martes, 21 de mayo de 2013

la película, de Robert Wise y Cameron Menzies vs. Hooper

Interesante, Especial Star Trek: Star trek, la película, de Robert Wise - 27/04/2013 0:45:41

" "Star trek, la película" ("Star trek, the motion picture", Robert Wise, 1979) es de todas las once cintas que hasta ahora se han estrenado de la saga galáctica la que, probablemente, menos de acuerdo pone a las opiniones que sobre ella se vierten. Hay un inmenso bloque de opinión que nunca ha aceptado el paso de la ligereza de la serie de televisión a la gravedad que revistió la puesta de largo en la gran pantalla de las aventuras del Enterprise; mientras que otras posturas siempre han salido en rápida defensa de la apuesta de Gene Roddenberry por dejar atrás el tono camp de su universo televisivo y, al mismo tiempo, establecer una franquicia que no pudiera ser comparada con la que, dos años antes, había comenzado George Lucas con "La guerra de las galaxias" ("Star wars", 1977).
El espacio, la última frontera
Cancelada tras tres temporadas que fueron emitidas entre 1966 y 1969, la idea de hacer una película sobre "Star Trek" se le ocurrió a Gene Roddenberry en 1968, siendo la pretensión inicial del productor y guionista la de acercar al público la historia de cómo se conocieron en la Academia Kirk, Spock y Bones una idea que, huelga decirlo, sería la que retomara J.J.Abrams para su reboot 30 años más tarde.
Deshechada por la cancelación del serial televisivo, sería a mediados de los setenta, con el renovado interés por el universo galáctico que había elevado a "Star Trek" a la categoría de culto, cuando la Paramount decidiría poner en marcha la producción del primer filme, una decisión que la primera entrega de "Star wars" precipitaría, anunciando la productora en 1978 a bombo y platillo en la mayor rueda de prensa convocada por la major desde la que organizara de Mille para "Los diez mandamientos" ("The ten commandments", 1956) el estreno de la misma para diciembre del siguiente año con la inesperada elección de Robert Wise como director de la cinta. Poco podían imaginar los implicados, la infernal y frenética producción que les quedaba por delante.
Presupuestada en 15 millones, la cinta acabaría costando 46, un presupuesto desorbitado que puso en tela de juicio la capacidad de Roddenberry para asumir las tareas de producción algo que le terminaría pasando factura de cara a la segunda parte, derrochándose dinero en la inmensa cantidad de (innecesarias) secuencias de efectos visuales que terminarían siendo uno de los aspectos más criticados de una cinta con una acusada debilidad, que el caos de la post-producción obligó a estrenar sin pases previos y a la que Wise calificaría como un "montaje previo de la película que realmente quería rodar".
Los viajes de la nave estelar Enterprise
Reuniendo de nuevo al reparto original de la serie, con lo negativo un William Shatner que nunca ha sabido bien qué hacer delante de una cámara y lo positivo Leonard Nimoy inconmensurable, como siempre, en su papel como Spock que ello implicaba, y con las puntuales adiciones de la actriz india Persis Khambatta y un atractivo aunque poco efectivo Stephen Collins como los intereses románticos de la cinta, "Star trek, la película" acusa un grave problema que terminará afectando como un cáncer a todos los brillantes aspectos técnicos de la producción: su historia.
El relato de cómo el libreto llegó a ser lo que es, daría para un artículo por sí solo, y baste decir aquí que tras incontables bosquejos previos en los que se vieron implicados nombres como los de Ray Bradbury o Harlan Ellison, sería la idea que Roddenberry tenía para el piloto de "Star trek: phase II", una serie cuya pre-producción había comenzado mientras la Paramount decidía qué hacer con el filme y que el anuncio de la cinta terminaría cancelando, la que terminaría convirtiéndose en el germen de la historia que el guión desarrollaría.

(Atención, spoilers) Dicha idea, la de una sonda espacial de la NASA que regresa a la Tierra tras haber adquirido consciencia propia, sería la que terminaría desarrollando Harold Livingstone, guionista cuyas declaraciones sirven de perfecto punto de partida para poner de relieve el principal problema argumental de la cinta:
Teníamos un maravilloso antagonista, tan omnipotente que poder vencerlo, comunicarse o tener cualquier tipo de relación con él invalidaba el concepto inicial. Nos encontrábamos con una máquina que es un millón de veces más avanzada que nosotros. ¿Cómo íbamos a tratar con ella? ¿En qué nivel?. Conforme la historia desarrollaba la historia todo funcionaba menos el final. ¿Cómo lo resolvías? Si los humanos eran capaces de vencer a tan magnífica máquina, es que no era tan magnífica. Y si realmente lo era, ¿qué podían hacer los humanos para vencerla? ¿Debían vencerla? ¿Quién era el héroe de la historia? (…) Experimenté con gran variedad de aproximaciones…no sabíamos que íbamos a hacer con el final. Siempre terminábamos dándonos contra una pared.
Larga y próspera vida
Si bien durante sus dos tercios iniciales "Star Trek, la película" avanza correctamente, con un buen arranque que de paso mete con calzador a los klingon para contentar a los fans de la belicosa raza, una atractiva exposición y una acto central que funciona de forma intermitente deteniéndose demasiado en la vida a bordo del Enterprise, la carencia de acción durante la aproximada hora y media que el Enterprise tarda en contactar con V"ger, la citada sonda que no es más que una Voyager, termina provocando un sumo desinterés de cara a lo que el tramo final está a punto de ofrecer.
Festival de efectos visuales de fuerte componente lisérgica coordinados por Douglas Trumbull y John Dykstra, que creían que no llegaban a tiempo de entregar la copia finalizada sin ningún tipo de fundamento más allá de alargar la duración de la cinta, el discurrir del Enterprise por el interior de la inmensa nube que V"ger genera a su alrededor toca a su fin cuando los protagonistas bajan en una nave de reconocimiento al núcleo de la entidad y el guión se acerca al temido momento que Livingstone citaba en sus palabras.

Y es aquí cuando todo se desploma. Por más que se haya justificado de manera somera gracias a Illia y a las explicaciones de Spock, el encuentro con V"ger y la fusión hombre-máquina consiguen en el público una expresión de atónito asombro ante la desubicada componente pseudo-metafísica que adquiere el clímax del filme. Un final que pone de manifiesto las equivocadas decisiones que tantas injerencias habían terminado provocando en el desarrollo de la historia y su ulterior traslación al guión.
Y si el efecto rebote de la conclusión para con el resto de la producción queda paliado en parte es gracias, de un lado, a la dirección de Wise y su personal manera de entender lo que "Star Trek" necesitaba, que demuestra que la decisión de contratarlo fue más que acertada por mucho que le costara incontables disgustos dicen de él que llegaba todos los días al rodaje con espíritu optimista y una sonrisa en el rostro y se iba a final de la jornada cabizbajo y harto de Shatner y sus constantes intromisiones; y, del otro, a la maravillosa partitura de Jerry Goldsmith, que también merecería todo un análisis aparte aunque sólo fuera para desgranar el bellísimo tema de amor y aquél que compuso para el Enterprise.
Pese a todo, "Star Trek, la película" será, hasta la llegada del filme de Abrams, una de las tres mejores entregas de una franquicia que incurrirá no pocas veces en el tedio, lo inane o lo directamente infumable. Pero no adelantemos acontecimientos, quedan once semanas por delante y mucho que desgranar con respecto a lo que las sucesivas secuelas nos irán ofreciendo.
Otra crítica en Blogdecine
"Star Trek", de Robert Wise

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Que opina usted? Especial Cine en el salón. Invasores de Marte, Cameron Menzies vs. Hooper - 20/04/2013 0:45:11

" Era parada obligatoria a la hora de hablar de la Cannon el detenernos en "Invasores de marte" ("Invaders from Mars", 1986), el remake que Tobe Hooper llevaba a cabo a instancias de la productora sobre el clásico de serie B de ciencia ficción del mismo nombre. Pero tanto o más obligatorio resultaba hablar asimismo del filme dirigido en 1953 por William Cameron Menzies, artesano de la época dorada de Hollywood que casi cerraría su carrera como realizador con la imaginativa cinta. Así pues, la solución era obvia. Un nuevo especial de Cine en el salón comparando dos títulos que, con la misma historia, legan resultados bien diferentes al imaginario cinematográfico del género.
1953. La amenaza del comunismo
No creo que, a estas alturas, vaya a descubriros nada nuevo al afirmar que gran parte de la producción cinematográfica que puso en pie la industria norteamericana durante los años cincuenta estuvo condicionada por el sobredimensionado temor que el gobierno yanqui impuso a sus ciudadanos sobre la acechante sombra del comunismo. Con la "Caza de brujas" del Senador McCarthy como máximo exponente del estado de paranoia que se vivió al otro lado del charco en dicha década, no es de extrañar que muchas de las historias que pretendían alertar al pueblo llano de la proximidad de la amenaza roja encontraran el acomodo perfecto en un género como el de la ciencia ficción, reflejo constante de las convulsiones sociales a través de las décadas.
Comparada con "La invasión de los ladrones de cuerpos" ("Invasion of the body snatchers", Don Siegel, 1956), el mejor y más preciso ejemplo de lo que este reflejo llegaría a ofrecer en la gran pantalla, "Invasores de Marte" resulta algo inocente y naïf, pero ello no quita para que dejemos de valorar en su justa medida una cinta que, si para algo sirve, es para poner de relieve las inmensas capacidades de Menzies en su faceta de diseñador de producción, una profesión que el mismo inventaría para el cine y cuyos máximos exponentes serían los fastuosos decorados de "El ladrón de Bagdad" ("The thief of Bagdad", Raoul Walsh, 1924) o "Lo que el viente se llevó" ("Gone with the wind", Victor Fleming, 1938).
Basada en un relato de John Tucker Battle inspirado en un sueño de su esposa adaptado por Richard Blake, hay que admitir, de partida, que el paso del tiempo no ha tratado muy bien al "Invasores de Marte" de Menzies. Dejando de lado su aspecto visual, del que hablaremos en breve, las muchas limitaciones impuestas por sus 290.000 dólares de presupuesto se dejan notar a lo largo de todo el metraje en muy diversos factores, siendo los más llamativos las nulas capacidades dramáticas de la totalidad del reparto sin excepciones y lo reiterativo del montaje conforme se va acercando el clímax de la acción.
En el primero, resultan risibles hasta decir basta las teatralizadas interpretaciones de unos actores que hacen de la exageración la norma habitual, encontrando el máximo exponente en los personajes del coronel y del niño protagonista. Con respecto a lo segundo, es especialmente llamativo el abuso que la cinta hace en varios momentos de metraje de relleno panfletario del ejército norteamericano, agotando Menzies la paciencia del espectador en no pocas ocasiones con la insistencia de mostrarnos unas maniobras militares que, de cara a la secuencia final, se limitan a la constante repetición de los mismos e innecesarios planos llamados, qué duda cabe, a suplir aquello que el presupuesto del filme no podía cubrir.
Volviendo al terreno en el que el cineasta se movía como pez en el agua, es notable el gran partido que Menzies extrae de los pocos recursos monetarios puestos a su disposición por la Fox y Edward L.Alperson, productor del filme. Es cierto que el que los extraterrestres sean anónimos actores de cierta estatura con un pijama verde y una máscara no es más que un producto de la época en la que se sitúa la producción pero, perdonando esta ridiculez, "Invasores de Marte" atesora en ciertos escenarios una personalidad que lleva el sello de su director.
Pretendiendo añadir cierta cualidad surrealista a las localizaciones de la comisaria, el planetario y el interior de la nave extraterrestre, Menzies caracteriza a los mismos desnudos de ornato y con una altura mayor de la necesaria, potenciando así el hecho de que (spoiler alert) todo es un sueño salido de la mente del niño protagonista. Un sueño que se hará muy real con la conclusión de la cinta y a cuya cualidad se suma la fantástica partitura compuesta por Raoul Kraushaar, que encuentra en sus etéreas voces el mejor apoyo a la amenaza de los extraterrestres.
1986. La amenaza de la Cannon
Demos ahora un salto de treinta y tres años. La amenaza del comunismo es cosa del pasado. Y la ciencia ficción de bajo presupuesto se dedica a otras cosas que mostrar señores en pijama haciendo de marcianos con aviesas intenciones es un decir. En esta tesitura aparece la figura de Wade Williams, millonario propietario de los derechos de la mayor filmoteca del mundo de cine de ciencia ficción clásico que había comprado los del filme original en 1978 para su redistribución, y al que Cannon pagaría unas 50 veces más de lo que éste había desembolsado para poder llevar a cabo el remake de "Invasores de Marte".
Contando de nuevo con Tobe Hooper, que ya se había estrellado el año anterior con "Lifeforce" (id, 1985) como ya vimos en el artículo correspondiente, Golan y Globus se propusieron hacer con este remake su equivalente a un filme de la Amblin la mítica productora de Spielberg contando, eso sí, con un presupuesto ajustado de 7 millones de dólares que no dejaba mucho margen para alardes. Huelga decir que, pese a sus buenas intenciones, la versión de "Invasores de Marte" de la Cannon dista mucho, no ya de un filme de la Amblin, sino de estar a la altura siquiera del producto original. Y que conste que lo intentaron.
Al margen de un Hooper que dirigiría el desaguisado con pulso errático y que nunca se recuperaría del descalabro profesional que supusieron sus tres nefastas colaboraciones con los "Go-go boys", "Invasores de Marte" implicó a artistas de renombre en diversos aspectos de la producción. Repitiendo del filme anterior de Hooper, Dan O"Bannon y John Dykstra; como novedades en éste, Louise Fletcher y Stan Winston. Sobre el primero es sobre el que quizás haya que verter mayores responsabilidades del alarmante mal funcionamiento de la acción, algo inexplicable si sólo estuviéramos hablando de él en su faceta de co-artífice del guión de "Alien, el 8º pasajero" ("Alien", Ridley Scott, 1979) pero perfectamente comprensible, como ya vimos, si consideramos que es uno de los responsables del desastre que fue "Lifeforce".
Convirtiendo en mierda todo lo que tocaban, esos reyes Midas de la caspa cinematográfica que fueron Menahem Golam y Yoram Globus, terminaban arruinando aunque no seamos capaces de saber cómo el talento de aquél que colaborara con ellos, y O"Bannon no fue una excepción: al carecer del fundamento sociológico que envolvía al original de Blake, el libreto de O"Bannon para este infumable remake carece de entidad propia, y se basa, no podía ser de otra manera, en la mera actualización a la década de los ochenta de las cuatro ideas que movían el filme de Menzies, perdiendo por el camino alguna que otra subtrama y ganando el que sin duda es el peor personaje de toda la cinta, el de la profesora McKeltch encarnada por una horrenda Louise Fletcher.
Viendo los lodazales por los que se arrastra la que fuera ganadora del Oscar por su grandiosa encarnación de la enfermera Ratched en "Alguien voló sobre el nido del cuco" ("One flew over the cuckoo"s nest", Milos Forman, 1975) no resulta complicado hacerse una idea de lo que el resto de los intérpretes, niño irritante incluido, es capaz de aportar a un filme que, en el terreno actoral, poco más puede ofrecer a lo que veíamos en la producción de 1953.
Desgraciadamente, aunque me gustaría poder afirmar que el trabajo de Winston y Dykstra es digno de mención, ni los diseños del maestro para los extraterrestres, ni los correctos efectos visuales del técnico de "La guerra de las galaxias" ("Star wars", George Lucas, 1977) logran superar la marca de la mediocridad que afecta a todo el metraje. Especialmente dolorosas son las criaturas del primero, de un ridículo equivalente a los tipos con pijamas del filme clásico, pareciendo los sirvientes de la inteligencia suprema versiones cutres de la Audrey de "La pequeña tienda de los horrores" ("Little shop of horrors", Frank Oz, 1986) y emulando el jefe de los marcianos a un esperpéntico "zurrullo con ojos" y sino me creéis, mirad las fotos que tenéis arriba.
Conclusión obvia, si es que no ha quedado claro en el desarrollo de la entrada, es que, puestos a elegir, me quedo de lejos con la versión clásica de Menzies, que será todo lo inocente y reiterativa que queramos, pero al menos es honesta y no pretende vendernos paja al precio de mercado del platino.

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Que opina? James Cameron: Terminator, el hombre y la máquina - 03/04/2013 0:12:55

" Tras la debacle personal que le había supuesto "Piraña 2. Los vampiros del mar" ("Piranha 2. The spawning", James Cameron, 1981), un filme que, con el paso de los años, el cineasta ha descrito como "la mejor película de pirañas voladoras que se haya rodado"; James Cameron se encontraba en un momento determinante de su ínfima trayectoria como cineasta: podía dejarse llevar por la nefasta impresión que el rodaje de "Piraña" le había dejado o ignorar la experiencia y seguir insistiendo en llegar a ser un nombre en la industria cinematográfica. La respuesta a tal diatriba le llegaría, como a Stephen King las ideas para sus libros, en una pesadilla.
Antecedentes: por envidia a "Star Wars"
22 años. Camionero, escritor de historias de ciencia ficción y aficionado a pintar miniaturas. En 1977 ese era el currículo de James Cameron. Una trayectoria que cambiaría radicalmente cuando el futuro cineasta viera con ojos envidiosos el éxito que acompañó a George Lucas con el estreno de "La guerra de las galaxias" ("Star wars", 1977), un filme que Cameron sintió que él podía haber firmado. Con gran resolución, estudio de forma obsesiva la forma en que Lucas y su equipo habían rodado los efectos visuales del filme, practicando en su salón con múltiples ideas y acudiendo de forma recurrente a la Universidad del Sur de California para aprender más sobre las técnicas de los trucajes.
Obsesionado con poder aunar ciencia y arte, Cameron unió esfuerzos con Randall Frakes y, consiguiendo 20.000 dólares de financiación de diversos dentistas locales (sic), ambos escribieron y rodaron "Xenogénesis" un corto de 11 minutos en el que se apuntalan de forma temprana algunas de las obsesiones que, tanto en términos argumentales como visuales, acompañarán siempre al cineasta canadiense y en el que eran muy evidentes ciertas deudas hacia los abismos de la Estrella de la Muerte de la saga galáctica. En el primer aspecto, el prólogo del corto deja claro, tanto por el carácter de las ilustraciones que le acompañan, como por la voz en off que lo introduce, la fijación de Cameron por la pugna entre hombre y máquina que tantas veces ha puesto de relieve de muy diferentes modos en todos sus filmes a excepción hecha de "Mentiras arriesgadas" ("True lies", 1994).

En el segundo, vemos en los diseños de "Xenogénesis" las semillas que después germinarán, de una parte, en los robots-tanque que aplastan cráneos humanos en el prólogo de "Terminator" ("The terminator", 1984) y, de la otra, el exoesqueleto que tanto protagonismo adquirirá en los finales de "Aliens, el regreso" ("Aliens", 1986) y "Avatar" (id, 2009). Como curiosidad acerca del corto valga traer a colación que, si bien la música del mismo está acreditada a Bernard Herrmann utilizando Cameron y Frakes fragmentos de "Jasón y los argonautas" ("Jason and the argonauts", Don Chaffey, 1963) el tema que se escucha al comienzo no es del habitual colaborador de Hitchcock sino de Jerry Goldsmith, correspondiendo esos primeros compases electrónicos al score de "La fuga de Logan" ("Logan"s run", Michael Anderson, 1976) una cinta que guarda ciertas concomitancias con el distópico futuro que el cineasta terminará imaginando para "Terminator".
Sirviéndole el corto para ser captado por Roger Corman y entrar a trabajar en sus estudios primero como constructor de miniaturas, después como diseñador, director o productor artístico en cintas tan diversas como "Los siete magníficos del espacio" ("Battle beyond the stars", Jimmy T. Murakami, 1980), la mítica "1997: rescate en Nueva York" ("Escape from New York", John Carpenter, 1981) o la infumable "La galaxia del terror" ("Galaxy of terror", Bruce D. Clark, 1981); sería todavía de la mano de Corman que Cameron se encontraría temporalmente en la silla de director de "Piraña 2" y cómo, en una noche en Roma durante la presentación de la cinta, le llegaría en un febril sueño la imagen de un torso metálico armado con cuchillos de cocina que se arrastraba de una explosión. Poco podía imaginar que al plasmar en una historia dicha pesadilla, Cameron cambiaría su vida para siempre.
Asesino cibernético
Con la clara idea de rodar la "película definitiva sobre robots", Cameron volvía a California y, alojándose en el sofá de su amigo Frakes autor de la posterior novelización de "Terminator" el realizador escribiría el guión de una cinta cuyos derechos vendió por un dólar a la productora Gale Anne Hurd con la garantía de que sería él y no otro el que terminaría haciéndose cargo de la dirección. Tras aceptar la desaparecida Orion Pictures distribuir el filme siempre y cuando Cameron y Hurd fueran capaces de encontrar financiación, sería Hemdale junto con Orion y HBO la que aceptaría cubrir unos costes que, inicialmente previstos en 4 millones de dólares, terminarían alcanzando los 6,5 millones.
Como es de esperar, fueron mil y un detalles y anécdotas los que rodearon tanto a la pre-producción, con un Arnold Schwarzenegger inicialmente ligado al papel de Reesey O.J.Simpson como la letal máquina o la temprana decisión de Cameron y Stan Winston de no hacer que el robot fuera un "simple tío con un traje"; como los que tuvieron lugar durante el rodaje, marcado inicialmente por los nueve meses de parón para permitir que Arnie rodara la olvidable "Conan el destructor" ("Conan the destroyer", Richard Fleischer, 1984) un tiempo que Cameron aprovechó para refinar ciertas partes del guión de "Terminator" y aceptar el encargo de escribir el de "Rambo" ("Rambo: first blood II", George Pan Cosmatos, 1985), en última instancia radicalmente alterado por Stallone y el deseo de Cameron de rodar cuántas más escenas de noche mejor, algo que le ocasionó no pocos quebraderos de cabeza al productor; pero prefiero no cansar con datos fácilmente encontrables en la red para aprovechar este espacio y abundar en apreciaciones personales sobre la que siempre he considerado como una de las incursiones más importantes que el séptimo arte ha hecho en el reino de la ciencia-ficción.
Decía anteriormente que "Xenogénesis" mostraba de forma temprana algunas de las obsesiones temáticas en las que Cameron ha incidido una y otra vez a lo largo de su carrera. Retomando como eje principal de la narración el conflicto entre la humanidad y la tecnología, el cineasta rodea el núcleo de "Terminator" de otros dos factores que serán constante posterior en su filmografía: una protagonista de fuerte carácter y una sub-trama amorosa de gran incidencia en el transcurso del relato. Y es ahí, en la fortaleza de los personajes de Sarah Connor y Kyle Reese, en la extraordinaria química que se forja entre Linda Hamilton y Michael Biehn, y las reverberaciones épicas que la relación de ambos traerá para con la mitología del universo "Terminator" donde encontramos el primer pilar incuestionable sobre el que se sustenta la grandeza de esta producción.
Sabiendo que en la implicación del público y la empatía con los personajes descansa mucho del éxito de la cinta, Cameron no nos presenta a Sarah y a Kyle como los incombustibles "guerreros" que terminarán haciendo lo que sea por sobrevivir al constante asedio de la máquina, antes bien, el cineasta nos introduce al personaje encarnado por Hamilton como una joven despreocupada a la que le gusta pasárselo bien y que vive ajena a lo que el futuro le tiene deparado. Por su parte, la desnudez con la que Reese llega al tiempo presente de la acción puede ser leída como el evidente afán de engaño por parte de Cameron para que no se sepa quién es el que quiere matar a Sarah a fin de cuentas, tanto él como Arnie llegan sin ropas al presente, aunque también admite interpretaciones algo más sui géneris encaminadas a que, en igualdad de circunstancias entre asesino y salvador, el público conecte mucho más rápido con la humanidad que exuda la interpretación de Biehn.
Y si importante es cómo se nos presenta a cada personaje por separado, aún comporta mayor relevancia el momento en que los destinos de ambos se unen bajo el ensordecedor ruido de la discoteca "Tech noir" tecnología oscura, ¿pequeña broma del director hacia el mundo de las máquinas?: con la cámara ralentizada de forma progresiva, consiguiendo así transmitir al espectador las mismas sensaciones que se tiene "cuando uno vive un accidente en el que todo parece discurrir muy despacio", la conexión entre Sarah y Kyle y la poderosa frase que éste utiliza para hacerla reaccionar "ven conmigo si quieres vivir" se establece, primero, a un nivel de mera supervivencia para, después, en la magnífica secuencia en el motel, pasar a un plano de mucho más calado humano, revelándonos Cameron toda la verdad acerca del amor que los une a ambos y que ha provocado que Reese viaje en el tiempo.
Establecida la relación entre el viajero del tiempo y la madre del mesías el juego con las iniciales J.C resulta evidente, el segundo soporte de la cinta es la imponente presencia de Schwarzenegger. El fornido austríaco ya nos había dejado perplejos con su masa muscular en "Conan, el bárbaro" ("Conan the barbarian", John Millius, 1982), sacando Millius en aquella ocasión todo el partido al escaso conocimiento del inglés del culturista para dibujar al cimmerio definitivo. De similar manera, el Schwarzennegger que vemos en "Terminator" es una criatura pocas palabras y muchas acciones, y las escuetas maneras que se apropian de los movimientos y gestos del actor van encaminadas a una temprana decisión del mismo porque estos mostraran la "máxima eficiencia posible", logrando mediante esta intención desarropar de toda humanidad al depredador perfecto ese movimiento de ojos y cabeza que parecen los de una cámara de vigilancia y consiguiendo el ex-gobernador de California una de sus más sólidas interpretaciones.
Con el firme sustrato que supone el contar con una terna de intérpretes tan inesperadamente sólidos, "Terminator" cuenta como tercer pilar en la dirección de Cameron y el imparable ritmo que el realizador le imprime a la acción: con el único relajo de la tensión que supone la citada escena del motel, el frenesí de la persecución se apodera del espectador hasta tal punto que importa poco cuántas veces la hayas visto en el pasado, el pulso que el metraje establece con los nervios del respetable sigue estando intacto casi tres décadas después de su estreno. Por más que las formas narrativas de Cameron aún fueran bastante toscas, hay en "Terminator" la simiente de un cine que germinará con toda su potencia en "Aliens, el regreso", un cine que tras el inesperado éxito de la presente producción fue imitado y clonado hasta la saciedad, consiguiendo el canadiense de un plumazo pasar del relativo anonimato en el que se encontraba a una primera fila que ya nunca abandonaría.
Unificando interpretación y dirección, del equipo artístico que Cameron reunió para "Terminator" cabría destacar dos nombres: Stan Winston y Brad Fiedel. El primero había comenzado a sonar con fuerza dos años antes tanto por su nominación al Oscar al Mejor Maquillaje por "Heartbeeps" (id, Allan Arkush, 1981), infumable filme con el malogrado Andy Kaufman, como por su impresionante labor junto a Rob Bottin en la magistral "La cosa" ("The thing", John Carpenter, 1982), logrando aquí con el diseño del terminator unas cotas de perfección que hoy siguen sorprendiendo y estableciéndose como el referente ineludible al hablar del desarrollo de los efectos digitales como seguiremos viendo en sucesivas entregas de este especial de Cameron.
El caso de Fiedel es casi el opuesto al de Winston: compositor de texturas electrónicas que había comenzado su andadura profesional tres años antes del estreno de "Terminator" con "Pánico antes del amanecer" ("Just before dawn", Jeff Lieberman, 1981) y "Eyes of fire" (Avery Crounse, 1981) no estrenado en nuestro país, el éxito del filme de Cameron no le acompañó como sí hizo con muchos de sus compañeros de producción. Habiendo escrito un tema asociado ya por siempre al personaje y del que podemos escuchar muy diferentes versiones a lo largo del metraje, es muy probable que la variación en los gustos del gran público hacia las sonoridades sinfónicas que puso en marcha John Williams con "La guerra de las galaxias" y que tuvieron su auge durante los ochenta terminara dejando de lado a un músico que nunca supo amoldar sus modos compositivos al cambio de los tiempos, quedando relegado al olvido como pasara con Harold Faltemeyer o Giorgio Moroder.
Con un final esa tormenta que se cierne sobre Sarah en perfecta y terrorífica sincronía con el oscuro tono con el que se abría unos 100 minutos antes, "Terminator" da un espléndido mazazo al cine de ciencia-ficción bienintencionado y ligero que quedaba ejemplificado por "La guerra de las galaxias": en ese bisoño deseo de querer para sí el éxito que Lucas había conseguido con el arranque de su saga, Cameron se sitúa con su filme en el lado opuesto del espectro, esbozando en sus apocalípticas visiones uno de los futuros más tenebrosos para con la humanidad que se han visto en el cine. Un futuro que, como mandan los cánones, volverá en la segunda parte corregido y aumentado, y que aquí encuentra una exposición precisa y sintética que se aleja conscientemente de las inevitables paradojas que suelen ser norma habitual en el cine de viajes temporales.
Principio y fin se abrazan. Un círculo sin fisuras se cierra. Cameron pare una obra maestra del género.
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Es Noticia, Halle Berry volverá a ser Tormenta en la nueva entrega de X-Men - 04/03/2013 18:26:52

" No pintaban muy bien las cosas para la segunda entrega de "X-Men: Primera generación" ("X-Men: First Class", 2011) cuando se confirmó que Matthew Vaughn abandona el proyecto por motivos un tanto difusos , se habló mucho de Star Wars, aunque eso se quedó en nada- , pero Fox no tardó demasiado en recobrar la confianza de los fans al contratar a Bryan Singer, el hombre detrás de "X-Men" (2000) y "X-Men 2" (2003). Todo lo relacionado con la película desde entonces ha estado vinculado a la contratación de diferentes actores para dar forma a un lujoso reparto para el que se acaba de anunciar la presencia de Halle Berry dando vida de nuevo a Tormenta.
Hace apenas un par de días mi compañero Juan Luis nos hablaba del fichaje de Omar Sy, la gran revelación de "Intocable" (("Intouchables", Olivier Nakache, Eric Toledano, 2011) por "X-Men: Days of Future Past", lo que será su primera experiencia en Hollywood. Hasta que no veamos la película siempre nos quedará la duda de si Fox ha puesto un cheque irrechazable encima de la mesa o si el guión de Simon Kinberg, que toma como base un arco argumental creado en los cómics por Chris Claremont y John Byrne, es especialmente bueno para una producción de estas características. Peter Dinklage , Tyrion en "Juego de tronos" (2011-En emisión)- es el otro nuevo rostro de un reparto en el que volveremos a ver a los mutantes interpretados por Michael Fassbender, James McAvoy, Jennifer Lawrence, Patrick Stewart, Hugh Jackman, Ian McKellen, Nicholas Hoult, Ellen Page, Shawn Ashmore, Anna Paquin y a la ya mencionada Halle Berry. El estreno, tanto en 2D como en 3D, está previsto para el 18 de julio de 2004 2014.
Vía | Deadline
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Que opina? Star Wars también tendrá spin-offs - 05/02/2013 23:31:46

" La multimillonaria adquisición de Lucasfilm por parte de Disney nos pilló a todos por sorpresa, pero lo más llamativo de la cuestión para los fans del séptimo arte fue la confirmación de que iban a hacer una nueva trilogía de Star Wars. No tardaron mucho en encontrar guionistas y hace unos días se anunciaba que J.J. Abrams va a ser el encargado de dirigir "Star Wars. Episodio VII". La noticia de última hora es que desde Disney han confirmado que ya están trabajando en varios spin-offs de la célebre saga galáctica.
Hay que remontarse a finales de noviembre para encontrar los primeros comentarios sobre la posible existencia de unos spin-offs de Star Wars, ya que entonces se informó sobre la posibilidad de que Michael Arndt y Lawrence Kasdan hubieran sido en realidad contratados para trabajar en ellos. El tiempo pasaba y todo indicaba que iba a ser uno de esos rumores disparatados que salen de cuando en cuando , aún recuerdo uno de hace muchos años que decía que David Lynch iba a dirigir "Freddy contra Jason" ("Freddy vs. Jason", Ronny Yu, 2003)-, pero Bob Iger, CEO de Disney, ha confirmado hace apenas unas horas que es totalmente cierto y que Kasdan se encargará del guión de uno de ellos, mientras que el guión de otro correrá a cargo de Simon Kinberg.
Aún no se sabe cuántos serán , sí que van a ser varios-, ni qué personajes serán sus protagonistas. Lo que sí está garantizado es que estrictamente hablando no van a formar parte de la saga. Esto no afecta a la nueva trilogía, ya que Iger ha confirmado que el plan es estrenar el Episodio VII en 2015 y que el Episodio IX llegue a los cines de todo el mundo para el año 2021. La cuestión ahora es saber si estos spin-offs van a estar centrados en personajes muy populares , se especula con la posibilidad de Yoda o Jabba el Hutt como protagonistas- o si expandirán el universo de Star Wars con nuevos temas , parece ser que varios directores han expuesto ideas de lo que les gustaría hacer- . Sea como sea, es algo que ya hicieron en multitud de ocasiones en los libros oficiales de la franquicia, así que tienen material de sobra donde elegir. Por mi parte, me gustaría que uno de ellos se centrara en Boba Fett y, sobre todo, que ni se les ocurra caer en la tentación de hacer una entrega pensando en los niños, que el riesgo de toparnos con otro Jar Jar Binks sería demasiado elevado.
PD: Cuando pienso en un spin-off de Star Wars, lo primero que viene a mi mente es"Star Wars Holidy Special" (Steve Binder, 1978) , sí, ya sé que los Ewoks también protagonizaron un par de Tv Movies-, y tiemblo de miedo sólo de pensar que los ahora confirmados vayan a parecerse a esta infamia que avergüenza al mismísimo George Lucas. Os dejo el vídeo para verlo, aunque tengo mis dudas de que seáis capaces de soportarla entera.
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Noticia, "Star Wars: Episodio VII" tendrá al mismo guionista de "Toy Story 3" - 11/11/2012 18:19:24

Michael Arndt fue contratado por LucasFilm, empresa recién comprada por Disney, para hacer el guión de la séptima entrega de "la franquicia":http://elcomercio.pe/tag/11885/star-wars
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