate de la opulencia sinfónica clásica que su amigo John Williams había llevado a cabo para dar empaque a las aventuras en aquella galaxia muy, muy lejana, la sobriedad en la utilización de instrumentos que ostentan los pentagramas de Goldsmith provocan la completa deshumanización de la cualidad sonora del filme, algo que ya habíamos podido observar "El planeta de los simios" ("Planet of the Apes", Franklin J.Schaffner, 1968) y que, a través de los sugerentes usos de la cuerda y el viento o la fría precisión del metal a la hora de describir las andanzas del extraterrestre a bordo de la nave, acerca a la cinta a una estrecha comunión con el miedo a lo desconocido y al vacío propios del espacio exterior.
Siete eran los diez negritos

(Pequeño spoiler) Ripley, Lambert, Dallas, Ash, Kane, Parker y Brett. Siete nombres que conforman una tripulación a la que Dan O"Bannon con la ayuda no acreditada de David Giler y Walter Hill dotó de tanta vida que resulta improbable que "Alien" hubiera sido el mismo filme de no haber contado con un rosario tan amplio y bien diferenciado de personalidades. Un muestrario que funciona tanto por la interacción de lo que Sigourney Weaver, Veronica Cartwright, Tom Skerrit, John Hurt, Yaphett Kotto y Harry Dean Stanton ponen en juego con sus constantes puyas, y perfilados comportamientos, como por la contraposición de los seis humanos cuando tienen que vérselas con la frialdad calculadora de Ash, ese androide al que Ian Holm insufla tan terrorífica vida. (Fin spoiler)
Como ya sucediera con la forma en la que rueda la Nostromo, convirtiéndola en un silente e imposible noveno pasajero, Scott es el directo responsable de que el libreto de O"Bannon y lo que éste dedica a la definición del alien funcione en tan espectaculares formas: rodando la práctica totalidad de lo que a los personajes concierne desde un punto de vista externo, la subjetividad propia del género de terror queda aquí reducida a los momentos de mayor impacto, y el recurso del cineasta de mostrar las reacciones de los personajes cuando interactúan con el extraterrestre es de una eficacia suma en secuencias puntales como los ataques a Brett, Dallas y Lambert o, cómo no, la del nacimiento del chest-burster, uno de los instantes más truculentos, espectaculares e inolvidables de los que el cine de género nos ha dejado a lo largo de la historia.
El genio de la luz…y las tinieblas

Aunando todo lo anterior, conjugando factores que en muchos casos ya hubieran elevado el filme por si sólo a la categoría de notable, orquestando una función que y disculpen la frase manida no hubiera sido igual de no haber contado con él, y pariendo una temprana obra maestra con su segundo cargo como director, Ridley Scott sigue explorando en "Alien", y seguirá explorando a lo largo y ancho de su carrera las muchas y muy asombrosas posibilidades que el moldeado de la luz otorga a la creación de ambientes: combinado aquí con todas las herramientas a su alcance, las citadas secuencias de la persecución por los pasillos o el clímax, unidas a otras como la entrada en la nave alien o los también nombrados ataques del xenomorfo, son todos ejemplos de una espectacularidad sin par que demuestran que, a sus 42 años, y con todo el bagaje publicitario que arrastraba, Scott era ya un cineasta consumado.
Un hecho que también rubrica el magnífico uso de las elipsis a lo largo de la acción digno de estudio como va resolviendo los minutos posteriores al ataque del facehugger, la precisa dirección de actores, en cuya elección jugó un papel determinante el cineasta por su voluntad de contar con un grupo de profesionales en los que poder confiar más de la cuenta para así poder centrarse en otras tareas o, cómo no, la asombrosa y paradójica simbiosis que se da entre el carácter letánico inherente a la personalidad del filme y el ritmo imparable que Scott confiere al conjunto, no permitiendo que la desazón del espectador disminuya un ápice durante las dos horas de metraje.
Por todo ello, y por todo aquello que siempre se queda entre líneas y que uno se guarda por la dificultad de expresarlo con palabras, "Alien, el 8º pasajero" ha sido, es y siempre será, una obra maestra del séptimo arte y cima temprana de un director que, no obstante, escalará semejantes alturas con su siguiente producción, una a la que dedicaremos líneas igualmente sentidas la próxima semana y que se establece junto al presente hito cinematográfico como piedra angular de toda una forma de hacer cine sobre la que, desafortunadamente, Ridley Scott nunca ha llegado a volver.
Otra crítica en Blogdecine
"Alien", el terror de lo desconocido
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La noticia Ridley Scott: Alien, el octavo pasajero, la obra maestra fue publicada originalmente en Blogdecine por Sergio Benítez.

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Información: Los Oscar más inmerecidos - 17/01/2014 7:49:29

" Aún estamos con la resaca del anuncio de las nominaciones a los Oscar, pero lo cierto es que yo no encontré ninguna gran sorpresa entre las aspirantes al premio. De hecho, me llamó mucho más la atención algunas de las elecciones entre las candidatas a los Razzie, pero bueno, hace ya años que estos galardones han perdido toda credibilidad. Sin embargo, volvamos de nuevo a los premios de la Academia de Hollywood, ya que a lo largo de su dilatada historia se han cometido auténticas burradas, tanto a la hora de elegir a las nominadas como cuando se han anunciado a los "mejores" de ese año.
Es por ello que he querido hacer una pequeña selección de los que considero que son los diez oscar más inmerecidos, aquellos que nunca debieron darse. Para ello he tenido en cuenta tanto la calidad del trabajo del premiado como la competencia que tenían ese año, por lo que quizá encontréis varias sorpresas entre mis personales elecciones a mí mismo me cuesta entender que haya acabado teniendo que dejar fuera ciertos premiados, pero os prometo que me he limitado a ser sincero y la única "trampa" que he hecho es que ante la duda, he optado por elegir el caso de la categoría que tuviera menos representación en la lista. Sin más que añadir, os invito a descubrir mi selección y a debatir al respecto en los comentarios.
Al Pacino mejor actor por "Esencia de mujer" ("Scent of a Woman", Martin Brest, 1992)
Los premios compensatorios son algo relativamente común en la Academia de Hollywood aunque también hay casos en los que se esperaba algo así y luego el galardón fue a manos de otra persona y hay ocasiones en los que se cometen errores tan clamorosos como el concedido a Al Pacino por su participación en "Esencia de mujer". Ni mucho menos quiero decir que se trate de una mala actuación, pero sí de una que depende demasiado de un par de escenas la del baile por ejemplo y que en el cómputo global jamás debió llevarse el premio.
Además, la competencia ese año tenía mucho nivel, ya que también teníamos nominados a Robert Downey Jr. en "Chaplin" (Richard Attenborough, 1992), Clint Eastwood por "Sin perdón" ("Unforgiven", Clint Eastwood, 1992), Stephen Rea por "Juego de lágrimas" ("The Crying Game", Neil Jordan, 1992) y Denzel Washington por "Malcolm X" (Spike Lee, 1992). Y es que Al Pacino debería tener al menos un Oscar en casa, pero es una injusticia bastante importante que lo tenga precisamente por liderar la cinta de Martin Brest. De hecho, ese mismo año también estaba nominado como mejor actor secundario por "Glengarry Glen Ross" (James Foley, 1992) y hubiese sido mucho más merecido haberlo ganado ahí.
"Brave" (Mark Andrews, Brenda Chapman y Steve Purcell, 2012) mejor película animada"
Un Oscar por ser la película de Pixar de ese año, así de sencillo. Y es que a veces se vive de las rentas y este es el perfecto ejemplo de ello. No es ya que no fuera la mejor y ya no es solamente cosa mía, que era la peor valorada por la crítica americana, sino que fácilmente era la menos buena de las nominadas, donde también encontramos a "¡Rompe Ralph!" ("Wreck-It Ralph", Rich Moore, 2012), "El alucinante mundo de Norman" ("ParaNorman", Chris Butler y Sam Fell, 2012), "¡Piratas!" ("The Pirates! Band of Misfits", Peter Lord y Jeff Newitt, 2012) y "Frankenweenie" (Tim Burton, 2012). Eso sí, parece que ya se le ha agotado el crédito, que este año la Academia ni tan siquiera ha nominado a la simpática "Monstruos University" ("Monsters University", Dan Scanlon, 2013) cuando lo merecía más que al menos una de las candidatas.
Mejor película para "Gigi" (Vincente Minnelli, 1958)
Hubo una época en la que parecía que no podían pasar muchos años sin que un musical se llevase el premio gordo para casa, aunque ninguno lo mereció menos que "Gigi". Ojo, es una película con la que disfruté, sobre todo por la presencia de Maurice Chevalier, pero es que ese fue también el año de "Sed de mal" ("Touch of Evil", Orson Welles, 1958) que no consiguió ni una triste nominación o "Vértigo" (Alfred Hitchcock, 1958) únicamente candidata en un par de categorías técnicas. Y si preferís que me centre en las nominadas, "Gigi" jamás debió batir a "La gata sobre el tejado de zinc" ("Cat on a Hot Tin Roof", Richard Brooks, 1958).
Los dos Oscars consecutivos para bandas sonoras de Gustavo Santaolalla
Esta es la elección más personal y en la que difícilmente encontraréis mejores argumentos que el enorme rechazo que me provoca el trabajo del propio Santaolalla. Eso sí, me cuesta muchísimo más entender el premio por "Babel" (Alejandro González Iñárritu, 2006), mediocre cinta manipuladora hasta la médula y con una banda sonora poco inspirada que se limita a resaltar ese aspecto, que el de "Brokeback Mountain" (Ang Lee, 2005). Sólo concibo sus premios como una de esas modas pasajeras que hay a veces en los Oscar, pero es que normalmente se limitan a meras nominaciones para caer rápidamente en el olvido.
Mark Boal por el guión de "The Hurt Locker" (Kathryn Bigelow, 2008)
Tengo que reconocer que no soy uno de los mayores defensores de "The Hurt Locker" y que el Oscar a mejor película no hubiese ido para ella si de mi dependiera. Sin embargo, no fue algo especialmente injusto, pero sí lo fue la estatuilla a mejor guión original que recogió Mark Boal por su trabajo en esta película de Kathryn Bigelow. El libreto era su eslabón más débil el trabajo de dirección era lo que conseguía que no resultase algo molesto, pero la verdad sigue siendo esa y sólo el voto en bloque a la película hace comprensible su reconocimiento. De hecho, no debería ni haber estado nominado.
Cuba Gooding Jr. mejor actor secundario por "Jerry Maguire" (Cameron Crowe, 1996)
Una escena ¡Enséñame la pasta!, por muy mítica que sea, no te hace merecedor de un Oscar, sobre todo si lo demás que haces en la película es limitarte a no estorbar demasiado. Tanto Edward Norton por "Las dos caras de la verdad" ("Primal Fear", Gregory Hoblit, 1996) como William H. Macy por "Fargo" (Joel Coen, 1996), Armin Mueller-Stahl por "Shine" (Scott Hicks, 1996) o James Woods por "Fantasmas del pasado" ("Ghosts of Mississippi", Rob Reiner, 1996) eran más merecedores de esa estatuilla.
Mejor película para "Gente corriente" ("Ordinary People", Robert Redford, 1980)
Una película claramente superior a otros títulos que consiguieron llevarse para casa esa preciada estatuilla, pero eso no quita para que su victoria sea especialmente desconcertante. Creo que con decir que "Toro salvaje" ("Raging Bull, Martin Scorsese, 1980) y "El hombre elefante" ("The Elephant Man", David Lynch, 1980) estaban entre sus rivales es más que suficiente para entender la inclusión de "Gente corriente" aquí. Además, tampoco hubiera pasado nada si la estatuilla a mejor director de Robert Redford en el vídeo superior podéis ver su discurso de agradecimiento hubiese acabado en las manos de Martin Scorsese o David Lynch, la verdad.
Luis Bacalov mejor banda sonora por "El cartero y Pablo Neruda ("Il Postino", Michael Radford, 1994)
Hasta el último momento tuve dudas sobre cuál iba a ser la última elegida para esta lista, por lo que pedí consejo a mis compañeros y Sergio dio totalmente en el clavo al recordarme la enorme injusticia que se cometió al premiar al bonito tema central que Luis Bacalov compuso para "El cartero (y Pablo Neruda)" por encima del monumental trabajo realizado por James Horner para "Braveheart" (Mel Gibson, 1995). Con todo, estaba claro que la cinta de Michael Radford iba a llevarse al menos una estatuilla y se ve que los votantes quisieron reconocer la trágica historia detrás de su creación Massimo Troisi, su protagonista, aplazó una operación cardíaca para completar la película y murió al día siguiente de acabar el rodaje por culpa de un ataque al corazón con el premio "menos importante" de los cinco a los que aspiraba.
Roberto Beningni mejor actor por "La vida es bella" ("La vita
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Farandula y Espectaculo del Peru y el Mundo

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