Interesante, Hay más cine ahí fuera (25-31 marzo) - 31/03/2013 10:51:11
" Como suele ser habitual cada domingo hacemos un pequeño resumen de lo que nos ha llamado la atención en otros sitios de la blogosefera y más allá en lo que a cine se refiere. Esta semana me ha tocado a mí, y he recogido cuatro de las noticias, opiniones o curiosidades que más han despertado mi interés.En urbanfire escriben sobre "Blade Runner" (id, Ridley Scott, 1982), para alabarla, cómo no, pero también para pararse en algunas de sus curiosidades, centrándose sobre todo en la excelente banda sonora compuesta por el griego Vangelis. Una banda sonora que tardó muchos años en editarse, y que sin duda es una de las claves de la grandeza del film.
Dentro de dos viernes se estrena la nueva película de Terrence Malick, que dado los dos últimos ladrilos que dirigió, no la espero con demasiado interés. Pero leer a José Arce siempre es un placer, y él ya nos ha dejado su opinión sobre "To the Wonder". Leyéndole dan ganas de ir a la puerta del cine a esperar ya.
En el siempre impecable Jot Down encuentro una de esas listas que tanto os gustan. Esta vez es sobre hostias de todo tipo, una selección de las mejores secuencias de hostias a juicio del escritor. Echo en falta algunas y eso que son 33, pero la lista tiene sus alicientes. No, el primer puesto no es uno de ellos.
Por último, en la obligada Dirigido, esa maravillosa revista que parece seguir resistiéndose a tener un hogar en la red a la altura que se merece la publicación, está con una especial sobre la Amicus, productora británica especializada en cine de terror durante los años 70. "Refugio macabro" ("Asylum", Roy Ward Baker, 1972) es uno de sus mejores exponentes.
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Que opina usted? Cine en el salón. Horizonte final, terror en el espacio - 24/03/2013 9:34:22
" "Horizonte final" ("Event horizon", Paul W.S. Anderson, 1997) es una cinta cuyo recuerdo siempre estará ligado a la anécdota que vivimos el padrino de mi hija y un servidor cuando acudimos a verla un domingo en sesión matinal. No es, ni mucho menos tan divertida como aquella que viví cuando fui a ver por primera, y única vez, "Spy kids" (id, Robert Rodríguez, 2001) que algún día os contaré, pero es una anécdota que habla muy bien de la irresponsabilidad de algunos padres y si no queréis leerla, saltaos el párrafo siguiente.Como os decía, domingo, sesión matinal, y cinco minutos antes de comenzar la proyección la sala vacía a excepción hecha de dos amigos que hablan animados sobre cómo será la banda sonora que Michael Kamen ha compuesto para la cinta. A dos minutos para que comience la misma que, os recuerdo, fue calificada con la temida R en Estados Unidos mientras que aquí nos conformamos con no recomendarla para menores de 13 años, entran en la sala un padre con sus dos hijos: un niño de unos ocho años y una niña de unos cinco. Mi amigo y yo no salimos de nuestro asombro y nos acercamos al caballero para advertirle del contenido de la cinta que se dispone a ver con sus infantes, respondiéndonos él de forma tajante con un "yo sé lo que hago". Palabras premonitorias que, a la media hora de proyección se habrán vuelto en su contra cuando tenga que abandonar la sala con su hija llorando por las salvajadas que la cinta está mostrando. Un "se lo dijimos" vuela desde nuestros asientos cuando pasa por nuestro lado. La carita de acojone del niño lo dice todo.
Tras la medio interesante "Shopping" (id, 1994) y el inesperado éxito de taquilla que resultó ser la adaptación a la gran pantalla de "Mortal kombat" (id, 1995), una infumable cinta que demostraba, junto a tempranos ejemplos de la primera mitad de los noventa como "Super Mario Bros." (id, Annabel Jankel, Rocky Morton, 1993) o "Street fighter, la última batalla" ("Street fighter", Steven E. de Souza, 1994), que las fórmulas de los videojuegos y más los de estos títulos no iban a encontrar fácil acomodo en el séptimo arte; Paul W.S. Anderson se disponía a rodar, sin él saberlo, la cinta que sería el culmen de su carrera antes del rápido descenso a las ínfimas cotas de calidad que demostraría un año después con "Soldier" (id, 1998) y, desde entonces, con todo lo que ha tocado.
Es precisamente por la mera observación de todas las deleznables entregas de la saga "Resident evil" de las que se ha hecho cargo, "Alien vs. Predator" (id, 2004) o "Los tres mosqueteros" ("The three musketeers", 2011) que llama muchísimo la atención lo que, a nivel de dirección, es capaz de ofrecer esta brillante cinta que, mezclando ciencia-ficción y terror, trasladaba los postulados de las historias de casas encantadas a una inmensa nave en la órbita de Plutón: perfectamente planificada y con un espléndido sentido de la narrativa que no se abandona en aras de confundir al espectador con vacíos trucajes la dirección de Anderson en "Horizonte final" trasladaba al espectador la promesa de un cineasta llamado a cultivar prados menos estériles que los que le hemos visto en el resto de su trayectoria.
Pero claro, cuando se cuenta con un guión que tiene una historia interesante, y no se retroalimenta una y otra vez de los mismos clichés, resulta obvio que muy mal tienen que hacerlo el resto de equipos artísticos de la producción para que las sensaciones que transmita el metraje perviertan lo que el libreto tiene plasmado en sus páginas. Obra de Philip Eisner autor también de las "muy interesantes" "Ojos de fuego 2" ("Firestarter 2: rekindled", Robert Iscove, 2002) y "Crónicas mutantes" ("Mutant chronicles", Simon Hunter, 2008), el guión de "Horizonte final" sufrió una intensa revisión no acreditada por parte de Andrew Kevin Walker, escritor muy valorado por aquél entonces verbigracia al magistral trabajo hecho en "Seven" (id, David Fincher, 1995).
(Alerta SPOILERS) La historia escrita por Eisner, que quería un ""El resplandor" en el espacio", toma así clarísimas referencias del filme de Kubrick en particular, y cualquiera de casa encantada que se tercie en general con especial atención en ciertos momentos a la saga de "Hellraiser", pero estas no pueden ocultar otra de las fuentes fundamentales de las que el guionista se hace eco a la hora de concretar la historia, "Alien, el 8º pasajero" ("Alien", Ridley Scott, 1979), cinta de la que toma "prestados" el número de tripulantes de la Lewis & Clark, siete, siendo en este caso el octavo el que interpreta Sam Neill, un octavo pasajero en toda regla que precipitará un final que, asimismo, también tiene sus deudas para con la conclusión de la mítica cinta de Scott.(Fin SPOILERS)
Pero más allá de sus obvias deudas, "Horizonte final" consigue enhebrar una historia que en la visualización de Anderson y el magnífico trabajo del diseño de producción encuentra la mejor forma de atrapar por las gónadas al espectador y pegarlo a la butaca o el sofá de su salón para hacerle pasar uno de los peores ratos que el cine de terror ha logrado transmitir en las dos últimas décadas. Con un gusto por el gore nada desdeñable, que no obstante queda parcialmente oculto bajo el maquillaje de la edición del filme, "Horizonte final" ofrece momentos de esos que permanecen en la retina del espectador mucho más allá de lo fugaz de su exposición en pantalla, y en este sentido ningún ejemplo es más intenso que las ocasiones en que Anderson nos muestra el lugar del que la nave regresó y lo que se trajo consigo.
Con ese "Liberate tutume ex infernis" como frase que se queda grabada a fuego en la memoria del espectador, y con los escalofríos asociados que provoca el recordar el momento concreto en el que cierto personaje la pronuncia, queda muy claro que, como filme de terror, "Horizonte final" no habría funcionado de no haberse apoyado en la espléndida labor de un reparto que aporta la dimensión necesaria para hacer funcionar la maquinaria que pone en pie el guión, contando al frente del mismo con la intensa presencia de un soberbio Sam Neill que se merienda al resto de sus compañeros, sin que ello juegue en contra de las sólidas interpretaciones de nombres como Laurence Fishburne, Joely Richardson, Kathleen Quinlan o Jason Isaacs.
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Información: Cine en el salón. La cabaña en el bosque, genial todo en uno - 06/03/2013 7:42:02
" Como bien apuntaba mi compañero Juan Luis en esta breve noticia el pasado mes de octubre, resulta complicado entender el por qué, viniendo apadrinada por quién viene, "La cabaña en el bosque" ("The cabin in the woods", Drew Goddard, 2011) ha fallado en sus denodados intentos de llegar a las pantallas de nuestro país cuando el año pasado hubiera sido un exitazo seguro aunque tan sólo se hubiera aprovechado de las migajas de "Los Vengadores" ("The Avengers", Joss Whedon, 2012).Los motivos de tamaña falla empresarial cabe encontrarlos en dos frentes, por un lado la negativa de Lionsgate de rebajar el precio de venta de la cinta a Vértice, la compañía española que iba a encargarse de la distribución del filme en nuestro país. Por el otro, el hecho de que, llegado el momento, Vértice no pudiera hacer frente a dichos costes y anunciara la distribución directa en formato doméstico, una copia que finalmente no verá la luz debido a la quiebra de la empresa.
Así las cosas, y con buena parte de los aficionados recurriendo a los medios habituales para poder ver una de las cintas de género de terror, se entiende de las que más se ha hablado durante el año pasado, parece ser que, según fuentes bastante fiables, Lionsgate ha dado su brazo a torcer y otra compañía será la que se haga cargo de la distribución. Habrá que ver si, desde el punto de vista comercial, la maniobra sale airosa y obtiene beneficios porque, como ya he insinuado, poca gente que tuviera interés por verla no lo ha hecho ya.
Mientras tanto, llegamos hoy con esta segunda entrega y a partir de aquí no llevaré la cuenta porque, como os dije ayer, esta será una sección de mucha recurrencia de Cine en el salón para hablar largo y tendido de una de las mayores sorpresas que me reportó el 2012. Y antes de que lo preguntéis, sí, la cinta está en mi videoteca, vale que bajo el nombre de "Quella casa en el bosco", pero hay precios que no se pueden resistir y ocasiones que no hay que dejar pasar.
Antes de continuar, aviso para navegantes: resulta harto complicado no ir apuntalando esta crítica con referencias directas al guión de la cinta que nos ocupa; así que ya sabéis, de aquí en adelante, y como diría Iñigo Montoya, humill…spoilers a mansalva.
Colaboradores desde hace más de una década, el hecho de que Drew Goddard guionista de series como "Buffy", "Alias", "Perdidos" y de la estimulante "Monstruoso" ("Cloverfield", Matt Reeves, 2008) se estrenará en la dirección de mano de Joss Whedon era sólo cuestión de tiempo. La duda que nos quedaba a aquellos que llevamos siguiendo su carrera desde la caja tonta era por mor de qué tipo de cinta lo haría. Nada nos podía preparar, no obstante, para lo que este tándem terminaría concretando con "La cabaña en el bosque".
En apariencia una muy, muy lejana "La cabaña en el bosque" no es más que otro filme de terror adolescente del montón, otro slahser que sumar a la larga lista de aquellos que nos invadieron a partir de los noventa con el resurgir del sub-género gracias al "Scream. Vigila quién llama" ("Scream", 1996) de Wes Craven. Y ello es debido, fundamentalmente, al hecho de que, tras un prólogo que parece estar puesto ahí para confundir y que no cobrará sentido hasta bien entrada la acción, la estructura narrativa del arranque de la película es de lo más típica: un grupo de cinco amigos dos chicas, tres chicos que van a pasar un fin de semana de desenfreno a una cabaña perdida en medio del bosque.
Este comienzo, que podría estar sacado perfectamente de cualquiera de las muchas cintas que han ido cimentando el terror adolescente desde los años ochenta en la memoria se agolpan títulos que van desde "Viernes 13" ("Friday the 13th", Sean S.Cunningham, 1980) a las infames entregas de "Sé lo que hicistéis el último verano" ("I know what you did last summer", Jim Gillespie, 1997) va dando paso, poco a poco, a una historia que, aglutinando todos los arquetipos del género, termina superando con creces lo que éste ha llegado a ofrecer hasta ahora.
Y si lo hace es por obra y gracia de dos factores principales, y varios secundarios aunque no de menor importancia. Para empezar, un guión que no tiene reparos en acudir a lo que necesita para funcionar y vaya si lo hace : tras llegar a la cabaña, un par de pistas visuales bastante obvias nos han hecho creer que los cinco protagonistas son actores inconscientes en un reality con un presupuesto de aúpa que no mira en hacer lo que tenga que hacer para manipular a sus concursantes; vamos, lo que hacen todos los realities del MundoReal por más que juren que no. Pero el descubrimiento del sótano, y lo que provoca la lectura de cierto pasaje en latín, comienza a alejar esa falsa impresión para ir desvelando una verdad bastante más terrible y, por qué no, apocalíptica.
En el ínterin, Goddard y Whedon manipulan al espectador a placer para que, por mucho que este pretenda anticiparse a lo que va a suceder, la sorpresa siempre esté en el menú y os puedo asegurar que la primera vez que se visiona, las teorías acerca de lo que está sucediendo en pantalla son tantas y tan variadas como completamente erróneas. Combinando sus talentos, los guionistas convierten su trabajo en "La cabaña en el bosque" en una extraña dualidad en la que se aúna homenaje al género de terror con crítica abierta al abuso por parte del mismo de los mismos estereotipos una y otra vez. Tanto es así que, aunque sus personajes comienzan alejados sensiblemente de lo que podríamos llegar a considerar como arquetipos, es la manipulación de los que los controlan la que acaba convirtiéndolos en personajes tan trillados como el macho alfa o la "buscona".
El segundo puntal es la dirección de un debutante al que, de la misma manera que hace con el guión, no le duele en prenda "imitar" cuántos más estilos mejor. Ahora bien, en este proceso de mímesis, resulta tremendamente llamativo que, y este es uno de esos detalles que la separa de la común de las cintas de terror, Goddard evite en la medida de lo posible la recurrencia de esos golpes de efecto que, a mi parecer, han "asesinado" la capacidad de transmitir miedo del cine de terror, limitando la aparición de los mismos a ocasiones sueltas que apoyan aún más la impresión de estar ante un producto cuidado al máximo.
Entre esos factores que he mal llamado "secundarios" cabría destacar, sin orden de preferencia, un reparto seleccionado a la perfección y que se ajusta como un guante a los parámetros que va exigiendo el guión resultan espléndidas las actuaciones de Richard Jenkins y Bradley Whitford ; una banda sonora de un David Julyan que se aparta de lo que hasta ahora le habíamos escuchado junto a Chris Nolan en "Memento" ("Memento", 2000), "Insomnio" ("Insomnia", 2002) o "El truco final" ("The prestige", 2006) para aportar sonoridades que, no podía ser de otra manera, también se alejan de lo que últimamente se entiende por música de terror veáse el horripilante trabajo de Christopher Young para "Siniestro" ("Sinister", Scott Derrickson, 2012); o un diseño de producción que encuentra su mejor exponente en ese plató desde dónde se controla todo el show.
Con un final de esos destinados a dejar mal cuerpo y algunos planos que deberían formar parte de los mejores del género a partir de ya la visualización de las cabinas con las criaturas es antológica "La cabaña en el bosque" cumple a la perfección la declarada intención de sus autores de hacer una cinta de terror de esas que "irías a ver con tu pareja y un cubo de palomitas"; alejándose tanto de lo que uno podría imaginarse que va a encontrarse que se establece como hito y obligado referente de un género que últimamente no nos da muchas alegrías.
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Interesante, Sinister, el rollo perdido - 06/11/2012 14:00:25
" Un periodista (Ethan Hawke) concibe sus libros a partir de asesinatos ocurridos a lo largo y ancho de los Estados Unidos. Finalmente, termina en una casa donde la tragedia es reciente. Se trata del asesinato de una familia y el periodista dará, sin haberlo pretendido, con un metraje extraño que le desvelará rincones del misterio que ignora y que son más peligrosos de lo que había pensado inicialmente.Pocos directores cuentan con el (Dudoso) honor de lograr maestrazgo en la mediocridad permanente sin que se caracterice por nada en especial. Entre esos directores, catalogaría Scott Derrickson, cuyos créditos incluyen el telefilm para conversos cristianos con toques (nada molestos) de terror llamado "El exorcismo de Emily Rose" (The exorcism of Emily Rose, 2005) cuyo sensacionalismo le dio buena vida en salas y el remake de "Ultimátum a la tierra" (The Day The Earth Stood Still, 2008) una de esas superproducciones tan anodinas y olvidables que, al terminar, deseaba que la extinción de la tierra hubiera sucedido ya, por piedad.
En el año de "Cabin in The Woods" (id, 2011), desterrada aquí de las salas de cine, el retorno de Derrickson adquiere relevancia como alternativa inteligente a las franquicias surgidas como Paranormal Activity, cuya barata línea de sustos devalúa un poco más el terror hiperrealista de manuscritos (digitales) encontrados y cámaras amateur o de seguridad en las que presenciamos diversas atrocidades y calamidades.
Es de agradecer la generosidad de dos críticos estupendos como Jordi Costa y Kim Newman, pero la película desaprovecha enteramente una premisa interesante y solamente anima un tanto la peripecia la servicial interpretación de Ethan Hawke.
Es muy posible que este relato, derivativo de muchos de los trabajos de Stephen King que tan bien deben conocer Derrickson y su coguionista C. Robert Margill, sea una consecuencia más o menos feliz de la infravalorada "Insidious" (id, 2010) pero su repertorio de sustos y su entretenimiento no son suficientes para hacer levitar a una historia del más genuino de los clichés y de escasas sorpresas argumentales que suceden a una premisa que requería de un director visualmente más audaz o al menos con mayor sentido del desmelene.
No pasa nada, esta película aceptable y no demasiado brillante encuentra su ocasional redención en la excelente banda sonora de Christopher Young, una de las mejores que vamos a poder escuchar últimamente. ¿El resto? Otro-secreto-espantoso-que-no-queremos-saber-pero-que-en-el-fondo-sabemos. ¿Está el cine de terror cautivo y maldito por sus propios clichés y ya no puede invocar la sobrenaturalidad sin la inteligencia de antaño?
Beatriz y Mikel comparten mi escepticismo.
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Es Noticia, Project X, supersalidos resacosos - 09/06/2012 13:03:45
" A veces queda la sensación de que el sistema de estrenos en USA es bastante rígido en cuanto a las películas que pueden tener cierto éxito, ya que, obviamente, las productoras van a potenciar más aquellas cintas en las que se han dejado una buena cantidad de dinero. No obstante, existen dos géneros en los que resulta más sencillo lanzar una película pequeñita y que ésta se convierta en un gran éxito: El cine de terror y la comedia. En la primera categoría podemos encontrar casos tan sonados como "Saw" o "Paranormal Activity", pero también cintas que han causado algo menos ruido pero de gran rentabilidad como la reciente "The Possesion". Sin embargo, lo que ahora nos interesa es lo segundo, ya que hoy ha llegado a los cines españoles "Project X", una de las grandes sorpresas de este año al recaudar casi cinco veces su presupuesto sólo en territorio norteamericano.Una de las claves para entender el éxito de "Project X" hay que buscarlo en el hecho de esquivar la mojigatería y aceptar abiertamente su condición de película para adultos en USA a la hora de abusar de forma reiterada de los desnudos femeninos, ya que uno hasta pierde la cuenta de la cantidad de tetas que llegan a aparecer en pantalla. Sin embargo, eso de por sí resulta insuficiente, ya que es algo que cualquiera podría hacer por cuatro duros, entrando aquí la clave de contar con Todd Phillips, director de "Resacón en Las Vegas" (una de las cintas más representativas de comedia con un gran éxito inesperado sobre el papel), como productor, algo que, sin duda, ha ayudado a que contase con una difusión mucho mayor de la que habitualmente hubiese recibido. ¿Realmente lo merecía? Comercialmente ya ha quedado claro que sí, pero la respuesta es un no rotundo a nivel artístico o, si lo preferís así, como mero producto de entretenimiento.
Una cosa bastante obvia a poco que se preste algo de atención a la campaña de promoción de "Project X" es que se busca vincularla de forma directa con "Resacón en Las Vegas", pero eso acaba siendo realidad sólo en parte. ¿Qué quiero decir? Pues que podemos hablar de dos mitades diferenciadas a la hora de comentar la película: Un comienzo que echa sus raíces más en películas como "Supersalidos" y luego, una vez comenzada la fiesta, un despiporre que quiere parecerse a la cinta protagonizada por Bradley Cooper. El problema es que es una comedia con un contenido humorístico muy limitado, siendo más importantes las locuras que pasen en la fiesta a absolutamente cualquier otro elemento utilizado. Tampoco es mucho mejor la cosa en el arranque, donde cualquier aspecto reflexivo sobre la adolescencia y la necesidad vital de dejar de ser un pringado adquiere tintes un tanto irrelevantes.
Quizá el punto más oscuro de la función sea el guión de Matt Drake y Michael Bacall porque parece que confíen la capacidad de disfrute de lo que cuentan en la capacidad del espectador para abstraerse y ver la película como si se estuviese borracho y así se aceptase hechos inconexos, burradas absurdas o, sencillamente, un salidismo en el que todo está justificado. Para dar más verosimilitud a lo que vemos, el debutante Nima Nourizadeh opta por un uso y abuso de la cámara en mano como si todo estuviese grabado por uno de los asistentes a la fiesta en cuestión. El resultado es un batiburrillo en el que no termina de quedar claro si es más importante que los protagonistas adquieran la popularidad que ansían obtener a través de la descontrolada fiesta o la sucesión de fantasías adolescentes hechas realidad que van sucediéndose en pantalla.
Aquí es donde entra en escena una ruptura con lo que entenderíamos como narrativa tradicional en beneficio del despiporre festivo. Lo cierto es que, al menos sobre el papel, es una buena idea si el objetivo fuera retratar la adolescencia actual a modo de cortometraje, pero su capacidad de funcionar como entretenimiento resulta nula. La cosa intenta salvarse a través de elementos de menor importancia como las canciones que integran la banda sonora, pero llega un punto en el que si desconectas de lo que se ve en pantalla (como fue mi caso), "Project X" se convierte en una experiencia soporífera en la que el gran deseo de uno es que llegue a su final de una vez, algo especialmente grave si tenemos en cuenta que ni siquiera llega a los 90 minutos de metraje.
Es una tarea un tanto fatua hablar del reparto cuando su importancia se limita al desconocido trío protagonista, adolescentes salidos, chicas enseñando sus tetas y algún adulto ocasional para que lo que se ve en pantalla intente funcionar más como un intento de retrato de la adolescencia actual. Sin embargo, es en los tres personajes principales interpretados por Thomas Mann, Oliver Cooper y Jonathan Daniel Brown donde la película obtiene un mínimo de entidad a la hora de mostrarnos lo que puede afectar la popularidad a la personalidad de un adolescente. No es que se profundice apenas en eso (queda casi reducido a algunas bromas en el tramo final), pero al menos transmiten cierta naturalidad durante la mayor parte de la función. Y ya, porque el descontrol y la falta de objetivos claros es la base de la función, algo que se nota demasiado.
En definitiva, "Project X" es una mamarrachada que viene a querer ser una libre combinación de "Supersalidos" y "Resacón en Las Vegas" con un aspecto más realista (de ahí el uso de la cámara en mano y el look visual más próximo a una de esas producciones de found footage que tanto abundan últimamente), pero que ni funciona como comedia ni resulta de interés como cinta de corte verista. El resultado final es una tontería de mucho cuidado que incluso se permite juguetear con la idea de la no necesidad de la narrativa convencional en producciones de este estilo, pero lo hace de forma tan nefasta que acaba resultando un error más que sumar a la lista de fallos. Y es que es una película que simplemente no merece la pena ni para pasar el rato en una tarde de aburrimiento.
Otra Crítica en Blogdecine: Proyecto X, todo en una noche
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Que opina usted? Estrenos de cine | 13 de enero | Dramas y terror - 13/01/2012 2:55:46
"Puede ser casualidad, pero siendo viernes 13 parece que las distribuidoras se han afanado en darnos un día de estrenos repleto de dramas, notas de terror y sin un ápice para esbozar alguna sonrisa. En cualquier caso, este fin de semana llegan algunos títulos destacados, entre ellos, el esperado regreso de David Fincher y Álex de la Iglesia. Veamos con detalle cada película que nos llega a las carteleras españolas."Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres"
Título original: "The Girl with the Dragon Tattoo" ( Alemania, EEUU, Suecia, Reino Unido, 2011)
Dirección: David Fincher
Intérpretes: Rooney Mara, Daniel Craig, Christopher Plummer, Robin Wright, Stellan Skarsg
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